Marcial Dorado reitera su amistad con Feijóo y lamenta que no lo defendiera públicamente: “Nunca insistió lo suficiente en que yo no soy un narco”

Marcial Dorado, empresario gallego condenado por narcotráfico en 2011, ha roto de nuevo su silencio para reivindicar su inocencia y subrayar la naturaleza estrictamente personal de su relación con Alberto Núñez Feijóo. En una entrevista concedida a El Confidencial, Dorado asegura contar con una nueva prueba —una carta de Roberto Leiro, considerado el cabecilla de la operación por la que fue condenado— que demostraría que su implicación en el narcotráfico ha sido malinterpretada. “Demuestra que mis negocios ilícitos nunca fueron más allá del contrabando de tabaco”, afirma.

La misiva de Leiro, según relata, está sirviendo como base para que su abogado ultime un nuevo recurso con el que pretende desvincular su nombre, de forma definitiva, del tráfico de cocaína. Con la condena ya cumplida, Dorado busca ahora reescribir el relato judicial que ha marcado su figura pública.

La entrevista sirve también para reafirmar su vínculo con Feijóo, sobre el que ya se pronunció en 2020 en una conversación con laSexta. Esta vez, añade matices, fechas y reproches. Asegura que lamenta que el actual líder del PP no haya sido más contundente en defenderle: “Nunca insistió lo suficiente en que yo no soy un narco”.

Además, denuncia presiones desde distintos frentes políticos. Según Dorado, tanto cargos del PSOE como del propio Partido Popular intentaron obtener de él información perjudicial sobre su relación con Feijóo. “Recibí ofertas de cargos del PP y del PSOE para que ofreciera detalles sobre mi relación con el expresidente”, sostiene.

Dorado remonta el origen de su relación con Feijóo a principios de los años noventa. Según explica, fue Manuel Cruz —entonces chófer de altos cargos de la Xunta y, según El País, también testaferro— quien los presentó. “Yo lo conocí siendo algo de Agricultura”, relata. Luego, “cuando Romay [Beccaría] pasa de Agricultura a conselleiro de Sanidade, es cuando Romay lo lleva ahí, y luego es cuando Romay lo lleva a Madrid, es ahí donde empieza”.

Ese “inicio” alude al ascenso político de Feijóo en la administración autonómica y luego estatal. Fue secretario general de Agricultura, luego de Sanidade, y más tarde responsable del Servizo Galego de Saúde. Tras la victoria del PP en 1996, Romay Beccaría lo situó al frente del Insalud. Años más tarde, ya en la segunda legislatura de Aznar, Feijóo dirigió Correos, hasta que en enero de 2003 fue enviado de nuevo a Galicia como conselleiro de Política Territorial en el gobierno de Fraga, en plena crisis del Prestige. Dorado cree que su regreso tenía una misión política clara: “Limpiar el PPdeG”.

Según Dorado, su relación con Feijóo terminó “en 2002, más o menos”. En ese momento, subraya, “todavía no tenía ninguna condena”, aunque ya había sido detenido en la operación Nécora y era conocido por sus vínculos con el contrabando. Durante la década que compartieron amistad, asegura que viajaron juntos a los Picos de Europa, celebraron la Nochevieja en Estoril —“yo podía permitírmelo e íbamos allí”— y realizaron “dos viajes a Ibiza” en su embarcación.

Las imágenes de ambos juntos —que El País publicó en marzo de 2013— causaron un terremoto político y mediático. Dorado insiste en que su publicación respondió a una maniobra política para dañar la figura de Feijóo. “Interesaba que fuese narcotraficante” para divulgar las fotos “justo cuando sean las elecciones”, afirma.

Sin embargo, los hechos contradicen esa versión: las fotos se difundieron tras las elecciones autonómicas de 2012, cuando Feijóo ya había revalidado su cargo como presidente de la Xunta, y más de un año antes de los comicios europeos de 2014.

En la entrevista con El Confidencial, también desmiente una de las especulaciones que circularon entonces: un supuesto viaje a Andorra. “Nunca hubo nada más; es que dicen tonterías de que estuvo en Andorra. Vieron la nieve y pensaron que era Andorra”, ironiza. El propio Feijóo, en 2013, alimentó esa confusión al declarar que “creía” que no había ido a Andorra: “Recuerdo que había nieve, parece ser que eran los Picos de Europa”, dijo entonces.