Las verbenas de verano: este es el impacto millonario de la industria en pueblos y ciudades

Las orquestas más grandes y reconocidas como Panorama o París de Noia pueden llegar a requerir un desembolso de 45.000 euros

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Espectáculo pirotécnico durante las Fiestas
Espectáculo pirotécnico durante las Fiestas del Apóstol, patrón de Santiago, de Galicia, y de toda España, a 24 de julio de 2023, en Santiago de Compostela, A Coruña. (César Arxina / Europa Press)

Cada año miles de españoles abandonan las grandes capitales para disfrutar de unas vacaciones merecidas tras largos meses de trabajo. Muchos de ellos deciden como destino sus pueblos, donde se reencuentran con amigos de otras ciudades y pueden desconectar de la rutina diaria.

Durante los meses de julio, agosto y septiembre, las calles de pueblos y ciudades se llenan de luces, música y fuegos artificiales para celebrar sus fiestas patronales, dando inicio así a la temporada de verbenas. Detrás de todos estos festejos hay una maquinaria económica de cientos de millones de euros que no solo alimenta el turismo, sino que genera empleo y tejido empresarial.

En algunas regiones como Galicia, las fiestas patronales suponen uno de los principales músculos económicos del verano. La música en directo es una de las principales características de estas fiestas y, solo en en esta comunidad hay registradas 400 orquestas, que generan 4.000 empleos directos y más de 40 millones de euros cada temporada.

El empleo no solo se centra en los músicos, estas orquestas también generan trabajo para técnicos de sonido, empresas de montaje, transportistas, el sector de la restauración y el hotelero, que multiplican el impacto económico en la región.

Un claro ejemplo del dinero que se invierte en las fiestas patronales es el de Ourense, donde se registraron durante este verano más de 400 celebraciones y, en algunas de ellas, los carteles musicales superaban los 80.000 euros para un fin de semana. Estos precios suponen una inflación entre un 15% y un 30% respecto a la temporada estival de 2024. Los principales motivos de este incremento son el coste energético, la escasez de técnicos y la fuerte demanda tras la pandemia.

Los precios de las bandas que han actuado este verano en pueblos y ciudades varían tanto como la cantidad de sus miembros. Una formación pequeña puede cobrar entre 6.000 y 8.000 euros, mientras que una mediana ronda los 12.000 y 15.000 euros. Las orquestas más grandes y reconocidas, como Panorama o París de Noia, pueden llegar a requerir un desembolso entorno a los 45.000 euros.

En la Península Ibérica se esconden algunos lugares únicos y llenos de historia.

La factura técnica dispara los costes

Contratar los servicios de una orquesta en verano no solo supone el pago de los músicos. Un show de las grandes bandas implica también la contratación de tres a cuatro camiones cargados con pantallas LED, estructuras metálicas, sonido envolvente y sistemas de iluminación similares a los de los grandes festivales.

Además, hay que sumar a la factura entre diez y 50 técnicos especializados, dependiendo de la orquesta, donde entran técnicos de sonido, especialistas en rigging, pirotecnia y drones. Todas estas contrataciones disparan el coste total de una verbena a más de 40.000 euros por una sola noche.

La hostelería espera con ansias estas fechas

Con las celebraciones patronales no solo se ven beneficiadas las bandas que actúan y el resto de empleos que las complementas. El sector hostelero puede generar márgenes de hasta 70% de beneficios durante esta temporada gracias a las barras móviles, los puestos de comida y chiringuitos.

En San Martín de la Vega, Madrid, las fiestas de abril supusieron un gasto para el municipio de 311.772 euros, mientras que solo en licencias de chiringuitos y tasas recaudaron casi 28.000 euros. Estas cifras suponen que muchos hosteleros planifiquen su año en base a estas fiestas, lo que los lleva a reforzar sus plantillas y la logística para maximizar sus beneficios.

Por parte de los Ayuntamientos, las fiestas patronales de verano no son solo positivas a nivel cultural, sino que también generan retorno vía impuestos y gasto inducido en hoteles, transporte y comercio local. Las verbenas no son solo fiesta, son un punto de encuentro intergeneracional, una plataforma para los negocios locales y el escaparate perfecto para el patrimonio cultural.