Las estafas de aparcamiento que afectan a las personas mayores: les acusan de haber rayado su coche y exigen pago inmediato

La policía alerta de un repunte de fraudes en parkings y gasolineras, con jubilados como principales víctimas y métodos cada vez más elaborados

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El aparcamiento subterráneo de Isabel
El aparcamiento subterráneo de Isabel la Católica en Valladolid (PSOE Valladolid)

La policía advierte de un repunte de fraudes que afectan principalmente a personas mayores en parkings y estaciones de servicio. En apenas un año se han registrado 34 denuncias por un mismo procedimiento: un desconocido acusa a un conductor de haber rayado su vehículo y exige el pago inmediato en metálico, fuera de cualquier procedimiento asegurador. Las autoridades insisten en que no debe abonarse dinero en el momento y recomiendan avisar de inmediato al 112.

El falso golpe: una presión directa sobre la víctima

El método resulta tan simple como efectivo. Los estafadores esperan cerca de un coche, abordan al propietario a su regreso y lo acusan de haber causado desperfectos en su carrocería. La escena se representa con total seguridad: voces elevadas, gestos bruscos, e incluso pequeños arañazos provocados de forma intencionada en su propio vehículo para dar verosimilitud.

El objetivo es claro: conseguir que la víctima, sorprendida y en muchos casos asustada, entregue dinero en efectivo en el mismo lugar. El perfil más buscado por los delincuentes son los jubilados, menos habituados a reaccionar con rapidez en entornos tensos y más vulnerables a la presión psicológica. La negativa de los estafadores a aceptar un parte amistoso o a contactar con el seguro es la señal más evidente de que se trata de un engaño.

Según fuentes policiales, este tipo de fraude se alimenta del ruido y la confusión propios de un aparcamiento concurrido, lo que dificulta la reacción de la persona acusada. La recomendación oficial es clara: no ceder, fotografiar la matrícula y los supuestos daños, y llamar inmediatamente a las fuerzas de seguridad.

Un aparcamiento subterráneo (Freepik)
Un aparcamiento subterráneo (Freepik)

La distracción como herramienta de robo

El falso accidente no es la única modalidad detectada. Otra variante aprovecha la distracción para acceder al interior de los vehículos. En este caso, un cómplice lanza al suelo unas llaves o unas monedas, llamando la atención de la víctima en el momento en que guarda sus compras o se dispone a arrancar. Mientras la persona se inclina o se aparta, otro individuo abre la puerta del coche y sustrae bolsos, teléfonos u objetos de valor dejados a la vista.

Esta maniobra se da sobre todo en grandes centros comerciales y gasolineras, donde el movimiento constante y el ruido facilitan pasar desapercibido. Las fuerzas de seguridad recuerdan que la rapidez es el arma principal de los ladrones y que bastan unos segundos de descuido para perder pertenencias.

Cerrar el coche incluso en paradas breves, mantener el bolso o el teléfono siempre consigo y evitar manipular objetos en el suelo son medidas sencillas que reducen de forma notable el riesgo. Observar primero el entorno y después el vehículo ayuda a detectar conductas extrañas antes de que se produzca el robo.

Hábitos de prevención y respuesta

Más allá de cada táctica concreta, los especialistas en seguridad insisten en la importancia de consolidar rutinas que generen calma y control en situaciones imprevistas. Guardar las pertenencias en lugares no visibles, acercarse al coche con la llave preparada y mantener una actitud de observación antes de entrar son pasos que disminuyen la posibilidad de ser sorprendido.

Noticias del día 10 de septiembre del 2025.

Si alguien insiste en un pago inmediato, la respuesta debe ser firme y breve: el seguro se encarga y, en caso de conflicto, se llama a la policía. Negarse a entregar dinero en metálico y proponer un parte amistoso desactiva la presión de los estafadores. Ante cualquier bloqueo o insistencia, se recomienda avanzar lentamente, buscar ayuda en el personal de la instalación y telefonear a las fuerzas de seguridad.