Un hombre nada más de 100 horas para completar un desafío extraordinario, pero todo acaba a 2 kilómetros de meta: “Perdí la noción de la realidad”

El nadador suizo Noam Yaron recorrió 190 kilómetros entre Calvi y Mónaco antes de ser hospitalizado

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Hombre nadando en mar abierto
Hombre nadando en mar abierto (Imagen Ilustrativa Infobae)

El nadador suizo Noam Yaron estuvo a punto de lograr una de las hazañas más exigentes de la natación en aguas abiertas: recorrer los 180 kilómetros que separan Calvi (Córcega) de Mónaco de manera ininterrumpida. Sin embargo, tras más de 102 horas en el mar y con apenas dos kilómetros por delante, su cuerpo dijo basta. El deportista de 28 años fue sacado del agua en un estado alarmante y hospitalizado en la madrugada del viernes 15 al sábado 16 de agosto.

La frustración fue enorme. Después de cinco días y cuatro noches nadando, había superado ya los 190 kilómetros. “Está respirando, está hablando. Fue atendido por médicos.”, informó su equipo en un comunicado que transmitía la gravedad del momento. Desde entonces permanece bajo seguimiento médico.

Una travesía marcada por el desgaste físico extremo

Yaron se lanzó al mar el martes 12 de agosto desde el puerto de Calvi, en el norte de la Alta Córcega. Su objetivo era doble: establecer un récord mundial en aguas abiertas y, al mismo tiempo, llamar la atención sobre la contaminación marina en el Mediterráneo, dentro de su faceta como “éco-sportif”. Durante el trayecto, fue acompañado por un catamarán que lo guiaba en la ruta y en el que viajaban miembros de su equipo de seguridad y logística.

Con el paso de las horas, el desgaste se hizo evidente. Según relataron Charlotte Fighera, responsable de comunicación y seguridad, y Caroline Caillet, encargada de proyecto, “la cuarta noche fue complicada para Noam en razón del cansancio, las alucinaciones, el frio, las quemaduras y por el impacto de la sal en el cuerpo”. El frío, la fatiga y las llagas provocadas por el contacto constante con el agua salada fueron debilitándolo de forma progresiva.

Hombre nadando en mar abierto
Hombre nadando en mar abierto (Imagen Ilustrativa Infobae)

El desenlace llegó el quinto día, cuando la meta parecía al alcance de la mano. “Pudimos ver el Hotel Meridien: estábamos llenos de esperanza y adrenalina, pero Noam empezó a sufrir las consecuencias de la falta de sueño y cada vez estaba más desconcentrado. Estaba perdiendo la noción de la realidad, ya no entendía que tenía que nadar.”, explicaron sus compañeras. Ante el riesgo, el equipo decidió detener la prueba y subirlo al barco.

“Un récord del mundo para la naturaleza”

A pesar de no haber llegado físicamente a la meta, Yaron expresó desde el hospital que considera el desafío como una victoria personal. “En el hospital nos contó que este reto fue todo un éxito para él.”, contó su equipo. Su empeño no era únicamente deportivo: con más de 460.000 seguidores en Instagram, el nadador utiliza sus retos para concienciar sobre la necesidad urgente de proteger los océanos.

El recorrido escogido atravesaba el santuario de Pelagos, una de las Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM), célebre por su biodiversidad. “Un record del mundo para la naturaleza”, lo había definido él mismo antes de lanzarse al agua.

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Un historial de desafíos extremos

No es la primera vez que Yaron se enfrenta a pruebas de este calibre. En 2021 cruzó a nado los 80 kilómetros del lago Lemán y, un año más tarde, recorrió 188 kilómetros en 11 días atravesando los cinco lagos más grandes de Suiza. En 2023 llevó su resistencia a otro nivel con un triatlón que atravesó de Este a Oeste su país natal: 750 kilómetros con 13.000 metros de desnivel positivo.

Su primera tentativa de unir Calvi y Mónaco ya había tenido lugar en 2024, pero las condiciones meteorológicas lo obligaron a detenerse tras completar 103 kilómetros en 48 horas.

Ahora, su equipo espera que la World Open Water Swimming Federation (WOWSF), fundada en 2024, reconozca la proeza. Aunque oficialmente no se trate aún de un récord, sus acompañantes recuerdan que “Los récords de tiempo toman tiempo para establecerse” y confían en que su travesía pueda ser validada bajo las estrictas normas de esta disciplina.