El alquiler de temporada dispara un 10% los precios del residencial en las grandes ciudades y reduce la oferta de vivienda disponible

En ciudades como Málaga, Valencia o Barcelona, esta modalidad ha disparado su oferta, reduciendo la oferta de larga duración y encareciendo los precios del arrendamiento tradicional

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El precio del alquiler de viviendas en España creció un 4,4% en tasa trimestral y se incrementó un 9,7% en junio en tasa interanual, marcando un nuevo máximo, hasta los 14,6 euros por metro cuadrado, según datos del portal inmobiliario Idealista (Fuente: Europa Press).

El mercado de la vivienda en España vive un momento de tensión sin precedentes. Según datos de la agencia inmobiliaria donpiso, el precio medio del alquiler residencial ha aumentado más de un 10% interanual en 2025 en capitales como Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga o Bilbao. Una de las principales causas: la reducción de la oferta de larga duración por el trasvase masivo de viviendas al alquiler de temporada.

En el primer trimestre de 2025, la oferta de alquiler de temporada en España creció un 25% interanual, alcanzando ya el 14% del total del mercado de arrendamientos, según datos de Idealista. Mientras tanto, la oferta de alquiler permanente se contrajo un 3%, agravando el déficit de viviendas para uso habitual.

Emiliano Bermúdez, subdirector general de donpiso, explica que el alquiler de temporada “se ha convertido en una vía de escape para muchos propietarios que buscan rentabilizar sus inmuebles sin quedar sujetos a las limitaciones de la Ley de Vivienda”. Esta tendencia, advierte, está provocando “una contracción preocupante” de la oferta de larga duración, lo que “presiona aún más los precios para las familias que necesitan una vivienda habitual”.

Perfil del arrendador e inquilino de temporada

El propietario que opta por esta fórmula suele ser un particular con una única vivienda en propiedad que busca mayores rentabilidades. Entre los inquilinos destacan directivos desplazados, nómadas digitales y estudiantes internacionales, con ingresos medios superiores a 2.500 euros mensuales y estancias de entre seis y nueve meses. Según el análisis de donpiso, esto permite aceptar rentas superiores a 1.200 euros mensuales, muy por encima de lo que puede pagar el inquilino medio nacional.

En contraste, el inquilino de larga duración se enfrenta a cifras cada vez más inasumibles. En 2025, el precio medio en Barcelona para contratos residenciales se sitúa en 1.300 euros al mes, y en Madrid en 1.250 euros. Bermúdez recuerda que “con salarios medios netos que en muchas provincias no alcanzan los 1.600 euros, estas cifras suponen una barrera real para miles de familias trabajadoras”.

Un fenómeno creciente en las principales capitales

El auge del alquiler de temporada no es nuevo, pero en los últimos cinco años ha registrado un crecimiento acumulado del 232% a nivel nacional, según Idealista. Ciudades como Málaga (+466%), Valencia (+276%), Barcelona (+244%), Bilbao (+217%) y Madrid (+159%) han experimentado incrementos espectaculares, en gran parte por la alta demanda internacional y la rentabilidad superior que ofrece esta modalidad.

Dos personas observan inmuebles en
Dos personas observan inmuebles en alquiler y en venta en un escaparate de una inmobiliaria ubicada en Palma de Mallorca (Matias Chiofalo / Europa Press)

En zonas costeras y capitales turísticas, la combinación de alquiler vacacional y de temporada está absorbiendo hasta el 50% de la vivienda disponible, según el Banco de España, generando un impacto directo en la oferta de arrendamientos estables.

Regulación para evitar el uso fraudulento

Desde donpiso se reclama una regulación específica para el alquiler de temporada que impida su uso fraudulento como mecanismo para esquivar el control de rentas. “Si no se actúa pronto, el desequilibrio entre oferta y demanda será estructural y cada vez más ciudadanos quedarán fuera del acceso a una vivienda digna”, concluye Bermúdez.

La combinación de demanda internacional al alza, escasez de vivienda asequible y falta de regulación clara en el alquiler de temporada plantea un reto de gran magnitud para el mercado inmobiliario español. Sin medidas inmediatas, la presión sobre los precios del alquiler seguirá creciendo en 2026, con especial impacto en jóvenes, familias trabajadoras y colectivos vulnerables que dependen del arrendamiento para acceder a una vivienda.