La Global Sumud Flotilla zarpa de Barcelona con activistas de 44 países en 20 barcos cargados de ayuda humanitaria para Gaza

Unas 5.000 personas despiden en el Moll de la Fusta a los 300 activistas que intentan abrir un corredor humanitario

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La Global Sumud Flotilla, que aspira a ser la mayor misión de solidaridad con Gaza hasta la fecha, para lo que cuenta con la participación de personas y entidades de 44 países y la presencia de una veintena de embarcaciones, partirá este domingo del puerto de Barcelona, con la activista Greta Thunberg y la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, entre sus tripulantes.

La veintena de barcos que forman parte de la Global Sumud Flotilla partieron este domingo desde Barcelona con destino a la Franja de Gaza. A bordo viajan alrededor de 300 activistas de 44 países, entre ellos personalidades de proyección internacional como la activista sueca Greta Thunberg o la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau. El objetivo de la misión es romper el bloqueo impuesto por Israel desde 2007 y crear un corredor humanitario que facilite la entrada de ayuda básica a la población gazatí.

Según datos de la Guardia Urbana, unas 5.000 personas se concentraron en el Moll de la Fusta para despedir a la flotilla en un ambiente festivo que mezcló banderas palestinas, pancartas y mensajes de apoyo. Desde el viernes y hasta este domingo, organizaciones sociales y propalestinas habían organizado charlas, conciertos y actividades en la ciudad para acompañar el inicio de la expedición.

La flotilla, compuesta por embarcaciones de entre doce y veinte metros de eslora, transporta en sus bodegas alimentos y medicamentos donados por la sociedad civil. Aunque la carga es simbólica, la acción pretende mantener viva la conciencia internacional sobre la situación humanitaria en Gaza. “Romper el bloqueo es muy difícil, pero visibilizar el hambre y el sufrimiento en la franja es posible”, señalaron portavoces de la misión, que denuncian que Israel utiliza la privación de alimentos como arma de guerra, en línea con advertencias de la ONU.

Vista de uno de los
Vista de uno de los barcos que forman parte de la flotilla en el puerto de Barcelona este domingo (EFE/ Toni Albir)

La expedición forma parte de una iniciativa internacional más amplia. Desde Génova partieron también varias embarcaciones, y el próximo 4 de septiembre zarparán otras desde Sicilia y Túnez. Grecia se sumará poco después. Cuando se reúnan todas, se espera que la flotilla alcance medio centenar de barcos antes de intentar superar el cerco marítimo israelí.

Riesgos y precedentes de violencia

La expedición no es ajena a los peligros. Greta Thunberg alertó de que en anteriores intentos las embarcaciones sufrieron sabotajes e incluso ataques en alta mar. Recordó también el asalto al Mavi Marmara en 2010, en el que murieron diez activistas y una cincuentena resultaron heridos de bala tras la intervención de comandos israelíes en aguas internacionales.

La Global Sumud Flotilla insiste en la legalidad de su misión, argumentando que Gaza es un territorio ocupado y que interceptar a los barcos en alta mar constituiría “un acto de piratería”. Los activistas se han preparado para el abordaje sin responder a provocaciones y asumen el riesgo de ser detenidos y deportados.

Este es el cuarto intento en lo que va de año de romper el bloqueo. En mayo, el barco Conscience fue atacado con drones al salir de Malta y sus motores incendiados. El Madleen y el Handala también fueron interceptados en aguas internacionales antes de llegar a Gaza. En total, desde 2007 se han producido 37 intentos similares.

Camino a un septiembre clave

El próximo 9 de septiembre, fecha en la que la Asamblea General de Naciones Unidas abrirá sus sesiones en Nueva York, la flotilla podría encontrarse ya cerca de Gaza. Activistas y observadores apuntan que la debilitada posición internacional de Israel podría dar mayor visibilidad a la misión en ese foro, donde el sur global tiene mayoría.

Vista de uno de los
Vista de uno de los barcos que forman parte de la flotilla en el puerto de Barcelona este domingo (EFE/ Toni Albir)

La Global Sumud Flotilla, consciente de las dificultades, confía en que la presión de la opinión pública internacional crezca con cada milla recorrida. Su travesía es incierta, pero su eco político y simbólico ya resuena en Barcelona y en el Mediterráneo.