¿Cómo pudo Rusia intervenir la señal GPS del avión de Von der Leyen? La gran antena de Kaliningrado o los camiones con sistemas de interferencias

El país liderado por Putin habría creado una importante instalación a 25 kilómetros de Polonia

Guardar
Avión de Von der Leyen
Avión de Von der Leyen (INQUAM PHOTOS/Eduard Vinatoru / Reuters)

La interferencia de la señal GPS del avión de Ursula Von der Leyen ha sido una de las noticias de la semana. La presidenta de la Comisión Europea viajaba en avión hacia Bulgaria, cuando el piloto se vio obligado a aterrizar de emergencia al perder la conexión por satélite. Al poco tiempo del incidente, Rusia ya figuraba como el principal acusado.

La guerra electrónica es una realidad desde hace años. Los ataques a través de hackeos e interferencias son una constante en los frentes de guerra. Sin embargo, desde que comenzó el conflicto entre Rusia y Ucrania, no solo los han sufrido figuras militares. Diferentes políticos se han visto afectados, y Von der Leyen es el último caso.

Rusia cuenta con un cuidado y preciso proyecto de interferencia de señales. Para ello, apostó por una región clave, la de Kaliningrado, situada entre los países que bañan el Báltico y Polonia, donde creó una importante base militar con alta tecnología de guerra electrónica. Allí han establecido desde grandes antenas a sistemas portátiles que mueven a través de camiones.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha superado este jueves la moción de censura presentada por un grupo de eurodiputados de ultraderecha, y lo ha hecho gracias al apoyo de la gran coalición que forma su familia política y principal grupo en la Eurocámara, el Partido Popular Europeo (PPE), con socialdemócratas (S&D) y liberales (RE). (Fuente: EBS)

Kaliningrado, el centro de interferencias

Los sistemas de posicionamiento satelital, como GPS o Galileo, funcionan a partir de las señales de radio emitidas por satélites, que los dispositivos captan para calcular su localización exacta. Este proceso puede ser alterado por equipos capaces de emitir señales falsas que inducen una ubicación errónea (spoofing) o por generadores de interferencias que bloquean la frecuencia utilizada (jamming).

El desarrollo de estas tácticas tuvo origen en usos militares, aunque Rusia ha comenzado a aplicarlas en contextos civiles. Para llevar a cabo estos ataques electrónicos, desarrolló un centro militar en Kaliningrado, un enclave geoestratégico fundamental para el país por su cercanía con Occidente y su salida al mar Báltico.

En esta base, han desarrollado un sistema de antenas capaces de realizar estas intervenciones y emitir las falsas señales. Se descubrió estas construcciones al detectarse grandes círculos sobre el terreno en 2023. Se trataría de una instalación compuesta por una disposición circular de antenas, conocida como CDAA.

Dentro de estas antenas, resalta un proyecto que puede ser especialmente peligroso para los países europeos. Según la investigación de Tochnyi, Rusia habría creado una gran antena con enorme capacidad de interferencia a solo 25 kilómetros de la frontera con Polonia. Cifran su tamaño en unos 1.600 m de diámetro, lo que la convertiría en la antena de mayor tamaño. El riesgo se basa en la posibilidad de control de las comunicaciones de sus países rivales y la emisión de señales para confundir.

Camión militar ruso (REUTERS/Alexander Ermochenko)
Camión militar ruso (REUTERS/Alexander Ermochenko)

Los camiones equipados

Las interferencias rusas no solo pueden llegar desde estas instalaciones. El país liderado por Putin ha creado una serie de camiones que permiten transportar los sistemas de interferencias, pudiendo expandir el uso de esta técnica de ataque. Este es el caso del R-330Zh Zhitel, un camión fabricado por Rusia y especializado en este cometido.

Según explica el medio Army Recognition Group, la estación de interferencia R-330ZH está compuesta por un vehículo equipado con tecnología electrónica sobre un camión 6x6 y un remolque con mástiles telescópicos que sostienen cuatro antenas activas. Esta configuración permite la emisión de señales mediante operaciones de bajo perfil.

Cada antena incorpora módulos de transmisión y recepción para amplificar y controlar señales. El sistema puede desplegarse en 40 minutos y operar de forma autónoma hasta 1600 horas. Sus funciones principales incluyen detección, localización e interferencia de comunicaciones satelitales, redes GSM y equipos de navegación GPS en un radio de hasta 30 kilómetros.

De esta manera, Rusia cuenta con uno de los sistemas de inteligencia electrónica y control de satélites más efectivos del mundo, con lo que crea una importante amenaza para los países occidentales, que pueden sufrir episodios como el sufrido por la presidenta de la Comisión Europea.