Una mujer okupa una casa sin saber que era de un juez: si no cumple la sentencia podría perder la tutela de su hija

Marion llevaba una vida caótica, marcada por su adicción a la heroína y el cannabis y situaciones de precariedad

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La mujer fue condenada a
La mujer fue condenada a tratar sus malos hábitos y una estricta vigilancia judicial (Freepik)

Cuando Marion, una mujer de 39 años, decidió acceder a una casa que pensaba que estaba desocupada, no imaginaba todas las consecuencias negativas que esta decisión le traería. La forma de okupar la vivienda fue sencilla, forzó la persiana y pudo acceder a su interior. Lo que desconocía la mujer es que esta propiedad era la segunda residencia de un magistrado de Nimes, Francia.

Al enterarse que su propiedad estaba okupada, el juez decidió iniciar acciones legales de inmediato, convirtiendo el suceso en un caso penal, que llevó a Marion a asumir responsabilidades por sus acciones y reveló el trasfondo de su historia, una vida caótica, marcada por las adicciones y situaciones de precariedad.

Tras el correspondiente juicio, el tribunal judicial de Montpellier condenó a Marion a seis meses de prisión, con suspensión de la pena por dos años. La sentencia implica para la mujer seguir un tratamiento obligatorio para tratar sus adicciones y estricta vigilancia. Si la mujer cumple las condiciones impuestas, evitará entrar a prisión. Sin embargo, si no lo hace, será encarcelada y perderá la tutela de su hija de 17 años.

En el tribunal, la mujer acusada de okupación intentó explicar su comportamiento alegando que se encontraba pasando una serie de dificultades personales: “Metí la pata, estaba pasando por una mala racha”, dijo, asegurando que no era una delincuente. El problema para ella era que la fiscalía la consideraba una drogadicta y sus antecedentes y el caos que dejó en la casa del magistrado complicaron su defensa.

Los jueces de la causa no fueron receptivos a sus explicaciones, ya que creían que sus antecedentes, aunque marcados por la precariedad y las adicciones, no justificaban un comportamiento abusivo ni reiteradas ocupaciones ilegales. Lo cierto es que Marion era adicta al cannabis y la heroína, lo que la llevó a un intento de suicidio en el pasado.

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Ya había sido denunciada por okupación en otras ocasiones

El juicio llevado a cabo por el juez duelo de esta propiedad sacó a la luz el expediente de Marion, que ya se había encontrado en una situación similar en el pasado. En 2023, un hombre llamado Christophe, que padecía trastorno bipolar, la acogió junto a su hija en su casa. Cuando se encontraban instaladas, la mujer llevó al hogar a su pareja y sus mascotas -un perro, ocho gatos y un hurón-. Ante esta situación, el dueño decidió abandonar la propiedad, ya que se encontraba desbordado por la tesitura ya que era incapaz de convivir con ellos.

Al intentar regresar, descubrió su casa en un estado deplorable, entre la degradación y las condiciones insalubres, lo que lo llevó a denunciar a la mujer ante la Policía, que terminó desalojando a todos de la propiedad de Christophe. A pesar de todo, Marion no fue condenada en ninguno de los casos en los que estuvo involucrada. Los tribunales determinaron que, como fue el propietario quien le permitió ir a vivir a la vivienda junto con su hija, no se trataba de una ocupación ilegal. Marion fue absuelta, pero perdió el derecho de acercarse a la propiedad de Christophe, al igual que ocurrió con una convivencia previa en el hogar de un hombre llamado Clement.

A día de hoy, la mujer se encuentra bajo estrecha supervisión judicial y su futuro dependerá de su capacidad para cumplir con sus obligaciones de cuidado y superar sus adicciones. Esta situación también parece ser delicada para su hija de 17 años, por la incertidumbre por el estado de su madre y la inestabilidad. Para Marion, la esperanza de reintegración sigue siendo posible, siempre y cuando logre romper con sus comportamientos destructivos y acepte la ayuda que se le ofrece.