Qué es el `dragón azul’ que está obligando a cerrar varias playas de la costa española

Este molusco acumula el veneno de sus presas, como la calavera portuguesa, y provoca picaduras muy dolorosas

Guardar
El contacto con este animal
El contacto con este animal puede provocar una irritación en la piel humana, similar a una medusa Credito: De Taro Taylor de Sydney, Australia - Flickr, CC BY 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1776130

El ‘dragón azul’ (Glaucus atlanticus), una pequeña babosa marina de apenas 4 centímetros, ha reaparecido en las costas españolas tras más de tres siglos sin avistamientos. Su presencia ha obligado a cerrar temporalmente playas como la de Vivers en Guardamar del Segura (Alicante), tras el hallazgo de dos ejemplares en la orilla. Aunque su tamaño diminuto podrían sugerir inofensividad, este molusco es capaz de almacenar las toxinas de sus presas, como la carabela portuguesa, lo que puede provocar picaduras dolorosas en humanos.

Tres siglos de ausencia

El primer registro documentado del ‘dragón azul’ en las costas españolas data de 1705, cuando el zoólogo Johann Philipp Breyne lo describió en Ibiza. Tras ese avistamiento, no se volvió a tener constancia de su presencia hasta 2021, cuando varios ejemplares fueron encontrados en Torrevieja y Orihuela. Desde entonces, su aparición se ha vuelto más frecuente, con avistamientos en localidades como Gran Canaria, Canet d’en Berenguer y Guardamar del Segura, reflejando un cambio en el equilibrio marino de las costas españolas.

Un depredador con un veneno potente

El ‘dragón azul’ es un depredador que se alimenta de organismos marinos venenosos, como la carabela portuguesa. En lugar de destruir las células urticantes de sus presas, las almacena en sus apéndices, concentrando su veneno en dosis mucho más potentes que las originales. Esto significa que una picadura del ‘dragón azul’ puede ser más dolorosa e intensa que la de la propia carabela portuguesa. Los síntomas incluyen dolor inmediato, enrojecimiento, inflamación y, en algunos casos, la aparición de ampollas. En personas especialmente sensibles, como niños pequeños o personas con problemas respiratorios y cardíacos, la reacción puede ser más grave y requerir atención médica.

Graban a un león marino a 50 km de la playa más cercana

Causas de su aparición en las costas españolas

El ‘dragón azul’ habita en aguas abiertas de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico, donde normalmente permanece alejado de la costa. Sin embargo, las corrientes marinas y los vientos pueden arrastrarlo hacia zonas litorales. En los últimos años, dos factores han facilitado su llegada a las playas españolas:

El primero es el aumento de la temperatura del agua. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha registrado incrementos de hasta seis grados por encima de lo normal en los veranos recientes, lo que convierte al mar Mediterráneo en un entorno más favorable para especies propias de regiones tropicales, como el ‘dragón azul’.

El segundo es la proliferación de la carabela portuguesa. Este organismo gelatinoso, que también aparece con más frecuencia en las costas españolas, es la principal fuente de alimento del ‘dragón azul’. A mayor número de carabelas, más posibilidades de que el ‘Glaucus atlanticus’ se acerque en su búsqueda. Así, ambos fenómenos se retroalimentan: el calentamiento del agua atrae a la carabela portuguesa y, con ella, llega el ‘dragón azul’, creando una cadena de presencia cada vez más visible en el litoral.

Precauciones y medidas a seguir

Aunque el ‘dragón azul’ no es agresivo y no tiene interés en atacar a los humanos, su peligrosidad surge cuando alguien lo toca, lo manipula o lo pisa sin darse cuenta. En ese momento, libera las células urticantes acumuladas en sus apéndices, lo que provoca una reacción en la piel. En caso de contacto, se recomienda:

  • No tocar el ejemplar, ni siquiera con guantes.
  • Lavar la zona afectada con agua salada. El agua dulce puede provocar que la situación empeore.
  • Retirar con pinzas cualquier resto adherido a la piel.
  • Aplicar paños fríos.
  • Evitar el agua dulce, el hielo o el frotamiento, ya que pueden empeorar la reacción.

Si los síntomas persisten o empeoran, se debe acudir a un centro sanitario.

Las autoridades locales han activado protocolos de seguridad, incluyendo la prohibición temporal del baño y la vigilancia preventiva para descartar la presencia de más ejemplares. Se recomienda a los bañistas que mantengan la precaución y sigan las indicaciones de los socorristas y autoridades.