Alcaraz regresa en Cincinnati y confiesa su objetivo de cara al final de la temporada: “Quiero volver a ser el número uno”

Alcaraz afronta la recta final de la temporada con la mirada puesta en recuperar la posición más alta del ranking

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Carlos Alcaraz durante su final
Carlos Alcaraz durante su final de Wimbledon, (REUTERS/Stephanie Lecocq)

Carlos Alcaraz regresa a la competición esta semana en el Masters 1000 de Cincinnati con las ideas claras y un objetivo claro de cara a final de temporada: volver a ser número uno del ranking mundial. El murciano lo ha confesado en la previa del torneo, donde parte como uno de los favoritos, pero también como un jugador con margen de mejora después de su derrota en la final de Wimbledon frente a Jannik Sinner el pasado 13 de julio.

En sus declaraciones en la rueda de prensa previa al inicio del torneo, el español ha afirmado con contundencia: “Quiero volver a ser número uno al final del año. Es mi principal objetivo en esta segunda parte de la temporada”. Un reto que no será sencillo, especialmente teniendo en cuenta el momento de forma que atraviesa el actual líder del ranking, su rival y amigo Jannik Sinner.

Vuelta a las pistas tras unas semanas de desconexión

Alcaraz también ha dejado claro que no vive obsesionado con esa meta, pero sí trabaja cada día con ella como referencia. Según ha explicado, cuando compite o entrena, todo lo enfoca en dar el máximo para acercarse de nuevo a la cima. Tras encadenar una exigente gira de tierra y hierba, el tenista decidió tomarse unas semanas de descanso y no disputar el Masters 1000 de Toronto, una pausa que consideró necesaria para recuperar energías físicas y mentales. “Acabo de estar en España, lo pasé con amigos y familia. Pasar tres semanas de verano en casa fue algo increíble, la verdad”, dijo Alcaraz. “Intenté aprovechar al máximo el tiempo con todos, con mi gente cercana, para refrescar la mente. Llego más fuerte a Cincinnati, un torneo que me encanta jugar”.

Carlos Alcaraz en la gira
Carlos Alcaraz en la gira norteamericana de 2024 (Europa Press)

El propio Alcaraz reconoce que recuperar el primer puesto no será fácil, especialmente por el gran nivel que está mostrando Sinner esta temporada, con quien mantiene una rivalidad creciente y muy seguida por los aficionados. No obstante, asegura que confía en sí mismo y en su capacidad para dar el máximo en cada torneo. “No es algo que me obsesione día a día, pero cuando compito, cuando entreno, todo está enfocado en dar el máximo para volver a estar ahí”, ha resumido Alcaraz.

Pilas cargadas tras la derrota en Wimbledon

La final de Wimbledon perdida frente a Jannik Sinner supuso un momento inédito en la carrera de Carlos Alcaraz: era la primera vez que caía en una final de Grand Slam. Sin embargo, el murciano ha demostrado tener la madurez suficiente para transformar esa experiencia en una lección constructiva.

Alcaraz explicó que, aunque no era una situación deseada, la asumió con deportividad y perspectiva. Reconoció que le costó unas horas procesar la derrota, pero se quedó con la parte positiva de haber llegado a una final tan importante y de haber competido al más alto nivel. “Salí de pista orgulloso y feliz, sonriendo al pensar que en algún momento tenía que suceder porque a todos los tenistas de la historia les ha pasado”, comentó.

Los tres récords que Carlos Alcaraz ha conseguido lograr antes que Rafa Nadal.

El camino comienza en Cincinnati

Alcaraz se enfrenta a un cuadro complicado para llevarse el torneo; arrancará su participación en la segunda ronda, donde se enfrentará al ganador del duelo entre Mattia Bellucci y Damir Dzumhur. En las siguientes rondas, podría medirse con jugadores como Tallon Griekspoor, Botic van de Zandschulp, Denis Shapovalov o Alex de Miñaur. En unas hipotéticas semifinales, sus principales amenazas serían Ben Shelton o Alexander Zverev, mientras que Sinner está ubicado en la otra parte del cuadro.

La edición de este año del Masters 1000 de Cincinnati presenta un cuadro más amplio de lo habitual, con 96 jugadores, lo que implica más partidos y mayor exigencia física para quienes aspiren al título. A la vez, supone una buena oportunidad para los favoritos de coger ritmo de cara al último Grand Slam del año.