La importancia de los vínculos débiles o por qué tienes que hablar con tu vecino y ser amigo de tus amigos: “Te ayudan a encontrar empleo”

La teoría de Mark S. Granovetter surgió como una respuesta crítica a la incapacidad de la sociología para conectar lo micro con lo macro

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Cómo te pueden ayudar los vínculos débiles según Mark S. Granovetter (Pexels)

¿Cuántas veces te has parado a hablar con un vecino en la cola del supermercado o te has dado cuenta de que tienes demasiadas cosas en común con el amigo de tu amigo? Pues al parecer, esta dinámica, reconocida por diversos expertos como “vínculos débiles”, es decir, aquellas relaciones que se guardan con los conocidos casuales -excompañeros de clase o del trabajo, vecinos, familiares de familiares, etc.-, son especialmente útiles para la “movilidad social”, como ha declarado la psicóloga Lu Beccasino en una de sus publicaciones de TikTok (@lu.beccassino).

Esta relación toma como referencia el estudio de Mark S. Granovetter, un sociólogo estadounidense de la Universidad de Stanford, que en 1973, a través de una publicación en el American Journal of Sociology, demostró la importancia de estas conexiones en un estudio denominado La fuerza de los lazos débiles (The Strength of Weak Ties). En este se probaría cómo aquellas relaciones menos intensas, menos frecuentes y con menor carga emocional desempeñan un papel fundamental en la cohesión social, la difusión de información y la movilidad individual, superando en importancia a los lazos fuertes que tradicionalmente han sido el foco de la sociología. Este hecho implicaría, entre otros beneficios, una ventaja clara: “Te ayudan a encontrar empleo”, expone Beccasino.

Un “puente” que une diferentes grupos sociales

La teoría de Granovetter surgió como una respuesta crítica a la incapacidad para conectar de manera sólida las relaciones personales de los pequeños grupos (micro) con los grandes patrones de movilidad social (macro), organización comunitaria y estructura política. Hasta entonces, el análisis de las redes interpersonales estaba considerado como la clave para entender cómo las interacciones cotidianas se transforman en grandes modelos sociales y cómo estos influyen en los pequeños grupos.

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Cómo te pueden ayudar los vínculos débiles según Mark S. Granovetter (BBVA)

Dentro de esta exploración, Granovetter asevera que el tiempo compartido, intensidad emocional, intimidad y servicios recíprocos son factores esenciales para determinar si la fortaleza de estos vínculos eran de carácter fuerte, débil o ausente. Ante estas tres variables, el sociólogo trató de estudiar cómo estas conexiones configuran tanto las redes personales como estructuras sociales más amplias. Según explicó, cuanto más fuerte es el vínculo entre dos personas, mayor es la coincidencia de sus círculos sociales. Es decir, los amigos cercanos comparten amigos, mientras que los conocidos, (los vínculos débiles) unen a personas de grupos distintos.

Esto, en el artículo de Granovetter, se conoce como “puente”; y como tal, si se elimina uno de los lazos de unión, se puede perjudicar enormemente la transmisión de información y romper rutas de acceso únicas entre distintos sectores de la red. Su hipótesis defendería que la información, las ideas o las innovaciones circulan con mayor eficacia a través de los vínculos débiles, ya que unen diferentes grupos sociales y permiten que la novedad llegue a más personas y atraviese distancias sociales considerables. En palabras del autor, “cualquier cosa que sea difundida puede llegar a un gran número de personas y atravesar una gran distancia social cuando se experimentan vínculos débiles antes que fuertes”.

Para demostrar su hipótesis, el sociólogo realizó un estudio dentro del mundo laboral, donde el 16,7% de quienes encontraron empleo a través de contactos personales lo hizo con personas que veía con frecuencia (fuerte), el 55,6% con conocidos (débil) a los que veía de vez en cuando y el 27,8% con contactos muy esporádicos (ausente). Así, Granovetter determinó que “la gente que recibía información crucial lo hacía de individuos cuya existencia había olvidado”, como antiguos compañeros o conocidos lejanos.

No obstante, estas observaciones no se limitan únicamente a la búsqueda de empleo. Y es que, la estructura de las comunidades también se ve afectada por la presencia —o ausencia— de vínculos débiles. Así, una comunidad compuesta únicamente por enlaces cerrados (fuertes), carece de los puentes necesarios para coordinar acciones colectivas. Esto pudo estudiarse en el intento de una renovación urbana en la comunidad italiana Oeste de Boston: la falta de lazos débiles impedía la organización frente a situaciones adversas. Mientras tanto, comunidades trabajadoras con mayor número de puentes lograban unirse fácilmente para enfrentar objetivos comunes.

