¿Por qué la ropa no huele bien al salir de la lavadora? “Estos son los errores que cometen todos”, según una experta

Aunque la ropa luzca limpia, el aroma a frescura muchas veces brilla por su ausencia

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Una lavadora acaba el programa
Una lavadora acaba el programa de lavado. (Pixabay)

Abrir la puerta de la lavadora tras el ciclo y percibir un olor desagradable se ha convertido en un problema recurrente para muchos. Aunque la ropa luzca limpia, el aroma esperado a frescura muchas veces brilla por su ausencia. En su lugar, puede presentarse un olor similar al de la humedad o incluso a moho. El problema, como resume una creadora de contenido y experta en el orden del hogar Giusy, conocida en redes como @giusyloveroforder, es que “hay unos errores que cometen todos”.

Según esta experta, el buen o mal aroma en la ropa comienza mucho antes de accionar el botón de inicio. Uno de los primeros errores detectados ocurre al cargar la lavadora. La creencia de que llenarla al máximo resulta más práctico o económico prevalece en muchas casas, pero representa un grave desacierto. La experta afirma: “La lavadora nunca debe cargarse al máximo”. De otro modo, la ropa queda comprimida y no circulan adecuadamente el agua ni el detergente. Así, la colada no adquiere el aroma buscado y, aún peor, puede sufrir daños mecánicos.

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La elección incorrecta del programa de lavado constituye otro error frecuente. No todas las prendas requieren el mismo ciclo ni temperatura. Si no se adapta el ciclo a las características de la ropa, las manchas pueden no eliminarse por completo y los residuos permanecen atrapados en las fibras. Este descuido afecta el resultado final, pues el detergente y los aditivos, al no actuar de modo óptimo, no logran ofrecer la frescura prometida. El uso sistemático de agua fría también disminuye la capacidad de higienización, ya que las bajas temperaturas no eliminan todas las bacterias ni los olores incrustados.

El exceso de detergente es otro mito que debe desmontarse. Utilizar mayor cantidad no asegura una ropa más limpia, sino todo lo contrario. El excedente genera residuos que pueden adherirse tanto a las prendas como al tambor, favoreciendo el crecimiento de bacterias responsables del mal olor. La dosificación correcta, como sugieren los fabricantes, es fundamental para evitar tanto el desperdicio de producto como la aparición de estos inconvenientes.

Para limpiar mejor, debes saber estos trucos

Por último, un error que a menudo pasa desapercibido es dejar la ropa húmeda en el interior de la lavadora una vez finalizado el lavado. Mientras las prendas permanecen en un entorno cerrado y sin ventilación, se crea el caldo de cultivo perfecto para los olores desagradables, exacerbados en ambientes húmedos.

Cómo evitar el mal olor

De acuerdo con especialistas en cuidado del hogar, modificar algunos hábitos resulta suficiente para revertir completamente el escenario anterior. La clave principal radica en ventilar la lavadora tras cada uso, manteniendo la puerta y el cajón del detergente abiertos hasta secarlos totalmente. Esto impide la formación de hongos o bacterias en el interior.

Limpiar periódicamente el tambor, el cajón del detergente y el filtro constituye otro paso indispensable. Los residuos de jabón, suavizante y suciedad acumulada crean el entorno idóneo para el desarrollo de moho. Por eso, combinar rutinas de mantenimiento con un lavado ocasional en vacío — utilizando productos como vinagre blanco o soluciones específicas 3 en 1 para desincrustar, desengrasar e higienizar — aporta un resultado superior. Estas medidas, recomendadas por expertos y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), logran que tanto la máquina como las prendas conserven el aroma fresco tras cada ciclo.