Una pareja planea unas vacaciones de un mes en San Sebastián, pero se marcha a los 10 días: “No era el paraíso que habíamos imaginado”

Este matrimonio estadounidense afirma que se les acabaron “las cosas por hacer” en la ciudad vasca

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Una mujer observa el mar
Una mujer observa el mar en San Sebastián, a 20 de agosto de 2025. (EFE/Javier Etxezarreta)

El año pasado, la plataforma Bloomberg seleccionó los mejores lugares para visitar en todo el mundo y solo eligió una ciudad española: San Sebastián. La publicación destacó su “oferta monumental, gastronómica y de ocio reconocida internacionalmente”. La playa de la Concha, la Parte Vieja, “donde calles empedradas y bares de pintxos guían hacia la Basílica de Santa María del Coro y la Plaza de la Constitución”, la abundancia de restaurantes de calidad y eventos como el Festival Internacional de Cine sitúan este destino entre los más atractivos y variados del país. Tal vez Mar Yvette, una mujer estadounidense, leyó esta recomendación —y muchas otras que circulan por internet elogiando la riqueza de Donostia—, y por eso decidió planear unas vacaciones de un mes a la ciudad junto a su marido. En cualquier caso, como cuenta ahora en un artículo publicado en Business Insider, el resultado fue la decepción.

“La realidad no coincidió con nuestras expectativas —comienza la mujer—. La ciudad era hermosa, y aprovechamos al máximo nuestro viaje. Reservamos una estancia de 31 días en un Airbnb a solo dos minutos a pie de la playa de La Concha y su famoso paseo marítimo. Caminamos varias veces por todo el paseo marítimo, visitamos las famosas playas y admiramos la belleza natural de las montañas y aguas que rodean la zona. Pero después de unos cuatro días, sentimos que se nos acababan las cosas por hacer”.

Con menos de 200.000 habitantes, San Sebastián ni siquiera entra en el top ten de las ciudades más pobladas de España. A estos turistas, que afirman que venían de pasar largas temporadas vacacionales en París y Londres, parece que se les hizo pequeña. “Después de pasar varios días explorando la zona, ya habíamos hecho la mayoría de las cosas que queríamos ver y hacer durante nuestro viaje”, cuenta Mar Yvette en su artículo. “No podíamos quitarnos de encima la sensación de que habíamos cometido un error al alquilar un apartamento por todo un mes. Para intentar combatir nuestras dudas, reservamos un tour en autobús por la ciudad. También hicimos una excursión de un día a Bilbao, una ciudad portuaria más grande a aproximadamente una hora y 20 minutos de San Sebastián en autobús. Esperábamos que estas excursiones nos revelaran nuevas y emocionantes razones para quedarnos. No fue así”.

Saturación de turistas

El matrimonio también se enfrentó a algo que podrían haber descubierto si hubieran navegado cinco minutos por internet: el problema de la saturación turística en España en verano. “Había muchos más turistas de los que esperábamos”, se queja la mujer. “San Sebastián es un destino turístico muy conocido, pero pensamos que habría pocos turistas ya que no es tan grande como otras ciudades de España. Nos equivocamos”.

La actriz y productora Jennifer Lawrence (Louisville, Kentucky, Estados Unidos 1990) recogerá el próximo 26 de septiembre uno de los Premios Donostia de la 73 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en una gala en la que se proyectará su última película, 'Die My Love', de Lynne Ramsay. (Fuente: Europa Press/ Warner/The Upcoming)

También se enfrentaron a un problema con la comida. “No éramos el público ideal para la popular gastronomía vasca de la ciudad. Había una oferta interminable de pintxos en toda la ciudad, pero nuestra dieta nos impedía disfrutar de una gran variedad de ellos”. Y es que son veganos, así que solo comían “atún enlatado, pimientos y aceitunas”.

Por todo ello, decidieron adelantar su marcha de la ciudad. “Después de 10 días, hicimos las maletas y regresamos a París, agradecidos por la experiencia y listos para lo que viniera después. No obtuvimos un reembolso por los días no utilizados de nuestro Airbnb, lo que nos costó miles de dólares. Pero aun así, irnos antes valió la pena para nosotros porque realmente no se le puede poner precio al tiempo”.

Como moraleja final, recomienda Mar Yvette, “para nuestro próximo viaje, probablemente investigaremos más antes de elegir la duración de nuestra estancia en un lugar nuevo”.