El turismo rural y la economía colapsan en Galicia y Castilla y León tras los incendios: “El cliente está cancelando por miedo. La situación es dantesca”

Las cerca de 350.000 hectáreas arrasadas en Galicia, Castilla y León y Extremadura ponen en jaque el modo de vida de sus habitantes

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La ola de incendios de 2025 se ha posicionado como el peor año de superficie quemada de las últimas décadas

Desde hace dos semanas, los campos de Castilla y León, Extremadura y Galicia no paran de arder. El fuego ya ha arrasado unas 350.000 hectáreas, y posiciona a 2025 como el año con mayor superficie quemada de las últimas décadas en España. Los incendios han calcinado bosques y terrenos, pero también pueblos enteros. Miles de personas han sido desalojadas, y muchas de ellas han perdido sus casas, sus negocios y su forma de vida.

“La situación es dantesca”, resume a Infobae España Jesús del Río, secretario de Asetur (Asociación Nacional de Turismo Rural), añadiendo que “toda la economía de los pueblos, todo el dinero que se ganaba para el mantenimiento del pueblo, ya no lo van a tener”. Y es que muchas de las zonas afectadas viven de la agricultura, la ganadería y del turismo rural.

Dosinda Justo, de 76 años,
Dosinda Justo, de 76 años, acaricia a su perro al lado de los restos calcinados de su tractor y el establo donde murieron sus animales en Caridade, en Ourense, Galicia (REUTERS/Nacho Doce)

Esto mismo recalca Cristina, miembro de la Protección Civil de Béjar, en Salamanca. “En las zonas que hemos estado, que han sido Cáceres y Salamanca, no hemos tenido ninguna pérdida humana”, afirma, pero recuerda que en ambas provincias “hay mucha gente que vive del huerto o del ganado, y ahora están con la incertidumbre de: ‘¿Y ahora, qué?’”.

Del Río también asegura que, aunque “no hay daños personales”, el turismo rural es uno de los sectores más afectados por los incendios, y no va a ser algo que se pueda solucionar a corto plazo: “Solo estamos hablando de daños materiales, pero también hablamos de subsistencia, de economía doméstica y local”, explica.

“El cliente está cancelando por miedo a lo que se pueda encontrar”

Desde Asetur, Del Río nos asegura que muchos de sus asociados “están afectados porque han perdido sus propiedades”, ya sean hoteles, casas rurales, o cualquier establecimiento turístico, “que eran básicamente su medio de vida”, matiza. Además, confirma que “el cliente está cancelando por miedo a lo que se pueda encontrar o por la calidad del aire”.

Restos calcinados de la cocina
Restos calcinados de la cocina del hijo de Dosinda Justo tras un incendio forestal en la aldea de Caridade, cerca de las montañas de Oimbra, en Verín, provincia de Ourense, Galicia, España, 19 de agosto de 2025. (REUTERS/Nacho Doce)

“Toda esta ola de incendios nos ha pillado en temporada alta, en el mes que mejor nos hubiera venido para ganar dinero y afrontar después los meses malos de invierno”, se lamenta el secretario de Asetur.

En Galicia, esa temporada alta se ha visto especialmente resentida en la Ribeira Sacra, uno de los destinos más emblemáticos de la comunidad. Situada entre Lugo y Ourense, la zona está surcada por los cañones del Sil y del Miño, y reconocida por sus viñedos en terrazas que producen algunos de los vinos más valorados de España. En los últimos años, se había consolidado como un polo de turismo enológico, natural y cultural, candidato incluso a Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Sin embargo, la oleada de incendios y la suspensión del AVE con Madrid han cambiado el panorama. Desde Enoturismo Galicia afirman a Infobae España que “desde el 14 de agosto ha habido un 30% de cancelaciones. Y eso que aquí no nos afecta ningún incendio, los focos están en un poco más alejados”. Desde la empresa agregan que al consultar información sobre los incendios, ver la proximidad a la que estos se encontraban y sufrir cancelaciones de trenes de alta velocidad que conectan con la Meseta, los turistas decidieron cancelar sus degustaciones de vino en el enclave.

Mapa de las regiones afectadas
Mapa de las regiones afectadas por los incendios y los focos turísticos de la zona (Montaje Infobae)

Asimismo, los catamaranes que recorren el Sil y ofrecen una de las postales más conocidas de la Ribeira Sacra también están sufriendo la crisis. “Hemos notado devoluciones de pasajes, un número significativo, sobre todo de turistas nacionales que, al ver las noticias, decidieron cancelar, aunque aquí no se viera humo directamente”, relatan desde la empresa Catamaranes Ribeira Sacra.

Y, a pesar de que lo primordial es que cesen los incendios, muchos ya están notando las represalias futuras. Según explica Del Río, “esto va a afectar a corto, a medio y a largo plazo”. Ahora, “porque son espacios que se han evacuado”, pero además “el que tenía previsto venir en otoño, lo ha cancelado”. “Y a largo plazo, porque en cuanto se empiecen a ver fotos y vídeos de todo quemado y oscuro, a la gente no le va a atraer venir”, matiza el secretario de Asetur.

“No creo que tengan interés en hacer el Camino por aquí, todo está quemado”

Uno de los sectores que más preocupa en Galicia es el del Camino de Santiago, motor turístico que atrae a miles de peregrinos cada año. La crisis climática ha puesto en riesgo incluso a esta ruta milenaria: el fuego ha obligado a cerrar un tramo entre Astorga y Ponferrada, y en Galicia ha dejado tras de sí kilómetros ennegrecidos.

