Un mecánico explica cómo hacer que el sistema de dirección de tu coche dure más años: “No tendrás que pasar por el taller”

Una práctica cotidiana y aparentemente inofensiva puede estar acortando la vida útil del sistema de dirección de miles de vehículos en España. Se trata de girar el volante con el coche detenido, algo que parece que cualquier conductor podría hacer casi de forma inconsciente o automática para colocar los neumáticos.

Así lo explica Juan José Ebenezer (@talleresebenezer en TikTok), un mecánico especializado, que advierte de los riesgos que implica esta costumbre y ofrece un sencillo consejo. “No tendrás que pasar por el taller” si cambias el hábito y lo sustituyes por una maniobra sencilla, asegura.

Con un simple cambio de hábito al volante, los conductores pueden prolongar considerablemente la salud mecánica de su automóvil. Evitar esta costumbre puede ser fundamental para el futuro del vehículo.

El profesional subraya que girar el volante cuando el vehículo está completamente parado añade una carga extra innecesaria sobre el sistema mecánico. “Eso de girar la rueda cuando tenemos el coche parado para salir de un aparcamiento o algo no es bueno para tu sistema de dirección porque está sobrecargando la tensión, el esfuerzo que está haciendo la dirección”, afirma.

El contacto directo de la rueda contra el asfalto, sin movimiento, provoca una fricción considerable. “Tenemos una fricción muy grande y las rótulas a la hora de empujar para vencer esa resistencia es mucho mayor que si la hacemos con el vehículo un poco en movimiento”, desarrolla Juan José.

Incluso en el volante se percibe cómo el mecanismo interno está sometido a más esfuerzo. “Ejerce una presión sobre el volante y no se mueve y en el momento en que empiezo a iniciar la marcha, el propio volante se gira”, señala el mecánico, ejemplificando la diferencia de tensión cuando se da un pequeño impulso al coche antes de mover el volante.

El consejo esencial que ofrece el mecánico es iniciar suavemente la marcha antes de girar el volante, incluso en operaciones sencillas como salir de un aparcamiento. “Al darle ese pequeño movimiento, por pequeño que sea, estamos ayudando a que la rueda no tenga que arrastrar sobre el asfalto sino que lo que haga sea ir girando y pivotando poco a poco sobre ese asfalto”, señala.

Esta técnica, que se enseña habitualmente a conductores profesionales de camiones, porque el riesgo es mayor dado el tamaño de estos vehículos, permite repartir el esfuerzo y evitar puntos críticos de desgaste en el sistema de dirección. Juan José plantea que este mismo principio debería aplicarse a turismos.

“Si aprendes a usar eso en tu coche, vas a conseguir que la rótula, suspensión y dirección y todo lo que compone al sistema hidráulico o eléctrico de la dirección te dure muchos más años sin tener que pasar por el taller”, expone el experto. La clave consiste en aprovechar el movimiento del coche, aunque sea mínimo, para reducir la fricción y distribuir el esfuerzo, garantizando así una vida útil mucho mayor para componentes esenciales y retrasando averías costosas.