Las idílicas vacaciones de los príncipes de Gales en Grecia: playas cristalinas, paisajes montañosos y mucha privacidad

El matrimonio ha optado por pasar unos días alejados de las responsabilidades monárquicas en una de las islas más bonitas del mar Jónico

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Los príncipes de Gales en
Los príncipes de Gales en Cefalonia (Grecia).

El príncipe Guillermo y Kate Middleton han optado este verano por el mar Jónico para disfrutar de unas vacaciones en familia, gozando así de las discretas playas de la isla griega de Cefalonia. Acompañados por sus tres hijos: el príncipe George (11), la princesa Charlotte (10) y el pequeño Louis (7), así como por los padres de la princesa de Gales, Carole y Michael Middleton, la familia ha logrado mantenerse alejada del foco mediático durante su estancia, según ha revelado el medio local Kefanolina Focus.

La llegada de los herederos de la corona británica tuvo lugar el pasado 19 de julio, en un vuelo privado procedente de Londres. El aterrizaje se llevó a cabo sin anuncio oficial y bajo estrictas medidas de seguridad. Nada más pisar tierra, los Windsor fueron conducidos en vehículos de alta gama hasta un puerto cercano, donde continuaron su recorrido marítimo a bordo de una embarcación privada de lujo. Desde allí, iniciaron una travesía por las aguas del Jónico, en lo que parece ser una escapada centrada en la tranquilidad, la naturaleza y la vida en familia.

Cefalonia, la isla más extensa del archipiélago jónico, ha sido el enclave elegido para comenzar estas vacaciones alejadas de compromisos oficiales. Este rincón griego, célebre por sus playas cristalinas, sus paisajes montañosos y su carácter apacible, representa una alternativa más reservada frente a otras islas más populares como Mykonos o Santorini. La belleza de lugares como la playa de Myrtos, la cueva de Melissani o los encantadores pueblos de Fiskardo y Assos, sumados a su atmósfera serena, la han convertido en destino predilecto para quienes buscan desconexión con máxima privacidad.

(Getty)
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A pesar del hermetismo, varios residentes y turistas no tardaron en advertir la presencia de una gran embarcación escoltada por un dispositivo de seguridad reforzado. Las sospechas no tardaron en aflorar, y fuentes locales terminaron por confirmar a los medios la visita de los miembros de la familia real británica. Ni el Palacio de Kensington ni el Gobierno griego han emitido comentarios sobre el viaje, lo que ha alimentado aún más el carácter reservado de esta escapada.

Esta visita al país mediterráneo se produce en un momento de menor exposición pública para el príncipe Guillermo, que ha reducido sensiblemente su agenda oficial en los últimos meses. Su retirada parcial de la vida institucional responde tanto a los problemas de salud que enfrenta su padre, el rey Carlos III, como al proceso de recuperación que atraviesa su esposa, tras revelar el pasado 2024 que está recibiendo tratamiento oncológico.

Quién es quién en la casa real británica: del rey Carlos, el más tardío de la historia, al polémico príncipe Andrés.

La compañía de los padres de Kate en esta ocasión refuerza la idea de que se trata de un viaje pensado para el cuidado emocional y físico de toda la familia. Se trataría, por tanto, no solo de unas vacaciones veraniegas, sino también de un respiro necesario en un periodo marcado por desafíos personales para los príncipes de Gales.

Kate Middleton vuelve a sus obligaciones

La última aparición pública de Kate Middleton tuvo lugar en Wimbledon el pasado 13 de julio, donde presidió la entrega de trofeos en las finales femenina y masculina. Su presencia acaparó todas las miradas, no solo por su papel institucional, sino por tratarse de una reaparición muy esperada tras su tratamiento. Fiel a su estilo elegante, la princesa de Gales deslumbró con dos estilismos depurados y una selección de joyas cuyo valor conjunto superó los 500.000 euros.

En la final masculina, destacó por lucir un vestido azul de Roksanda con un lazo en el hombro, acompañado por pendientes de Cartier, varios anillos y un nuevo colgante de Daniella Draper en oro amarillo con diamantes, valorado en 3.500 euros. Asidua al torneo londinense desde 2011, Kate volvió a dejar una estampa inolvidable, combinando simbolismo, moda y emoción en un evento que marcó su regreso a la escena pública tras meses de discreción.

Kate Middleton en la final
Kate Middleton en la final masculina de Wimbledon. (Instagram)