Una joven asegura haber discutido con Froilán en una discoteca en Ibiza: “Me topé con una situación bastante incómoda”

El nieto del rey emérito ha vuelto a convertirse en protagonista de una polémica. Esta vez, el escenario ha sido una conocida discoteca de Ibiza, donde una joven llamada María asegura haber vivido un episodio desagradable con Froilán de Marichalar a la salida del local. La historia ha sido contada este miércoles en el programa TardeAR, donde la joven ha relatado una experiencia que califica de “intimidante” y “muy incómoda”.

Según su testimonio, el incidente tuvo lugar el pasado lunes 28 de julio. Froilán habría accedido al club por la zona VIP, cuyo acceso cuesta alrededor de 400 euros, y, en palabras de María, “como si fuera el dueño de la discoteca, literalmente. Hablaba con una prepotencia...”. Pero la tensión entre ambos habría comenzado cuando Froilán, acompañado de una mujer y en actitud relajada, la acusó de tomarle fotos sin su consentimiento. “Me dijo que, si quería una foto con él, se lo dijera”, ha explicado María.

Aunque la joven niega haber tomado imágenes, otros testimonios recogidos por el programa han apuntado a que sí habría hecho alguna foto y que incluso se le escapó el flash del móvil, lo que habría desatado el enfado de Froilán. Una reportera de TardeAR, Leticia Requejo, ha asegurado que hay versiones que indican que él se le acercó “de muy buenas maneras al principio y de forma muy educada”, pero que el tono cambió rápidamente.

En el desarrollo del encontronazo, María afirma que Froilán la reprendió con dureza, acusándola de ser “una maleducada” y “una grosera”, todo mientras la miraba con una “cara superdesafiante”. Según su relato, el aristócrata incluso intentó pedir al personal de seguridad del local que revisaran su teléfono para confirmar si realmente le había fotografiado.

“Me topé con una situación bastante incómoda. Me sentí bastante intimidada. Estaba alucinando, no entendía a qué venía todo esto”, ha comentado la joven en el vídeo emitido por el programa, presentado por Frank Blanco y Verónica Dulanto. La situación, según su versión, se desbordó sin razón clara, lo que ella atribuye a un posible malentendido, aunque reconoce que Froilán no estaba “muy católico” cuando abandonó la discoteca.

Este nuevo episodio se suma a una larga lista de titulares protagonizados por Froilán, algunos simpáticos en su niñez —como aquella famosa patada durante la boda de los actuales reyes— y otros menos inocentes con el paso del tiempo. Su estancia en Abu Dabi junto a su abuelo había generado expectativas de una posible madurez personal, pero los últimos acontecimientos parecen indicar lo contrario.

La reciente trifulca en Ibiza no es un caso aislado. Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón ya había protagonizado otro incidente unas semanas antes, esta vez en el corazón de Madrid. El nieto mayor del rey emérito regresó a España desde Abu Dabi con la intención de pasar unos días de descanso, pero su presencia en la capital no tardó en generar titulares.

El jueves 29 de mayo, según recogió El Español, Froilán se reunió con un grupo de amigos para disfrutar de la noche madrileña. La velada comenzó en una cervecería de moda en la calle José Abascal, en el exclusivo barrio de Almagro. A la salida, mostró una actitud distendida con los medios allí presentes, llegando incluso a responder con amabilidad a algunas preguntas sobre su abuelo Juan Carlos I. Sin embargo, la calma inicial contrastó con lo que sucedería horas después.

La noche continuó en un club nocturno de Chamberí, donde el hijo de la infanta Elena accedió con sus amigos a un reservado VIP, espacio que suele frecuentar por su relación con los responsables del local. Todo transcurría con normalidad hasta que un joven desconocido se coló sin permiso en el espacio privado del grupo. La situación generó tensión inmediata: Froilán, molesto, le pidió que se marchara, temiendo que pudiera estar grabando o tomando fotografías.

La negativa del intruso y el clima enrarecido derivaron en un breve forcejeo. Testigos afirman que tuvo que intervenir el equipo de seguridad para separarlos. “Fue cuestión de segundos, pero tuvieron que separarlos”, explicó una fuente cercana. Al parecer, el joven Borbón tiene una preocupación constante por su privacidad, lo que le lleva a vestir con gorras o capuchas para pasar desapercibido.