Residencia de estudiantes o piso compartido, cuál es la mejor opción para los universitarios

Para el elegir la alternativa que más se adapte a su estilo de vida, el inquilino debe valorar factores como la comodidad, la independencia, el precio, la ubicación o el ambiente

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A la hora de decantarse
A la hora de decantarse por una de las dos opciones, lo que para un estudiante puede parecer una ventaja, para otro puede ser un inconveniente (Freepik)

Con la llegada de septiembre, comienza la época universitaria para muchos jóvenes españoles. Algunos en su primer año de carrera, otros afrontando la recta final, pero muchos con la obligación de mudarse de ciudad para poder estudiar en una de las distintas universidades de España. Este fenómeno es más común en las grandes urbes del país, como Madrid o Barcelona, donde se concentran las universidades más grandes.

El primer paso cuando un joven toma la decisión de mudarse de ciudad es encontrar un alojamiento. Aquí para muchos comienzan las dudas. Entre las distintas opciones, deben elegir si alquilar una habitación en una residencia de estudiantes o en un piso compartido. Lo cierto es que ninguna opción es mejor que otra, ya que lo que para uno puede ser una ventaja, para otro puede parecer un inconveniente.

Para elegir entre residencia de estudiantes o una habitación privada en un piso compartido es necesario valorar criterios como el presupuesto disponible, la privacidad, los horarios o las normas. Solo haciendo una comparativa de estos parámetros es posible saber cuál de estas dos opciones se adapta mejor a las necesidades del estudiante y a su estilo de vida.

Las ventajas de una residencia de estudiantes

Entrando a valorar cada una de ellas a nivel individual, nos encontramos que las residencias suelen estar pensadas en hacer más fácil la vida del estudiante. Esto se debe a que, por lo general, este tipo de alojamientos cuentan con habitaciones amuebladas, comedor, zonas comunes y servicios incluidos en el precio mensual, como una cuota de limpieza o el servicio de lavandería.

La principal ventaja para quienes decidan alojarse en una residencia es que todo está centralizado. Es decir, desde el momento en el que se firma el contrato, el alumno se despreocupa de las gestiones. Los gastos de agua, luz e internet van incluidos en la cuota mensual. Además, estos centros suelen ubicarse próximos a las universidades -en algunos casos dentro del propio campus-, lo que facilita el acceso y evita desplazamientos largos.

El estudio se orienta particularmente hacia las colillas procedentes de cigarrillos electrónicos, cuyo contenido de fibra aprovechable resulta superior al de los cigarrillos convencionales, y plantea su utilización como aditivo en la construcción de carreteras

Entre las desventajas de elegir una residencia de estudiantes encontramos que cuentan con una menor privacidad, sobre todo si se trata de una habitación doble, donde el estudiante debe convivir con otra persona, los horarios y las normas suelen ser más restrictivos, los precios son más elevados, no es posible elegir con quien convivir y existe un ambiente juvenil que, en algunos casos, no favorece la concentración.

Las ventajas de elegir un piso compartido

Por otro lado, al elegir una habitación en un piso compartido, nos encontramos con que esta opción se asemeja más a una vivienda tradicional. El alquiler de pisos de estudiantes conlleva una serie de ventajas, como el reparto de gastos de luz, agua e internet con el resto de compañeros de piso, así como las responsabilidades, como la limpieza. Además, a diferencia de la anterior, contamos con más libertad para elegir la zona de la ciudad en la que queremos vivir.

Con esa opción el estudiante gana autonomía, ya que puede decir aspectos como lo que quiere comprar en el supermercado, cómo organizarse los turnos de limpieza o qué quiere hacer en su habitación, todo ello dentro de unos límites pactados con el resto de inquilinos del piso compartido.

Entre las desventajas de elegir un piso compartido encontramos que es necesario gestionar las facturas y el contrato, lo que para muchos estudiantes que dejan por primera vez la casa familiar supone una gran dificultad, pueden existir conflictos de convivencia más directos, así como problemas con el casero. Además, no hay servicios como el comedor o la limpieza incluidos en el precio y la responsabilidad de las reparaciones y el mantenimiento en algunas ocasiones puede recaer en los inquilinos.

Lo cierto es que, a la hora de elegir entre una de las dos opciones, el estudiante debe preguntarse si valora más factores como la comodidad, independencia, precio, ubicación o ambiente, y cuáles no está dispuesto a sacrificar. Esto es clave para elegir el alojamiento que mejor encaje con su estilo de vida y para poder aprovechar al máximo esta etapa.