Un joven de 18 años es rescatado tras ser abandonado por sus compañeros durante una excursión: “El orgullo es una cosa, la capacidad, otra”

Un joven fue abandonado por dos amigos en plena oscuridad después de pedir descanso durante una ruta en Rumanía

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Una mujer haciendo una ruta
Una mujer haciendo una ruta por la montaña (Freepik)

El senderismo es una de las actividades más populares para disfrutar con amigos durante el verano. Combina ejercicio físico, contacto con la naturaleza y la oportunidad de desconectar de la rutina, convirtiéndose en una opción saludable y enriquecedora. Sin embargo, esta práctica no está exenta de riesgos: la falta de preparación, la sobreestimación de las propias capacidades o las decisiones imprudentes pueden transformar una jornada de ocio en una experiencia peligrosa e incluso fatal.

Así ocurrió en las montañas de Rumanía, donde una excursión entre amigos terminó convirtiéndose en una situación límite. Un joven de 18 años, exhausto tras horas de caminata, pidió detenerse para descansar. Sus acompañantes, lejos de esperar, optaron por continuar la ruta, dejándolo solo en plena noche y sin apoyo. Este abandono, dramático y traumático, dio paso a una angustiosa situación que, afortunadamente, culminó con un rescate exitoso.

Con la llegada de la oscuridad, el miedo y la soledad se apoderaron del joven, que entró en pánico. Pese a ello, logró mantener la calma el tiempo suficiente para reunir fuerzas y pedir ayuda. Los servicios de emergencia respondieron con rapidez, movilizando un equipo especializado que lo localizó y trasladó a un lugar seguro mediante un vehículo de salvamento, aprovechando que el terreno era de fácil acceso y permitía una intervención eficaz.

Helicóptero de servicios de emergencia
Helicóptero de servicios de emergencia (Rafael Bastante/Europa Press)

Un rescate exitoso y una advertencia para los senderistas

Una vez recuperado y tras superar el estado de pánico que le había paralizado, el joven pudo reencontrarse con los dos compañeros que lo habían abandonado en mitad de la montaña tras una discusión. El momento, cargado de tensión y alivio, cerró lo que pudo haberse convertido en una tragedia. Entre la emoción del rescate y el impacto de lo sucedido, los miembros del equipo de salvamento compartieron una frase que permanece como advertencia: “El orgullo es una cosa, la capacidad, otra”.

Este imponente recordatorio subraya los peligros de dejar que el orgullo prevalezca sobre la prudencia, especialmente en entornos donde la seguridad depende del trabajo en equipo. La máxima no solo es aplicable al mundo del senderismo y la montaña, sino que también invita a reflexionar sobre cualquier situación en la que una decisión precipitada o la falta de apoyo mutuo pueda poner vidas en riesgo.

Los rescates de emergencia en España

Las montañas españolas se han convertido en escenarios frecuentes de intervenciones de emergencia, con un volumen creciente de operaciones año tras año. Solo en 2024, los Grupos de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil llevaron a cabo 609 actuaciones en Aragón, asistiendo a 942 personas, de las cuales 25 perdieron la vida. A nivel nacional, la cifra superó los 1.200 rescates, y aproximadamente un 9 % de ellos tuvieron un desenlace fatal.

En Cataluña, la tendencia también ha sido preocupante: en 2023, los Bomberos registraron un récord histórico de 1.443 intervenciones en montaña, lo que supone más del doble de las contabilizadas una década antes. Este aumento refleja no solo el auge de las actividades al aire libre, sino también la falta de preparación, planificación o equipamiento en muchos excursionistas.

Los rescates implican un importante despliegue logístico y humano. Cuando es necesario movilizar helicópteros, el coste de una operación puede situarse entre 5.000 y 8.000 euros, mientras que las intervenciones terrestres rondan una media de 450 euros. A ello se suma el riesgo que asumen los propios rescatadores, que deben actuar en entornos adversos y, en ocasiones, en condiciones meteorológicas extremas.