Expertas en limpieza explican todos los otros usos que tiene el abrillantador de los platos: “Di adiós a las odiosas marcas de dedos y de agua”

Dentro de la limpieza doméstica, algunos productos esconden más potencial del que imaginamos. Más allá de sus usos convencionales, ciertas fórmulas creadas para un propósito específico pueden convertirse en aliados polivalentes. Es el caso del abrillantador del lavavajillas, un líquido comúnmente asociado al brillo de los platos, pero que —según expertas— puede servir para limpiar múltiples superficies del hogar con resultados sorprendentes.

Así lo explican Marta y Elena, creadoras del perfil especializado @hogardiez, quienes han recopilado varios usos alternativos para este producto en la cocina y el baño. “Sí, tanto en mamparas de cristal como las de plástico, con pasar una bayeta de microfibra húmeda con unas gotas de abrillantador, harás que quede reluciente”, afirma una de las expertas. Según detallan para Cosas de Casa, al secarse, la superficie queda tan limpia y transparente “que nos chocaremos con ella porque ni veremos el cristal”.

Pero este efecto no es casual, porque muchos abrillantadores contienen agentes antical que ayudan a prevenir residuos, algo especialmente útil en zonas con agua dura. La fórmula incluye además tensioactivos, que reducen la tensión superficial del agua y evitan la formación de gotas persistentes.

De esta manera, este producto es uno de los usos más valorados por quienes lo han probado es su capacidad para eliminar marcas en los grifos: “Di adiós a las odiosas marcas de dedos y de agua. Pasa un paño con un poco de abrillantador por tu grifo, ¡y lo tienes!”, aseguran. La explicación es sencilla: al aplicar el abrillantador con una bayeta, “veremos como el agua se cae de ellos sin dejar marca, dejándolos muy brillantes”. Esto se debe a su composición, que impide que el agua se adhiera a la superficie.

Asimismo, el fregadero es otra de las zonas donde el abrillantador del lavavajillas puede marcar la diferencia. “Quedará ultra brillante“, sostiene la experta. La aplicación es simple: puede echarse un chorro directamente o utilizar una bayeta impregnada. Además de aportar brillo, el producto crea una capa protectora que repele la suciedad, facilitando el mantenimiento del acero inoxidable.

Pero su efectividad no se limita al fregadero, ya que “si tienes otros muebles u electrodomésticos de acero inoxidable y quieres conseguir un brillo extra a la par que evitar manchas, puedes pasar un poco de abrillantador”, explican. Se puede usar, por ejemplo, en las superficies externas del horno o el lavavajillas, logrando un acabado limpio y brillante con poco esfuerzo. Del mismo modo, se podría usar para las puertas de cristal de “las puertas del horno y de la chimenea. No tiene mayor misterio, lo aplicas con una bayeta y las deja igual de transparentes que las copas o la mampara”, comentan.

En definitiva, el abrillantador del lavavajillas se revela como un recurso versátil para mantener relucientes distintas superficies del hogar, más allá de la vajilla. Aunque no sustituye a una limpieza profunda cuando hay suciedad incrustada, puede ser útil como paso final o para mantenimiento regular, especialmente si se busca un acabado sin marcas ni residuos visibles.