Meghan Markle se pone más de 270.000 euros en joyas para cocinar tartas o hacer cerámica: del reloj de Diana a su anillo de compromiso

Diamantes, oro y piezas con historia acompañan a Meghan Markle en la segunda parte de su programa de estilo de vida, With love, Meghan, estrenado este miércoles en Netflix. La duquesa de Sussex, lejos de dejar sus joyas a un lado, opta por lucir una colección de lujo valorada en más de 236.000 libras —unos 273.000 euros— mientras prepara recetas caseras y comparte momentos cotidianos con invitados famosos.

La nueva entrega del programa, grabada el año pasado en una casa alquilada en Montecito, cerca de la residencia de los Sussex, se suma al fenómeno mediático que rodea a Meghan y Harry desde su salida de la familia real británica. En esta ocasión, la serie muestra a la duquesa cocinando, esculpiendo cerámica y conversando con figuras como Chrissy Teigen, John Legend, Tan France o la chef Christina Tosi, todo ello en un ambiente que combina lujo y sencillez doméstica.

Uno de los aspectos más llamativos del programa es la impresionante colección de joyas que Meghan exhibe durante las grabaciones, tal y como ha recopilado el Daily Mail. La pieza central es su anillo de compromiso de tres piedras, valorado en 120.000 libras, que incorpora diamantes de la colección personal de la princesa Diana. Este anillo, diseñado originalmente por Cleave & Company —joyeros de confianza de la reina Isabel II—, fue posteriormente modificado por Lorraine Schwartz, quien añadió un nuevo aro de diamantes a petición del príncipe Harry. Junto a este anillo, Meghan lleva su alianza de boda de oro galés, valorada en 10.000 libras y obsequiada por la difunta reina Isabel II, siguiendo la tradición real.

La duquesa también luce un anillo de eternidad de 80.000 libras, regalo de Harry para su primer aniversario de bodas. Esta pieza, confeccionada con diamantes libres de conflicto, incluye discretamente las tres piedras de nacimiento de la familia: peridoto para Meghan, esmeralda para Archie y zafiro para Harry. Además, destaca el anillo pinky de Lorraine Schwartz, con un diamante talla esmeralda de tres quilates, símbolo de estabilidad y fortaleza, que ha generado especulaciones desde que Meghan lo llevó en la portada de la revista Time en 2021 y en los Juegos Invictus de 2023.

Entre las piezas heredadas, sobresale el reloj Cartier Tank Française de la princesa Diana, valorado en 17.800 libras, que Meghan combina con la pulsera Love de Cartier de 18 quilates, estimada en 7.050 libras. Esta pulsera, reconocida por su cierre único que simboliza el compromiso duradero, se suma a otras joyas de la colección, como los pendientes de oro pulido de Ariel Gordon (2.090 libras) y la pulsera Diamond Hex de la misma firma (4.310 libras), adornada con más de 1,5 quilates de diamantes en eslabones hexagonales de oro macizo. El collar Juste un Clou de Cartier, inspirado en un clavo y decorado con 57 diamantes, también forma parte del repertorio de accesorios que la duquesa elige para sus actividades cotidianas.

A lo largo del programa, Meghan se muestra preparando versiones caseras de productos populares como las tartas de manzana de McDonald’s, galletas tipo Cheez-Its y patatas fritas con sal y vinagre. En una de las escenas, mientras elabora una de estas recetas, comenta: “Vamos a preparar nuestra masa de hojaldre. Usaremos una buena masa de hojaldre ya hecha en lugar de hacer la masa desde cero”. Más adelante, expresa su preferencia por la espontaneidad en la repostería: “Me encanta la idea de poder repensar la repostería para que sea un poco más espontánea”. En conversación con la chef Christina Tosi, Meghan admite: “Normalmente, no me gusta hornear porque es demasiado preciso”.

El programa también muestra a la duquesa realizando cerámica en un torno, siempre vestida con prendas sencillas y sus joyas de alto valor. En una escena, Tan France pregunta por un ingrediente en el desayuno y Meghan responde: “Sprinkles de flores. Me encantan”. La interacción con los invitados aporta momentos de humor, como la reacción de France al ver la decoración: “Vaya. Eso es lo más gay que he visto en mucho tiempo”.

La producción se llevó a cabo en una vivienda alquilada en Montecito, a poca distancia de la mansión de los Sussex. Tras el éxito inicial, Meghan y Harry firmaron un contrato de cinco años con Netflix valorado en 100 millones de dólares, aunque este acuerdo ha sido sustituido por un convenio de “primera opción”, que otorga a la plataforma prioridad sobre cualquier nuevo proyecto audiovisual de la pareja. Netflix también financia la productora Archewell Productions, propiedad de los Sussex.