Josefa von Hohenzollern, la princesa que quiere ser alcaldesa dos meses después de perder a su marido y un mes después de ser madre

En cuestión de semanas, la vida de Josefa von Hohenzollern ha atravesado cambios que parecen incompatibles: el dolor de la pérdida y la emoción de un nuevo comienzo. A finales de junio sufrió la repentina muerte de su esposo, el príncipe Harald von Hohenzollern, y a principios de agosto recibió a su primer hijo, Leopold, al que define como “la luz más brillante de mi vida”. Ese contraste entre tragedia y felicidad marca hoy el rumbo de una mujer que, a pesar de todo, ha decidido no renunciar a la política y mantener su candidatura a la alcaldía de Leonberg, en Baden-Württemberg.

El 20 de junio, apenas unos días antes de que la desgracia golpeara a su familia, Josefa había hecho pública su aspiración a liderar el consistorio de Leonberg. La noticia de la muerte súbita de su esposo, ocurrida en Namibia a los 63 años, hizo pensar que abandonaría la contienda. Sin embargo, tras un breve paréntesis, la aristócrata ha confirmado que seguirá adelante con su proyecto político, un gesto que muchos interpretan como una muestra de resiliencia y compromiso.

Las elecciones se celebrarán el 28 de septiembre y, dado que el actual alcalde no se presenta a la reelección, Josefa podría convertirse en la nueva regidora. Sus propuestas se centran en reforzar la política municipal y en impulsar medidas que permitan conciliar mejor la vida familiar y profesional, un terreno que conoce ahora de primera mano tras estrenarse como madre.

Antes de convertirse en princesa consorte, Josefa ya tenía un perfil consolidado en el ámbito público. Licenciada en Derecho, Ciencias Políticas y Periodismo, ejerció como profesora universitaria y trabajó como inspectora de policía y funcionaria de la Oficina Federal de Migración y Refugiados. En Baviera fue alcaldesa y concejala, primero con la Unión Social Cristiana y más tarde con el Partido Liberal (FDP). Su pasión por la política se combina con una faceta artística que le ha valido el apodo de “la alcaldesa cantante”, debido a su afición por la música y su participación en actos culturales.

Tras su matrimonio, Josefa adquirió el título de princesa de Hohenzollern-Emden, aunque siempre ha preferido presentarse públicamente sin él. “Para mí es importante mostrar una actitud sensata y cívica”, ha explicado a los medios. Para ella, la nobleza no debe ser un privilegio sino una responsabilidad. “Legalmente, la pertenencia a la nobleza europea no se limita al nacimiento. El matrimonio también forma parte de la familia y sus tradiciones”, señaló en una de sus últimas intervenciones.

El nacimiento de Leopold ha supuesto un renacer para Josefa, que compartió la noticia con sus más de seis mil seguidores en redes sociales el pasado 31 de julio. Publicó la imagen de los pies del recién nacido con un mensaje cargado de emoción: “Estamos llenos de alegría, agradecidos y simplemente abrumados por este pequeño rayo de sol. Una personita tan pequeña, y ya la luz más brillante de mi vida. Estamos bien. Bienvenido, pequeño Leopold".

En declaraciones a la agencia DPA, explicó que ya ha organizado el cuidado de su bebé para compatibilizar su vida privada con la campaña electoral. “Mis primeras citas desde que el pequeño Leopold vino al mundo: de nuevo en marcha como mamá con pañales en el bolso. El pequeño lo está haciendo muy bien y apoya a su mamá con entusiasmo desde casa. Lo importante es ser una madre cariñosa. El pequeño Leopold es mi gran alegría”, expresó con una sonrisa.

La repentina muerte de Harald von Hohenzollern dejó un vacío en la familia. Empresario vinculado al comercio de diamantes y miembro de la rama Hohenzollern-Emden, falleció en Windhoek víctima de un paro cardíaco. Su viuda lo comunicó a través de las redes con un mensaje desgarrador en el que pedía tiempo para el duelo y para preparar la llegada de su hijo.

Su historia de amor había comenzado apenas en 2022, durante una feria en Stuttgart. Pese a la distancia geográfica —él en Namibia, ella en Alemania—, consolidaron una relación que los llevó al altar en septiembre de 2024. El matrimonio fue breve, pero para Josefa suficiente para formar un vínculo que sigue honrando con cada palabra pública que le dedica.