Las infantas Elena y Cristina asisten a la reina Sofía con el cuidado de Irene de Grecia: sus nuevos papeles en la Zarzuela

Las hermanas del rey Felipe VI asisten a su madre y se vuelcan en la salud de su tía Irene de Grecia

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La infanta Cristina y la
La infanta Cristina y la Infanta Elena, en una fotografía de archivo (EUROPA PRESS)

Las infantas Elena y Cristina han dado un paso relevante en la esfera privada de la Familia Real española. Las hijas del rey Juan Carlos y la reina Sofía se han convertido en el principal sostén de la vida cotidiana en las dependencias privadas de Zarzuela, especialmente ante la delicada situación de salud de la princesa Irene de Grecia, hermana menor de la madre de Felipe VI. Actualmente, únicamente residen en el palacio la propia reina Sofía y su hermana, quienes reciben cuidados continuos tanto de profesionales sanitarios como de especialistas en el bienestar.

La enfermedad neurodegenerativa que padece la princesa Irene de Grecia ha motivado la presencia constante de su familia, que se ha volcado en acompañarla. No solo la reina Sofía se mantiene a su lado, sino que también las infantas Elena y Cristina han asumido la coordinación del dispositivo médico y de atención alrededor de su tía. Pilar Eyre describe en su columna para la revista Lecturas que “Sofía está realizando una vigilia dolorosa al lado de su hermana enferma. Sus hijas no la han dejado sola ni un momento y son las que organizan el operativo médico de su tía Irene”.

El despliegue en Zarzuela se manifiesta en un flujo constante de servicio, médicos, enfermeras y religiosos, tanto católicos como ortodoxos, que ofrecen consuelo y acompañamiento a la reina Sofía. La experta en casas reales subraya en su artículo el carácter desinteresado de la labor de Elena y Cristina. “Irene no posee fortuna alguna, lo poco que ha llegado a tener lo ha legado a causas benéficas y vive de la generosidad de su hermana”, afirma la periodista. A pesar de la falta de reconocimiento público, la dedicación de las infantas responde a la voluntad de retribuir el afecto recibido y sostener tanto a su madre como a su tía en este periodo de especial dificultad.

La reina Sofía e Irene
La reina Sofía e Irene de Grecia durante la entrega de los premios BMW de pintura en su XXXIX en el Teatro Real (José Ramón Hernando / Europa Press)

La reina Sofía, el mayor apoyo de Irene de Grecia

La rutina diaria muestra la implicación de las hermanas en la organización de citas médicas y cuidados personalizados. Lejos de buscar protagonismo, Elena y Cristina cumplen con una responsabilidad que es percibida como una extensión de la forma en la que la reina Sofía cuidó a Irene desde la infancia, una relación marcada por el apoyo incondicional y el afecto, que atravesó momentos difíciles. “Cuando vivían en Sudáfrica en el exilio y las ratas les correteaban entre los pies, la Sofía niña las ahuyentaba para que no molestaran al bebé que acababa de nacer”, recuerda Eyre, detallando cómo la reina asumió desde joven la protección de sus hermanos, en especial de Irene, a la que su entorno describe como singular y carismática.

Para Sofía, la enfermedad de Irene implica un golpe emocional significativo, que se suma a las pérdidas familiares y a las polémicas de los últimos años. Eyre sugiere que la madre de Felipe VI “se queda sin el timón de su barco”, en referencia a la soledad progresiva que afronta tras décadas de priorizar el bienestar de hijos, nietos y hermanos. Ahora, el paso del tiempo y las circunstancias han mermado ese núcleo familiar, dejando a la emérita en una situación de vulnerabilidad que sus hijas intentan paliar.

El árbol genealógico de la Familia Real española

Elena y Cristina perciben la tristeza en el rostro de su madre y actúan con la intención de aligerar su carga emocional. De esta manera, procuran mantenerla acompañada y ocupada, organizan visitas y coordinan el entorno asistencial para que ella pueda centrarse en compartir tiempo con su hermana Irene, sujetarle la mano y evocar recuerdos compartidos de la infancia. La prioridad, en este contexto, es evitar añadir más pesar a Sofía mientras enfrenta uno de los momentos más complejos de su vida.