El truco para limpiar el colchón que ayuda a mejorar el sueño y evitar malos olores

El antiácido elimina microorganismos y neutraliza compuestos responsables de los olores desagradables; no obstante, dependiendo del tipo de mancha hay otras opciones igual de eficientes

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El truco para limpiar el colchón que ayuda a mejorar el sueño y evitar malos olores (Pexels)

Mantener la higiene de la cama no solo garantiza un entorno más agradable, sino que impacta directamente en la calidad del descanso y en la salud. De acuerdo con especialistas, un colchón sin un correcto mantenimiento acumula polvo, bacterias y partículas que pueden desencadenar alergias y alterar el descanso nocturno. Así, desde Cari News, destacan un remedio casero por su efectividad y seguridad para toda la familia. Según afirman, el uso regular de bicarbonato de sodio para limpiar y desodorizar el colchón permite mejorar el sueño y reducir la presencia de ácaros.

Asimismo, gracias a sus propiedades antibacterianas y desinfectantes, el antiácido elimina microorganismos y neutraliza compuestos responsables de los olores desagradables. Aplicar este producto es un procedimiento accesible: se distribuye de manera uniforme sobre la superficie y se deja actuar entre una y dos horas, para luego aspirar los residuos utilizando una boquilla adecuada. Este método combate la humedad que favorece el moho, disminuye la actividad de los ácaros —amantes de los ambientes húmedos y cargados de polvo—, y devuelve al colchón una sensación de frescura perceptible tras cada tratamiento.

Cómo eliminar manchas y malos olores de tu colchón

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El truco para limpiar el colchón que ayuda a mejorar el sueño y evitar malos olores (Pexels)

Otro beneficio es que el bicarbonato de sodio resulta atóxico y cuida los tejidos incluso donde hay niños, mascotas o personas con alergias. Así, para mejorar el aroma y sumar un efecto antimicrobiano adicional, se recomienda mezclar unas gotas de aceite esencial —como lavanda o árbol de té— antes de espolvorearlo. Esta práctica aporta una fragancia tenue y una protección extra frente a bacterias.

Además, más allá de la limpieza general, es habitual que la cama presente manchas difíciles por sudor, sangre o líquidos. Frente a este escenario, los expertos aconsejan emplear soluciones personalizadas. Cuando surgen manchas de sudor, una pasta hecha con bicarbonato y peróxido de hidrógeno permite eliminar residuos y aclarar el tejido sin dañarlo, siempre realizando la aplicación sobre la zona y retirando con un paño húmedo tras media hora de reposo. En cambio, si la mancha es de sangre, se recomienda optar por agua fría y jabón neutro o, de ser necesario, una pequeña cantidad de agua oxigenada diluida, cuidando de no frotar para evitar que el problema se extienda.

En casos de humedad u hongos, una pulverización ligera de vinagre blanco diluido en agua actúa como higienizante, mientras que el secado natural garantiza que no surjan olores posteriores. Las manchas provocadas por comida o bebida pueden abordarse con una mezcla de poco detergente suave y agua tibia, eliminando después el exceso de líquido con esponja o trapo absorbente. Siempre es conveniente probar primero cada tratamiento en un área poco visible para evitar daños en materiales sensibles, como la espuma viscoelástica o el látex.

Para limpiar mejor, debes saber estos trucos

Aunque, quienes buscan potenciar la limpieza y el aroma, encuentran en el vinagre blanco otro aliado natural. Diluido con agua, se pulveriza en áreas específicas, permitiendo que actúe varios minutos antes del secado. Este recurso desinfecta y elimina residuos de origen biológico, ayudando a mantener la cama en mejores condiciones. Después del uso de vinagre, se puede espolvorear una fina capa de bicarbonato, reforzando la acción bactericida y sumando una nota fresca que perdura días. Entre los aceites más recomendados para añadir fragancia y propiedades, destacan la lavanda, el eucalipto, el limón y el árbol de té.

No obstante, para conservar este nivel de limpieza es crucial incorporar algunos hábitos periódicos. Por ejemplo, ventilar el colchón de forma diaria permite que los tejidos respiren y limita la proliferación de humedad. Del mismo modo, usar una funda protectora, lavada con frecuencia, añade una barrera que dificulta la acumulación de polvo y facilita la eliminación de residuos. Al cambiar las sábanas, pasar la aspiradora por la superficie ayuda a retirar polen, pelo de mascotas y partículas microscópicas que suelen evadir el lavado ordinario. Otra medida útil es girar y rotar el colchón varias veces al año, previniendo deformaciones y acumulación de suciedad puntual. En este sentido, especialistas recomiendan una limpieza profunda por lo menos cada tres meses, intensificando el cuidado si hay personas alérgicas o animales domésticos en el hogar.