Manuel, obrero de 57 años: “Nosotros somos la última generación que queda. No hay relevo”

El sector de la construcción advierte de la falta de mano de obra debido a un relevo generacional escaso. A este descenso de demanda se le añade los esfuerzos físicos que realizan los trabajadores, la mayoría de edades elevadas

Guardar
Los trabajadores estiman un creciente
Los trabajadores estiman un creciente descenso de la mano de obra en el sector de la construcción (Fuente: Freepik)

El sector de la construcción está atravesando un problema que comienza a afectar a su productividad y crecimiento. El factor asociado que preocupa a sus trabajadores es la falta de mano de obra en la industria, es decir, gente joven con interés en dedicarse al sector. Además, esto está propiciando, al mismo tiempo, que las grandes exigencias físicas que se demandan de la actividad continúen recayendo en las personas que comienzan a ser demasiado mayores para algunos esfuerzos físicos. La falta de demanda laboral y la escasez de talento convergen en un relevo general insuficiente que comienza a preocupar a los trabajadores. “La gente no quiere trabajar en la obra porque es un sector sacrificado”, explica el jefe de la constructora ‘ETOSA’, José Ramírez.

El testimonio de Manuel

Esto mismo opina Manuel, un hombre de 57 años que lleva toda su vida trabajando en la construcción. Informativos Telecinco recoge su testimonio: “Me levanto a las cinco de la mañana y llego a casa a las ocho de la tarde. Mucho sol, calor y exigencias” declara. Esto pone de manifiesto el enorme sacrificio que supone dedicarse al sector de la construcción. Ejercicio físico, condiciones ambientales adversas y un levantamiento de peso constante, llegando a desplazar unas 900 piezas de ladrillo, lo equivalente a 4 kilos de peso. Su historia se enmarca dentro de una generación de obreros que sufrió, en primera persona, el estallido de la burbuja inmobiliaria, cuando muchas empresas del sector redujeron su plantilla a la mitad. Ahora, es testigo de un descenso preocupante de talento y mano de obra. “Nosotros somos la última generación que queda. No hay un relevo”.

Un trabajador del sector de
Un trabajador del sector de la construcción (Imagen Ilustrativa Infobae)

Problemas sintomáticos del sector

La falta de suelo urbanizable, la falta de mano de obra y los incompatibles plazos de construcción, propician un problema general sintomático en la industria, donde los diversos factores adversos, se interrelacionan. A consecuencia de esa falta de demanda laboral, se produce un problema de eficiencia que, por un lado, afecta a los clientes, pero sobre todo, a los trabajadores que se ven en la necesidad de asumir más tareas de las que les correspondería (o aumentar el ritmo de trabajo de formas que fácilmente pueden comprometer su bienestar). Además, en términos económicos, según informa María López, directora comercial de Impact Homes, los retrasos provocan sobrecostes, lo que se traduce de forma paralela en un incremento considerable de los precios. Todo el trámite que es necesario para tener un suelo finalista es un problema muy importante de plazos”, explica Pedro Fernández, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción. A lo que añade José Percho, vicepresidente del Grupo Ibosa: “El que compra la vivienda no ve el día en el que le entreguemos las llaves”.

En consecuencia, entre las medidas que se están empezando a contemplar, encontramos “la construcción de viviendas a partir de baños prefabricados”. Esto con el objetivo de reducir los costes y acelerar el trabajo.

Wanda Nara mostró como avanza la construcción de la casa de sus sueños

La situación se acentúa en un momento coyuntural en el que asistimos a un grave problema de vivienda. El aumento de los costes de producción, la falta de mano de obra, la especulación inmobiliaria y la falta de suelo urbanizable, representa un problema urgente en el caso español. La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) lleva ya mucho tiempo alertando de que el problema de la vivienda en España no se puede solventar si no se soluciona la falta de mano de obra en el sector. 700.000 trabajadores son los que harían falta, según La Patronal.