El icónico león alado de Venecia podría tener sus orígenes en el Imperio Chino

A pesar de estar ya tan vinculada a la ciudad, la estatua de la plaza de San Marcos podría haber sido “una estatua guardiana de tumbas en China” antes de ser transportada a Italia, según un estudio reciente

Guardar
Vista aérea de la zona
Vista aérea de la zona costera de Riva degli Schiavoni en la Plaza San Marco al amanecer, en Venecia, norte de Italia, durante la pandemia de covid-19. EFE/EPA/FABIO MUZZI ATTENTION: This Image is part of a PHOTO SET[ATTENTION: This Image is part of a PHOTO SET]

El león alado que reina sobre la Plaza de San Marcos forma parte del paisaje de Venecia desde hace siglos. Sus alas desplegadas han custodiado la ciudad entre canales, góndolas y multitudes, convirtiéndose en una figura reconocible en todo el mundo, asociada inseparablemente a San Marcos, evangelista protector de la ciudad. Sin embargo, investigaciones recientes han revelado que, quizás, esta estatua no nació en Italia, sino que recorrió medio mundo antes de asentarse allí.

De China a Venecia por la Ruta de la Seda

Concretamente, el estudio sugiere que el bronce del león de San Marcos proviene de los yacimientos del Yangtsé en la China del siglo VIII. Un equipo internacional capitaneado por Massimo Vidale, de la Universidad de Padua, y en el que participaron especialistas de la Asociación Internacional de Estudios Mediterráneos y Orientales y la Universidad Ca’ Foscari de Venecia, analizó la composición del metal y reconstruyó la historia de la escultura. La revista Antiquity y Reuters han seguido el proceso de investigación y los resultados no dejan lugar a dudas: el metal fue fundido bajo la dinastía Tang y viajó a Venecia a través de la Ruta de la Seda.

Los especialistas llegaron a esta conclusión analizando los isótopos de plomo del bronce, que coinciden con los hallados en la cuenca baja del río Yangtsé. Esta pista permitió descartar teorías anteriores que situaban su fabricación en Anatolia durante el periodo helenístico. El equipo indagó también en las características físicas del león y encontró algo inesperado. Los rasgos que definen la escultura veneciana - hocico ancho, bigotes hacia arriba, fauces abiertas y sienes truncadas - coinciden con las figuras conocidas en China como “zhènmùshòu”, guardianes de tumbas fundidos en tiempos de la dinastía Tang.

Noticias del día 05 de septiembre del 2025.

El análisis detallado permitió identificar “cicatrices” en el metal, indicios de que el león pudo tener cuernos y orejas puntiagudas que más tarde se modificaron para aproximar su imagen al canon veneciano. Cuando la pieza llegó a Italia, los artesanos adaptaron sus formas: eliminaron los cuernos, redondearon las orejas y reconfiguraron el pecho y la melena para integrarla en el imaginario local.

La ruta seguida por la escultura sigue generando hipótesis. Según relatan los registros, el león ya coronaba su columna en la plaza de San Marcos cuando Marco Polo regresó a Venecia en 1295. El relato científico señala a los comerciantes Niccolò y Maffeo Polo, padre y tío del explorador, quienes viajaron a la corte del Gran Khan en Pekín a mediados del siglo XIII y pudieron traer la estatua desmontada por la Ruta de la Seda. Así lo plantea el informe publicado: “Posiblemente los emisarios venecianos se encontraron con una estatua guardiana de tumbas en China a mediados de la década de 1260 y, entre 1270 y 1290, la modificaron en Venecia”, matizando, sin embargo, que “existen varios escenarios plausibles”.

La transformación del león asiático al emblema de la República de Venecia coincidió con la construcción de las columnas que hoy enmarcan la Plaza de San Marcos, aunque la fecha exacta de su colocación permanece un misterio. El equipo investigador señala: “En el esfuerzo general por difundir el nuevo y poderoso símbolo de la República Veneciana, los Polo pudieron tener la audaz idea de readaptar la escultura para convertirla en un plausible (al menos visto desde lejos) león alado”.

“El ‘León’ de San Marcos es chino y recorrió la Ruta de la Seda”, recalca Vidale en declaraciones recogidas por la Universidad de Padua y citadas en Reuters. El equipo culmina su investigación así: “Por supuesto, esto es solo una posible hipótesis basada en la intersección de los datos históricos y arqueometalúrgicos. La palabra ahora pasa a los historiadores”.