Un hombre encuentra 500 euros olvidados en un cajero automático en Salamanca y actúa de una manera ejemplar

Que un ciudadano se comporte conforme marca la ley o ya solo el civismo no debiera ser noticia, pero esta lo es. El propietario del dinero había cometido una gran imprudencia

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Un hombre utiliza un cajero
Un hombre utiliza un cajero automático. (Europa Press)

Encontrar dinero en la calle no es un golpe de suerte, o no debería serlo. La Policía Nacional recuerda la obligación de todo ciudadano de entregar aquello que no le corresponda, a fin de que su legítimo dueño pueda recuperarlo. Ese legítimo dueño podrías ser tú. Debe hacerse en una comisaría, en un cuartel de la Guardia Civil o en la oficina de objetos perdidos del ayuntamiento que corresponda. Se trata de un trámite que está recogido en los artículos 615 y 616 del Código Civil, que se enfocan en el deber de facilitar la devolución de cualquier objeto o cantidad monetaria extraviada.

No hacerlo tiene cabida en otro código, el Penal, en su artículo 254, que establece las consecuencias legales de quedarse con bienes ajenos. Dice así: “Quien se apropiare de una cosa mueble ajena, será castigado con una pena de multa de tres a seis meses. Si se tratara de cosas de valor artístico, histórico, cultural o científico, la pena será de prisión de seis meses a dos años. Si la cuantía de lo apropiado no excediere de 400 euros, se impondrá una pena de multa de uno a dos meses”. O, lo que es lo mismo, un gesto para muchos inocente como guardarse un billete o una cartera, por poco que contenga, es un delito.

El despliegue policial, llevado a cabo en Madrid y Alicante, resultó en la detención de nueve personas —tres en la capital y seis en la provincia alicantina—, presuntas responsables de una cadena de asaltos.

Portarse bien o, mejor dicho, hacer lo correcto, no solo libera de posibles sanciones, sino que en el mejor de los casos hasta puede tener una recompensa. Pongamos el caso de que entregas una cartera o suma de dinero hallada en una comisaría, cuartel o dependencias de un consistorio y aparece el propietario. El Código Civil establece que quien ha reparado su pérdida puede quedarse con 10% de la suma o del valor del bien si este supera los 12 euros y no excede de los 12.000 euros. Otra opción es que nadie reclame ese bien, caso en el que, pasados dos años, pasará a ser propiedad de quien lo encontró, según establece la ley.

No tocó el dinero y llamó a la policía

Esta semana ha trascendido una historia que por el propio hecho de haber trascendido evidencia que no nos encontramos ante algo habitual, o que puede calificarse como encomiable por poco común. Un ciudadano de Salamanca hizo una llamada a la policía avisando de que había encontrado 500 euros en un cajero automático. El hombre se aceró a una sucursal de su banco a sacar dinero y encontró esta cantidad expedida por el cajero, sin que nadie la hubiera recogido. Lejos de tocarlo o llevarlo personalmente, sacó el teléfono móvil y se propuso actuar con escrupuloso civismo.

Tras la llamada, agentes de la Nacional se personaron en la entidad y procedieron a recoger el dinero y a identificar al hombre que lo había localizado, no precisamente para penalización alguna, sino para una hipotética futura recompensa, así como para documentar bien el atestado. Los 500 euros acabaron depositados en comisaría y a continuación las fuerzas de seguridad se pusieron en contacto con el banco a fin de dar con el dueño del dinero, algo que no resultaría del todo complicado, ya que bastaría con revisar las cámaras o el registro de usuarios del propio cajero. Solo cuestión de tiempo.

Dispositivo usado en la estafa
Dispositivo usado en la estafa conocida como 'skimming', que permite capturar datos personales de las tarjetas en los cajeros.

Aparece el propietario

Y como estaba previsto, dar con ella fue sencillo. La persona con la que se contactó confirmó que era su dinero; que había estado en esa hora y lugar, que había esperado a que saliera el dinero del cajero pero que no lo hacía, de forma que se terminó marchando, pensando que ya no lo haría. La Policía Nacional, recoge una nota de Europa Press, recuerda que cuando algo así ocurra, como cuando la máquina se ‘come’ la tarjeta, el ciudadano ha de ponerse en contacto inmediato con el banco, ya que puede tratarse de un error del sistema pero también de una manipulación fraudulenta del cajero por parte de terceros, que quieran robarte. Fue una imprudencia no hacerlo.

El propietario del dinero puede darse por satisfecho por la calidad humana de quien vino tras él. Se desconoce si ha premiado las molestias tomadas por custodiar el dinero y asegurarse de que no acabaría en otras manos que en las que correspondían.