Fernando Romay revela que no pudo cotizar a la Seguridad Social como jugador del Real Madrid: “Tributábamos como los toreros”

El exdeportista ha explicado que esta situación está muy extendida en la élite de su generación

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Fernando Romay en ' Y
Fernando Romay en ' Y ahora Sonsoles'. (Antena 3)

Fernando Romay, el histórico exjugador de baloncesto, ha hablado la difícil situación que viven muchos deportistas españoles de élite tras retirarse. A sus 65 años, Romay cuenta con una amplia trayectoria profesional, con las camisetas de Real Madrid, CB Zaragoza, OAR Ferrol y la Selección Española en su armario.

Sin embargo, en el programa Y ahora Sonsoles ha denunciado que no puede acceder a una pensión de jubilación justa ni jubilarse en los plazos marcados por la Seguridad Social. El antiguo jugador gallego asegura que este escenario no es algo casual, sino que se repite con muchos deportistas.

Según ha explicado Romay, el problema surge porque muchos deportistas de su generación no tuvieron la posibilidad de cotizar a la Seguridad Social durante buena parte de sus carreras. “No nos dejaban, era imposible. Para participar en los Juegos Olímpicos (JJOO) no podías ser considerado como deportista profesional y eso implicaba que no podías cotizar a la Seguridad Social, no pude cotizar hasta 1993”, ha asegurado.

Estudios demuestran que esto sucede debido a que la esperanza de vida aumenta

“Tributábamos como los toreros”

Durante sus años en el Real Madrid, Romay y otros compañeros ni siquiera tuvieron la posibilidad de darse de alta como autónomos. “Tributábamos como artistas y toreros, pero no como deportistas”, explicó, destacando una legislación que no reconocía a los profesionales del deporte como tales.

La falta de cotizaciones no es el único obstáculo con el que se toparon estos deportistas. Romay relató que, al no estar cubierto por la Seguridad Social, tuvo que pagar de su bolsillo los gastos médicos familiares durante un año completo. “Cuando mis hijos enfermaban, sabía que luego me iba a llegar una factura, lo pagaba porque contaba con eso, pero no era justo”, confesó el exjugador en Antena 3, evidenciando una precariedad que choca con la imagen de éxito que se asocia a la alta competición.

La incorporación al mundo laboral más tardía de los jóvenes, con una tasa de empleo entre los 16 y los 29 años 15 puntos porcentuales inferior a la de 2007, hará que los que se jubilen en 2065 y que solo hayan podido cotizar 30 años deban compensar sus menores cotizaciones demorando la jubilación hasta los 71 años si quieren mantener el nivel de vida previo.

Otros casos

No se trata de casos aislados: el marchista Suso García Bragado, de 55 años y retirado en los Juegos Olímpicos de Tokio a los 50, también expuso en el programa su situación. “Me he incorporado al mundo laboral hace poco, tengo asumido que voy a estar trabajando muchos años como podólogo… a más de los 70 años”, relató.

Coral Bistuer, campeona mundial y olímpica, comparte la misma experiencia amarga. La deportista reconoce que durante los años 80 el deporte en España “no era tan importante, se hacía deporte, pero no ganábamos nada. Ahora, los deportistas del 2.000 cuentan con nuestro bagaje y nuestra experiencia”.

Bistuer comenzó a entrenar y competir con solo 16 años, pero todos sus logros y esfuerzos anteriores a los años 90 no cuentan para su vida laboral. “Teníamos todas las obligaciones, pero ningún derecho”, subrayó ante la audiencia. El caso de esta taekwondista española se repite con otros perfiles similares.

Este tipo de testimonios ponen en evidencia el vacío legal y la falta de reconocimiento que sufrieron generaciones enteras de deportistas españoles. Aunque en la actualidad los logros deportivos tienen un mayor reconocimiento social y laboral, para muchos que se retiraron antes del cambio de siglo la jubilación digna sigue siendo un reto complicado de alcanzar.