Un hombre hereda un piso de 2 millones de euros de una tía que no conocía, pero no tiene dinero para el impuesto de Sucesiones: el tiempo se acaba

Lo ha puesto a la venta, pero le plantea dudas. En menos de seis meses tiene que haber encontrado una solución

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Calles del distrito VII de
Calles del distrito VII de París.

Maxence ha recibido la noticia de que ha heredado nada menos que un apartamento en el séptimo distrito de París. Se ubica en la margen izquierda del río Sena, con amplias avenidas, instituciones gubernamentales y diplomáticas y sobrios edificios residenciales, pero para ubicarlo todavía mejor, basta decir que la vivienda se sitúa a dos calles de la Torre Eiffel.

En una estimación teniendo en cuenta el precio por metro cuadrado en esta zona, por encima ya de los 15.000 euros, el piso está valorado en cerca de 2 millones de euros. Se lo debe a una tía abuela recientemente fallecida y a la que nunca conoció. Sin embargo, esta sorpresa se supone que positiva, no lo ha sido tanto para Maxence, cuenta la revista francesa Capital.

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Y es que este hombre no tiene recursos para afrontar lo que supone este legado, es decir no tiene dinero para abonar el impuesto de sucesión que exige la ley. La tasa varía en función del grado de parentesco entre el difunto y el heredero, por lo que el hecho de que la finada sea una tía abuela hace que el gravamen sea sensiblemente mayor.

Miedo a heredar: 28.224 personas rechazan sus herencias en el primer semestre mientras se disparan las donaciones en vida.

Hasta un 60%

El menor de los costes es para los descendientes directos. A partir de ahí, según consta en fuentes oficiales, el esfuerzo es progresivo hasta alcanzar un 60% en el caso de que no haya un vínculo familiar cercano. Pero hay un factor más y es el estrecho margen para los trámites, demasiado corto si se trata de no disponer de fondos para recibir en este caso ese inmueble: un máximo de seis meses.

La decisión que ha tomado, y no son pocos los papeleos que debe afrontar para ello, es vender el apartamento precisamente para quedar en paz con Hacienda y poder anotarlo como herencia. Lo que ocurre es que teme que las prisas le hagan perder mucho dinero. Maxence se ha puesto en contacto con expertos de Capital para saber si es un buen momento para hacer esta operación.

Calles de París. (Reuters/Gonzalo Fuentes)
Calles de París. (Reuters/Gonzalo Fuentes)

Un problema y una duda

En efecto, lo es. Los tipos de interés de los créditos hipotecarios han descendido y se han situado en poco más de un 3%, cuando en otoño de 2023 sobrepasaron el 4%. El tipo de vivienda, en especial la zona y el precio, la hace atractiva para un comprador extranjero en busca de un inmueble en una de las áreas más emblemáticas de París.

Pero Maxence tiene un problema con esto y una duda añadida, que también le han planteado los expertos. El problema, de nuevo, es el tiempo, que corre, y el comprador puede exigirlo ante una inversión tan importante, sin contar con la burocracia. La duda es que, pese a ser un buen momento para vender, nada hace indicar que en unos meses o años no lo vaya a ser mejor.

Aconsejan además al heredero que cuente con el pago del impuesto de bienes inmuebles, cantidad que debiera considerar de cara al precio final del apartamento antes de cerrar su venta.

Vista aérea de París. (Reuters/Gonzalo
Vista aérea de París. (Reuters/Gonzalo Fuentes)

Impuesto de Sucesiones en España

En España, el impuesto de Sucesiones se aplica a todas las transmisiones de patrimonio mortis causa, así como a donaciones y cobros de seguros de vida. Cada comunidad autónoma gestiona la comprobación y recaudación, pudiendo fijar reducciones y tipos impositivos propios, lo que provoca diferencias importantes según el lugar de residencia del fallecido o del heredero.

La cantidad a pagar depende del grado de parentesco, el valor total de los bienes heredados y el patrimonio previo del heredero, ya que el impuesto es progresivo y los tipos aplicados oscilan generalmente entre el 7,65% y el 34%. Como en Francia, el plazo máximo para liquidarlo es de seis meses, si bien se puede solicitar una prórroga dentro de los primeros cinco meses, con intereses de demora.