“Intentó reanimarlos con sus propias manos”: el drama de unos padres tras perder a sus tres hijos en un accidente de tráfico

Villanueva de la Jara, una localidad de apenas 2.500 habitantes, ubicada en Cuenca (Castilla La-Mancha), permanece sumida en un profundo luto tras el devastador accidente de tráfico ocurrido el pasado domingo a las 16:47 horas en el kilómetro 181 de la carretera N-310, a la altura de Sisante.

La colisión frontal entre dos vehículos se cobró la vida de cinco personas, entre ellas tres hermanos pequeños de la familia Troia (de 4 años, 2 años y apenas 8 meses), vecinos muy queridos en el municipio.

Los padres, Bogdan Troia, de 29 años, y Noemi, de 26, de origen rumano, sobrevivieron al impacto y continúan hospitalizados en el Hospital de Villarobledo: él en la Unidad de reanimación y ella en planta, fuera de peligro.

En el otro coche viajaban cuatro adultos residentes en Ciudad Real: dos hombres de 38 y 42 años fallecieron en el acto, mientras que los otros dos, de 39 y 41 años, permanecen ingresados en los hospitales de Albacete y Villarobledo con pronóstico reservado.

El siniestro se enmarca en un contexto de elevada siniestralidad vial: en el Puente de Santiago, quince personas perdieron la vida en accidentes de tráfico, y solo en el mes de julio, hasta el día 27, ya se contabilizaban 108 fallecidos.

Fuentes cercanas a la familia relatan que la madre de los pequeños presenció todo el accidente e intentó desesperadamente reanimar a uno de sus hijos en el lugar del siniestro.

“Fue ella quien trató de reanimar con sus propias manos a uno de los niños”, explican desde la Asociación Nacional Solimundo, que está acompañando a la familia y canalizando la ayuda humanitaria, cuentan a Antena 3.

El brutal impacto hizo inútiles los esfuerzos de los servicios de emergencia desplazados: dos helicópteros sanitarios, varias ambulancias, bomberos y agentes de la Guardia Civil.

Según los testigos, el padre habría intentado frenar y esquivar al otro vehículo, que presuntamente invadió el carril contrario, aunque la investigación, en manos del Juzgado de San Clemente, sigue abierta.

Bogdan y Noemi Troia llegaron a Villanueva de la Jara en su adolescencia tras emigrar con sus familias desde Rumanía. Allí se conocieron en la iglesia pentecostal Betania, se casaron y formaron su familia.

Él trabajaba en el campo, especialmente en cultivos de vid, mientras ella se dedicaba por completo al cuidado de sus hijos. En los últimos meses, residían temporalmente en San Clemente para participar en la campaña de ajo. Apenas dos días después tenían previsto viajar a Rumanía para visitar a la familia materna durante las vacaciones.

El Ayuntamiento de Villanueva de la Jara decretó tres días de luto oficial, suspendiendo varios actos programados de su semana cultural. Las banderas ondean a media asta y la plaza mayor se ha convertido en un espacio de recogimiento silencioso. “La felicidad de esos padres eran sus hijos”, expresó con emoción la alcaldesa Johanna León. La comunidad rumana y los vecinos de la localidad se han volcado con la familia Troia.

La Asociación Hispano-Rumana de Cuenca, la Asociación Nacional Solimundo y la iglesia pentecostal Betania han puesto en marcha campañas de ayuda económica y apoyo jurídico. El entierro de los tres menores se celebrará en Villanueva de la Jara, aunque la fecha dependerá de la evolución de los padres.