Las ocho medidas obligatorias para ciclistas y motoristas que implementará la DGT

El organismo endurece las exigencias en carretera con nuevas normas de equipamiento, circulación y formación para reducir la siniestralidad en los usuarios más vulnerables

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Un grupo de ciclistas pedalea
Un grupo de ciclistas pedalea por una carretera. (EFE/ David Aguilar)

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha dado un paso más en su estrategia de protección a los colectivos más expuestos en carretera. Desde este año, motoristas y ciclistas deben adaptarse a ocho medidas obligatorias que buscan reforzar la seguridad y mejorar la convivencia en las vías. El objetivo es claro: reducir una siniestralidad que en los últimos años se ha cebado especialmente con quienes se desplazan sobre dos ruedas, ya sea por ocio, deporte o necesidad laboral.

El propio director de la DGT, Pere Navarro, lo ha expresado con contundencia: “La seguridad de motoristas y ciclistas no es negociable”. Con este paquete normativo, España se alinea con recomendaciones de la Unión Europea y responde a la demanda de asociaciones del sector, que desde hace tiempo pedían cambios más ambiciosos en materia de equipamiento, visibilidad y formación.

Nuevas normas para motoristas

Los motoristas deberán adaptarse a una serie de cambios que buscan reducir la elevada siniestralidad de este colectivo. El más destacado es la obligatoriedad del casco integral o modular, quedando relegados los cascos abiertos a usos muy concretos en vías de baja velocidad. Con ello, la DGT pretende disminuir el alto número de lesiones craneales y faciales que se producen en accidentes de moto. A esta medida se suma el uso obligatorio de guantes homologados en cualquier trayecto, urbano o interurbano, un elemento que hasta ahora era solo recomendable pero que pasa a ser parte esencial de la equipación básica.

La normativa también refuerza la importancia de la visibilidad. En situaciones de baja luminosidad o condiciones meteorológicas adversas, los motoristas deberán portar prendas o accesorios reflectantes visibles a un mínimo de 150 metros, con el objetivo de evitar accidentes en tramos nocturnos o con poca luz. En paralelo, se introducen mejoras en la formación: los cursos del carné de moto A incluirán más prácticas en tráfico real, y se ofertarán programas voluntarios de conducción segura de seis horas que permiten recuperar puntos del carné, fomentando así una actualización continua de los conocimientos.

Accidente de motocicleta (Imagen Ilustrativa
Accidente de motocicleta (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por último, una de las novedades más valoradas por los motoristas es la autorización para circular por el arcén en casos de retenciones o atascos, siempre que la velocidad no supere los 30 km/h. Esta medida, ya implantada en otros países europeos, pretende reducir riesgos en embotellamientos y mejorar la fluidez del tráfico en entornos urbanos. En conjunto, todas estas obligaciones representan un cambio de calado que, según la DGT, contribuirá a reducir la gravedad de los accidentes y mejorar la seguridad de quienes se desplazan en moto.

Nuevas normas para ciclistas

En paralelo, la DGT ha reforzado las obligaciones para los ciclistas, cuyo aumento en las ciudades y en las carreteras secundarias exige nuevas reglas de convivencia. Al igual que los motoristas, deberán utilizar elementos reflectantes visibles a 150 metros en condiciones de baja visibilidad o durante la noche, una medida clave para prevenir atropellos.

Otro cambio de calado, es la autorización para circular en sentido contrario en calles urbanas de un único carril con límite de 30 km/h. En estos casos, el ciclista deberá ocupar el centro del carril, evitando así situaciones de arrinconamiento con los vehículos a motor.

Se introduce además una regulación más flexible en la circulación en grupo. Los ciclistas podrán ir en paralelo y ocupar hasta dos carriles, siempre por la derecha, lo que facilitará su visibilidad y reducirá adelantamientos peligrosos. Para los conductores de vehículos a motor, se mantiene la obligación de respetar una distancia lateral mínima de 1,5 metros al adelantar. En vías con varios carriles, deberán incluso cambiar de carril por completo.

Los adelantamientos también incorporan una novedad relevante: los vehículos a motor deberán reducir su velocidad en 20 km/h respecto al límite del tramo al adelantar a ciclistas. Y en entornos urbanos, la norma fija que la distancia mínima de seguridad pase a ser de al menos cinco metros.