El alcance de la teoría de los vínculos débiles sigue creciendo medio siglo después de su primera publicación. Según ha informado Stanford Report, la idea, ahora considerada pilar fundamental de la sociología, ha acumulado casi 70.000 citas en disciplinas tan diversas como los negocios, la economía, la psicología y la informática. Además, el propio Granovetter detalló en una entrevista de 2022: “Tus vínculos débiles te conectan con redes que están fuera de tu propio círculo” y por eso “es más probable que obtengas información sobre nuevos empleos de personas con las que tienes vínculos débiles, tus conocidos, que de amigos cercanos”, expresaba la entrevista con BBVA al recibir el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Ciencias Sociales.

La teoría de los vínculos débiles más allá de la sociología

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Cómo te pueden ayudar los vínculos débiles según Mark S. Granovetter (Pexels)

La teoría de Granovetter, difundida a partir de 1973, se ha adaptado a la revolución de las nuevas tecnologías. De esta forma, con la digitalización y el auge de internet, han surgido nuevas oportunidades para estudiar estos vínculos en entornos en línea. Un experimento dirigido por Erik Brynjolfsson en LinkedIn, junto con colegas del MIT y la Escuela de Negocios de Harvard, estudió a 20 millones de personas durante cinco años y respaldó la hipótesis de Granovetter: los vínculos más débiles eran los más útiles para el avance profesional. Dentro de este análisis, publicado en Science, se pudo comprobar que en sectores digitales, estos vínculos desempeñan incluso un papel más relevante en la movilidad laboral.

Granovetter valoró estos resultados al afirmar: “No solo intentan averiguar si tenía razón o no, sino que muestran cómo el argumento debe modificarse, mejorarse o revisarse para fortalecerlo aún más”. También resaltó la influencia de otros académicos, como Duncan Watts y Steven Strogatz, quienes han llevado la teoría de redes a campos como la física y la informática.

De este modo, el fenómeno impulsado por el sociólogo estadounidense no se reduce solo al ámbito académico. En este sentido, el economista de Stanford, Matthew Jackson, utilizó su teoría en su libro (La red humana: cómo tu posición social determina tu poder, creencias y comportamientos) para explicar cómo el alcance de las redes sociales (“más allá de la familia y los amigos cercanos”) influye en la trayectoria económica de una persona. Y es que, la red de una persona acaba moldeando su destino, pues aquellos que mantengan una red limitada tendrá oportunidades limitadas de movilidad económica.

Noticias del día 09 de septiembre del 2025.

Por su parte, el estudio ¿Puede el capital social remediar la desigualdad estructural?, dirigido por Yiliia Kazmina en Países Bajos, analizó mil millones de vínculos familiares, escolares, laborales y vecinales en una década, para determinar el valor de esa movilidad social-económica. “El capital social puente es lo que predice positivamente la movilidad a largo plazo, en particular para los grupos económicamente desfavorecidos”, sostiene. Así, “la exposición a contactos adinerados y la diversidad socioeconómica de la red de una persona son suficientes para capturar los aspectos centrales del capital social que importan para la movilidad económica”.

Pero, este concepto se acentúa cada vez más con la automatización, según Granovetter. En su entrevista con la Fundación BBVA, el sociólogo lo tiene claro: “No importa qué tipo de big data, inteligencia artificial o aprendizaje automático utilicen los empleadores, nunca sabrán tanto de una persona como alguien que realmente la conoce, ha trabajado con ella, conoce su personalidad, sabe qué hace en su tiempo libre y cómo aborda los problemas”, explica. En la misma línea, la revista Social Networks y el Premio BBVA, ya mencionado, han reconocido la aportación de Granovetter y su influencia en campos más allá de la sociología.

En definitiva, la teoría de los vínculos débiles ha evidenciado que la experiencia personal y los grandes patrones sociales están profundamente interrelacionados. La presencia de estos lazos en las redes personales no solo facilita la circulación de información valiosa y la movilidad en el mercado laboral, sino que también refuerza la cohesión y capacidad de organización de las comunidades, un aspecto que sigue cobrando relevancia tanto en escenarios presenciales como virtuales.