El ‘asombroso’ descubrimiento de un australiano mientras paseaba por el campo: “Son un hallazgo excepcional y especial”

Mientras exploraba una zona desierta se topó con algo inesperado que pocos han tenido la suerte de ver en persona

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Se trata de un nido
Se trata de un nido de huevos perteneciente a este curioso animal. (Fuente: Murray Local Land Services)

En la ciencia, como en la vida, no siempre se encuentra lo que se busca. A lo largo de la historia, muchos de los descubrimientos más importantes surgieron por accidente. Alexander Fleming no estaba intentando revolucionar la medicina cuando notó que un hongo había matado las bacterias en una de sus placas de cultivo. Y así nació la penicilina.

En el mundo natural, la historia se repite con frecuencia. El azar termina guiando al investigador a hallazgos que, aunque inesperados, resultan igual de valiosos. Algo muy común en la búsqueda de especies en peligro, en las que se siguen rastros mínimos con la esperanza de volver con buenas noticias.

Esto es lo que ocurrió precisamente durante una reciente expedición en Australia. Un guardabosques participaba en la búsqueda del vagabundo de las llanuras, una de las aves más amenazadas del planeta, y se topó con algo distinto. No era lo que había salido a buscar, pero sin duda merecía ser observado con la misma atención.

Dos nidos misteriosos en mitad de la naturaleza

Mientras monitoreaba el hábitat del escurridizo vagabundo de las llanuras en Nueva Gales del Sur, un oficial del Servicio Local de Protección Natural se llevó una inesperada sorpresa. Mientras paseaba en busca de un rastro o huellas que le dieran alguna pista, se topó con otro hallazgo impactante.

Se trataba de dos nidos separados de emú, con un total de 19 huevos de un llamativo color verde oscuro. La agencia calificó el descubrimiento como “raro” y “especial”. No solo por la cantidad, sino por lo difícil de ver que son estos nidos en una zona donde rara vez se detectan.

Este es el segundo nido
Este es el segundo nido de emú encontrado. (Fuente: Murray Local Land Services)

Cada huevo, que puede pesar hasta 700 gramos, pertenece a una de las aves más emblemáticas del país. El emú solo vive en Australia, y es la segunda ave más grande del mundo después del avestruz. Forma parte del grupo de las ratites, aves no voladoras adaptadas para la carrera.

¿Dónde estaban los padres?

Los encargados de construir estos nidos son los machos. En una pequeña depresión se encargan de construir los nidos rodeándolos de hierba o ramitas. Las hembras abandonan el nido después de poner los huevos y los machos asumen todas las responsabilidades parentales.

Incuban los huevos, los protegen de los depredadores y cuidan a las crías tras la eclosión. En esta ocasión, sin embargo, no se avistó al padre, lo que desató una ola de curiosidad en redes sociales sobre su paradero. Algunos se pusieron en lo peor, pidiendo que cuidaran a esas futuras crías en algún centro especial.

Australia, un país rico en biodiversidad

Aunque no se logró localizar al vagabundo de las llanuras, el hallazgo de estos nidos pone de manifiesto la riqueza y la complejidad del ecosistema australiano. Un país cuya biodiversidad se ha desarrollado de forma única debido a su aislamiento geográfico. Gracias a ello, ha desarrollado su propia evolución biológica durante millones de años.

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Además, alberga desde desiertos áridos hasta selvas tropicales, permitiendo la evolución de especies únicas como el emú. Lo cual demuestra la conciencia que existe sobre la protección de la naturaleza en Australia.

El trabajo de conservación en áreas protegidas, como la que recorría el guardabosques, sigue siendo esencial para todo tipo de especies. Porque, como demuestra esta historia, a veces lo más valioso no es lo que se busca, sino lo que se encuentra.