La casa de Shaila Dúrcal en Madrid: una finca familiar cargada de historia que rescató tras años de abandono

Un espacio lleno de historia y emociones vuelve a la vida tras años de abandono y se convierte en símbolo de homenaje familiar

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Shaila Dúrcal, en montaje de
Shaila Dúrcal, en montaje de 'Infobae'.

Hace un año, Shaila Dúrcal tomaba una importante decisión para rescatar una auténtica joya inmobiliaria que forma parte de la historia de su familia. La hija menor de Rocío Dúrcal y Antonio Morales ‘Junior’ adquirió la finca del municipio madrileño de Torrelodones, haciéndose con la vivienda en la que ella misma creció y que llevaba una década sumida en el abandono.

Este jueves 28 de agosto, Shaila cumple 46 años y lo celebra disfrutando de una envidiable estabilidad personal y profesional. La cantante lleva casi 18 años casada con Dorio Ferreira, con quien ha creado un nuevo hogar en la casa de los Morales Dúrcal.

La propiedad, situada al pie de la sierra de Guadarrama, fue el hogar de la familia desde los años 70. Con más de 19.000 metros cuadrados de terreno y una superficie construida que supera los 660 metros cuadrados, la finca se erige entre rocas y encinas, ofreciendo un refugio que marcó la infancia de Shaila y sus hermanos. Tras el fallecimiento de sus padres, la vivienda pasó a ser propiedad de los tres hijos, pero fue la cantante quien finalmente tomó la decisión de comprarla y devolverle la vida que tuvo en el pasado.

Tras la compra, la artista comenzó un proceso de remodelación integral de la vivienda para devolverle el esplendor a sus amplias y luminosas estancias tras 10 años cerrada. “La está poniendo a su gusto, con cositas de mamá y papá… es muy bonito”, expresó Carmen Morales después de que su hermana se hiciera con la propiedad.

Así es la casa de Shaila Dúrcal

El inmueble destaca por su diseño espacioso y la luminosidad que inunda cada rincón. El parqué impecable recorre toda la casa, cuyas paredes estuvieron decoradas con recuerdos de las giras internacionales de Rocío Dúrcal. El salón, de doble altura y con una chimenea acogedora, fue testigo de reuniones familiares y noches de invierno. Entre los elementos más singulares se encuentran muebles pintorescos, algunos bañados en pan de oro, y una habitación dedicada a la música, donde un gran piano de cola y discos de platino colgaban en las paredes, testimonio del éxito artístico de la familia.

La música sigue teniendo un gran protagonismo en la nueva etapa de la casa familiar, pues Shaila y Dorio, productor musical, han instalado en la vivienda su propio estudio. “Están todo el día metidos en el estudio, con la música sonando”, confesaba Carmen al hablar de cómo su hermana había devuelto la vida a los pasillos de la vivienda.

Rincón de la casa de
Rincón de la casa de Shaila Dúrcal y Dorio Ferreira. (Instagram:@dorioferreira)

El exterior de la finca albergaba un gran porche que servía de escenario para celebraciones y la piscina que ofrecía alivio en los días calurosos. El jardín, donde los hijos de los artistas jugaban y los perros de la familia encontraban su espacio, también fue fuente de inspiración para Rocío Dúrcal. En una ocasión, la propia Shaila compartió que una de las encinas del jardín, tras morir, se transformó en un punto de luz al decorarla con farolillos, manteniendo así el espíritu de renovación y memoria.

Legado familiar

El valor sentimental de la finca se intensifica por la presencia de parte de las cenizas de Rocío Dúrcal en el jardín, mientras que otra parte descansa en la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México. “Aquí están las cenizas de mis padres, en estos atardeceres siempre estarán con nosotros y siempre tendremos los mejores recuerdos de la familia y sobre todo de ellos”, escribió la cantante en sus redes sociales.

Rocío y Shaila Dúrcal, en
Rocío y Shaila Dúrcal, en una imagen de archivo. (Instagram:@shailadurcal)

La infancia de Shaila en Torrelodones estuvo marcada por el contacto con la naturaleza y la vida en familia. En una entrevista concedida a la revista local Más Vive, la cantante recordó con cariño los años vividos en el municipio, las amistades forjadas y su participación en el equipo de voleibol local. “He tenido bellísimos recuerdos de mi infancia y adolescencia junto con mis grandes amigos y participando en el equipo de Voleibol de Torrelodones”, afirmó. A pesar de sus compromisos profesionales, cada vez que regresa a la localidad, Shaila procura disfrutar de la tranquilidad y la compañía de sus seres queridos.

En la misma entrevista, Shaila recordó con cariño la figura de su madre: “Siempre estará día a día en mi recuerdo y en el de la gente porque ella es inolvidable”, afirmó.