La casa real de Países Bajos, en el centro de las críticas por sus extensas vacaciones: ocho semanas en Grecia costeadas con los impuestos

Los medios holandeses afirman que la monarquía está desconectada de la vida del país durante los meses estivales

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Máxima y Guillermo de Holanda
Máxima y Guillermo de Holanda junto a sus hijas en su posado veraniego del año 2023. (Getty)

En los Países Bajos el verano siempre suele acarrear el mismo debate entre su ciudadanía: ¿hasta qué punto es razonable que la familia real disfrute de un descanso tan prolongado y lejos de casa? Este 2025 no ha sido la excepción. Los reyes Guillermo y Máxima, junto a sus hijas, han vuelto a situarse en el centro de la polémica tras conocerse que sus vacaciones se extenderán por casi dos meses y que, como en ocasiones anteriores, han elegido Grecia como destino.

El malestar de parte de la opinión pública neerlandesa tiene dos frentes. Por un lado, la duración del paréntesis, que contrasta con las costumbres de otras casas reales europeas. Mientras que Felipe VI y Letizia en España apenas disponen de dos o tres semanas, los Orange permanecen alejados de la agenda oficial durante gran parte del verano. Por otro, el hecho de que prefieran pasar ese tiempo fuera del país genera críticas adicionales, ya que muchos consideran que los monarcas podrían contribuir a promocionar destinos turísticos dentro de los Países Bajos.

La periodista Justine Marcella, directora de la revista Story, lo resume con claridad al expresar que preferirían que parte de sus vacaciones ocurriesen en regiones como Zelanda, Limburgo o Terschelling: “Los Países Bajos son preciosos, pero no creo que lo hagan nunca”.

Estos son miembros de la Casa Real holandesa

Grecia, el refugio privado de los Orange

Tras el tradicional posado estival en el que aparecen con sus tres hijas, Amalia, Alexia y Ariane, los reyes pusieron rumbo a Kranidi, en el Peloponeso. Allí poseen desde 2012 una lujosa villa de vacaciones valorada en unos 5 millones de euros. La residencia cuenta con vistas privilegiadas al mar Egeo, piscina, amplios jardines y un pequeño puerto privado cuya construcción ya generó controversia en su día.

Este año, una imagen difundida en redes sociales mostró a la reina Máxima disfrutando junto a sus hijas menores, Alexia y Ariane, en las islas griegas. La fotografía reavivó la conversación sobre la pertinencia de que los soberanos pasen tantas semanas fuera de los Países Bajos y, además, en una propiedad que ha sido símbolo de lujo y exclusividad.

Pero más allá de la preferencia personal de la familia, lo que realmente enciende los ánimos es el coste que supone garantizar su seguridad en el extranjero. El periodista francés Stéphane Bern, especializado en realeza, ha recordado que la factura corre a cargo del Estado neerlandés, es decir, de los contribuyentes. Aunque el mantenimiento de la villa y el viaje son gastos privados, la presencia de personal de seguridad desplazado desde Holanda multiplica las cifras.

La princesa holandesa Alexia, la
La princesa holandesa Alexia, la princesa holandesa Amalia, el rey holandés Willem-Alexander, la reina holandesa Maxima, la princesa holandesa Laurentien y el príncipe holandés Constantijn saludan desde el balcón del Palacio Noordeinde después de la Lectura del rey del discurso desde el trono durante las celebraciones del Día del Presupuesto o del Día del Príncipe en La Haya (Países Bajos), 17 de septiembre de 2024. (EFE/EPA/REMKO DE WAAL).

Comparaciones inevitables

“Es el gobierno neerlandés —y, por ende, los contribuyentes— quienes tienen que pagar por su seguridad a miles de kilómetros de casa”, explica Bern. La situación se hace aún más evidente al compararla con la de otras monarquías europeas. Los reyes Felipe y Letizia, por ejemplo, mantienen como base de verano el Palacio de Marivent en Mallorca. Allí, además de disfrutar de un descanso familiar, ofrecen cada año una recepción a más de 400 invitados, entre ellos representantes políticos, empresariales y sociales. Este gesto, aunque también criticado en ocasiones, se alaba en los Países Bajos como una muestra de proximidad a la ciudadanía.

De hecho, este verano Felipe VI ha tenido que interrumpir su descanso para visitar la sede de la Unidad Militar de Emergencias y conocer de primera mano los trabajos frente a los incendios forestales. Más tarde, junto a la reina Letizia, recorrerá las zonas afectadas. Ese tipo de acciones, que implican volver antes al trabajo o atender situaciones de urgencia, generan comparaciones poco favorables hacia Guillermo y Máxima en los medios del país europeo.

El Rey Felipe VI durante
El Rey Felipe VI durante su visita al Cuartel General de la UME.(Casa Real)

Por el momento, la única cita institucional de Guillermo durante el verano fue su participación, el 15 de agosto, en la Conmemoración Nacional de las Indias en La Haya. El resto del tiempo lo pasará, salvo imprevistos, en su residencia griega. Para algunos observadores, esta ausencia prolongada de actos oficiales puede dar la impresión de que la monarquía está desconectada de la vida del país en un momento en que muchos neerlandeses lidian con problemas económicos o sociales.

Pese a las críticas, la valoración pública de la pareja real ha mejorado en los últimos meses. Máxima, en particular, ha reforzado su perfil internacional gracias a su labor como asesora especial de Naciones Unidas en inclusión financiera. Su presencia en foros como la última cumbre de la OTAN ha recibido comentarios positivos en la prensa. Para muchos analistas, esa visibilidad global compensa en parte la falta de actividad pública durante el verano.