El Camino Mozárabe–Vía de la Plata, que conecta el sur peninsular con Santiago atravesando Ourense, se ha visto duramente golpeado. Allí se encuentra A Gudiña, localidad clave para los caminantes, donde el fuego rodeó el municipio por tres frentes. Víctor Martínez, dueño del hotel Bruma II, pronostica una bajada de los caminantes que realicen esta ruta: “No creo que tengan interés de hacer el Camino por aquí. Venir andando por un sitio que está todo quemado durante 25 km… Muchos peregrinos cancelaron su estancia en el hotel al ver la situación: humo, sin luz, sin internet. Esto casi parece ya zona de guerra”.

Pero el impacto no se queda en los peregrinos. Como narra Martínez, “aquí viene mucho cazador, mucho pescador, y eso también lo van a cortar. No se va a poder cazar en cuatro años. Ese tipo de turismo no va a volver a corto plazo”. En comarcas como A Gudiña, la llegada estacional de cazadores y pescadores es un complemento esencial para la supervivencia de hoteles y casas rurales. Sin ese flujo, la economía local queda aún más debilitada.

Otra de las cosas que ofrece el turismo rural, y que no pueden ofrecer otras zonas, son los espacios naturales. Muchos, como Las Médulas, en León, o Teixadal de Casaio, uno de los bosques más antiguos de Galicia, han sido arrasados por las llamas. “Van a ser mis nietos los que posiblemente puedan ver Las Médulas recuperadas, ya no mis hijos”, se lamenta Jesús del Río, y subraya que “se han perdido árboles con más de 100 y 200 años de antigüedad, con lo que tendrán que pasar otros 200 años para que vuelvan a crecer”.

Paraje quemado en el espacio
Paraje quemado en el espacio natural de Las Médulas. (EFE/Ana F. Barredo)

Por su parte, la zona de Teixadal de Casaio está amenazada por un gran incendio originado en Porto de Sanabria (Zamora), que ha cruzado la frontera y pone en peligro Pena Trevinca, la cumbre más alta de Galicia. El fuego ya ha calcinado unas 20 hectáreas en la zona gallega, especialmente alrededor del municipio de A Veiga, y avanza peligrosamente hacia el bosque de tejos más antiguo de Galicia y uno de los más valiosos de Europa.

Este enclave no es solo emblemático por su altitud, sino también por su exuberancia natural: en un espacio protegido de casi 25.000 hectáreas, donde se encuentran lagunas glaciares y especies milenarias. La posibilidad de perder el Teixadal representa un daño irreversible, tanto ecológico como simbólico, para Galicia.

“No sé si la gente es consciente de las pérdidas que ha habido, pero solo en León se están quemando tres espacios superprotegidos”, recalca Jesús Del Río. Estos tres espacios, además de Las Médulas, son: los Picos de Europa y los Valles de Omaña y Luna. “Se ha quemado todo, imagínate el daño que eso supone”, indica el secretario de Asetur.

En Ourense, la devastación ha sido especialmente dura. El presidente de la Confederación de Hostelería provincial hablaba de miles de cancelaciones en agosto, justo en el mes clave para sobrevivir al invierno. La Xunta ha anunciado un plan de tres millones de euros para la promoción turística de las zonas afectadas, aunque en el terreno la sensación es de incertidumbre. “Mientras, los pueblos se defienden como pueden, con pocos medios. La gente lo pasó realmente mal defendiendo lo suyo”, insiste Martínez desde A Gudiña.

Pérdidas tras los incendios de Zamora de 2022: “Me atrevería a decir que se ha perdido un 50% de la cuota de mercado”

Aún no se sabe cuál será el impacto exacto de los incendios en las zonas afectadas por el fuego, pero la experiencia vaticina que las pérdidas podrían ser enormes. Hace tres años, en el verano de 2022, parte de la sierra de la Culebra, en Zamora, fue arrasada por dos incendios que acabaron quemando 60.000 hectáreas, y cuyas consecuencias aún son visibles. “No solamente fue lo que pasó en esas semanas de incendios, sino que a día de hoy muchos de esos pueblos no se han recuperado”, explica Del Río.

Bomberos trabajando en la extinción
Bomberos trabajando en la extinción del incendio en la Sierra Culebra, Zamora, en junio de 2022. (Emilio Fraile / Europa Press)
Imagen de la devastación en
Imagen de la devastación en Sierra Culebra cerca de Villanueva de Valrojo, Zamora (REUTERS/Isabel Infantes)

“Tras los incendios de la sierra de la Culebra, no sabría, pero me atrevería a decir perfectamente que se ha perdido un 50% de la cuota de mercado”, calcula el secretario de Asetur. Esto ocurre “porque mucha gente que perdió su negocio, lo cerró de manera indefinida, y no han vuelto a invertir en ello”. Por esto, Del Río anima a la gente a seguir apostando por el turismo rural, porque “es ahora cuando la gente tiene que venir, apoyar el territorio y a su economía, pero sin correr peligro”.

Los bomberos durante las labores
Los bomberos durante las labores de extinción del incendio que afecta este miércoles al municipio de Monterrei (Ourense). (EFE/Brais Lorenzo)

Ante todo, lo primero es la seguridad de las vidas humanas. “Desde las asociaciones apelamos al sentido común”, detalla Del Río, señalando que es importante evitar que la gente viaje a las zonas afectadas, “porque están poniendo en riesgo su vida y la de los medios de extinción”. Pero, quienes viajen a los alrededores, sin correr peligro, “les decimos que pueden venir, porque hay un montón de cosas para ver”.

Desde Protección Civil, Cristina recomienda “el uso de mascarillas en las zonas donde hay humo, atender únicamente la información procedente de fuentes oficiales y, sobre todo, no acercarse a las zonas próximas a los incendios”. “Entendemos que hay quien quiere ayudar, pero acercarse puede provocar incidentes”, añade, y concluye diciendo que lo mejor es “evitar los desplazamientos innecesarios”.