
La industria de los drones sigue avanzando a pasos agigantados. Las aeronaves no tripuladas se han convertido en una herramienta fundamental en los conflictos armados actuales, pero también en las labores de vigilancia o control. No obstante, no solo crecen por vía aérea. Los drones navales cada vez tienen más relevancia.
El potencial de los drones en el océano es enorme, pues podrían sustituir trabajos de los buzos realmente peligrosos y llegar a puntos más profundos o inaccesibles para una persona. Uno de los últimos proyectos más ambiciosos en este sentido promete ser “el más avanzado” y cuenta con la participación de dos firmas españolas.
Se trata del dron naval Arrow, que recibe este nombre por las siglas en inglés de ‘barco de guerra autónomo de reconocimiento rápido‘. Los sellos españoles partícipes son D3 Applied Technologies y Maxwell Applied Tech, que pertenecen a Televés Corporation. El proyecto cuenta con una inversión que se eleva hasta los 7,5 millones de euros del Fondo Europeo de Defensa (FED).
El dron naval más avanzado
Un consorcio europeo lidera el desarrollo del dron militar. Contará con unos 12 metros de eslora y se prevé desarrollar un buque de superficie no tripulado (USV) innovador. Para ello, se empleará una tecnología hydrofoil (basada en una estructura con alas sumergidas bajo una tabla que permite aumentar la velocidad con el movimiento) para mejorar prestaciones como alcance, estabilidad y discreción.
El prototipo Arrow aspira a convertirse, para 2028, en el USV más avanzado de su clase. Está diseñado para navegar a entre 35 y 45 nudos y dispone de una autonomía de 400 millas náuticas, reduciendo el consumo de combustible a la mitad. Esto supone que alcanza velocidades aproximadas de entre 64 y 84 kilómetros por hora y tiene una autonomía de casi 800 kilómetros.
Tendrá una función de control y vigilancia, y su capacidad de autonomía y velocidad lo convierte en una herramienta que permitirá un gran salto en este sentido para Europa. El continente cuenta con decenas de miles de kilómetros de rutas marítimas que deben ser vigiladas ante posibles riesgos y amenazas.
Participación española
Las dos firmas españolas vinculadas al proyecto son dos ingenierías gallegas, D3 Applied Technologies y Maxwell Applied Tech, que están asociadas a Televés. Ambas tienen su sede en el municipio de Ames, en la provincia de A Coruña. El consorcio grupa a ocho pymes y dos centros de investigación de ocho países europeos o asociados.
El proyecto está dirigido por la francesa SEAir Solutions y, además de por sus capacidades técnicas, supone una innovación en la relación entre industrias europeas de defensa. D3 Applied Technologies aporta especialización en el diseño de cascos, hidroalas y optimización de rendimiento. También sumará el análisis de la firma de radar para mejorar las capacidades de sigilo del vehículo.
Por su parte, Maxwell es una empresa especializada en el diseño y desarrollo de soluciones de ingeniería avanzada. Se centra en el ámbito de los sistemas electrónicos de RF, microondas y digitales, añadiendo una propuesta de valor al consorcio.
Últimas Noticias
Predicción del clima: estas son las temperaturas en Zaragoza
Los fenómenos meteorológicos y análisis de probabilidad permiten dar información sobre la temperatura, lluvias y vientos para las próximas horas

Santoral: qué santos se festejan este 5 de septiembre
Cada una de las personas reconocidas como santos o beatos tienen asignada una fecha en el calendario para ser recordados

Previsión meteorológica del tiempo en Valencia para este 5 de septiembre
Para evitar cualquier imprevisto es importante conocer el pronóstico del tiempo

El proyecto clave por 70 millones que Defensa instalará en plena España vaciada: así será el centro tecnológico ‘Numant-IA’
Margarita Robles ha afirmado que será un gran avance tecnológico y generará mucho empleo

España celebra una apertura judicial de alto voltaje con un fiscal general a un paso del banquillo: “Mina la credibilidad de la justicia”
Está en el aire la posibilidad de que jueces conservadores realicen algún gesto para protestar por la participación de Álvaro García Ortiz en el acto solemne presidido por el rey
