Una laguna legal en la ley contra la deforestación puede facilitar la entrada de madera rusa y bielorrusa sancionada en países de la Unión Europea

Una enmienda técnica permitiría eximir a ciertos países de controles de trazabilidad, debilitando el reglamento europeo y facilitando el desvío de los productos madereros

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Trozos de leña apilados. (Carlos
Trozos de leña apilados. (Carlos Castro/Europa Press)

Una propuesta para modificar el recién aprobado Reglamento Europeo contra la Deforestación (EUDR, por sus siglas en inglés) puede abrir una vía para eludir sanciones internacionales y permitir el blanqueo de madera procedente de Rusia y Bielorrusia. Así lo denuncia la organización británica Earthsight en su último informe publicado este mes de julio, en el que advierte de los riesgos de introducir una categoría denominada “no-risk” (sin riesgo) dentro de la normativa comunitaria.

El EUDR, aprobado en 2023 y cuya entrada en vigor está prevista para diciembre de 2025, obliga a las empresas que comercialicen ciertos productos —como madera, soja, carne, aceite de palma, caucho o cacao— a demostrar que estos no proceden de zonas deforestadas ni han sido obtenidos de forma ilegal. Uno de los elementos clave del reglamento es la exigencia de geolocalización de origen y la obligación de realizar controles mínimos por parte de los Estados miembros, basados en el nivel de riesgo asignado a cada país o región.

No obstante, algunos gobiernos europeos están impulsando la creación de una cuarta categoría de riesgo, la llamada “no-risk”, que excluiría a ciertos países de la obligación de proporcionar coordenadas geográficas del origen de los productos. Esta categoría permitiría además que las importaciones desde esos países no estén sujetas a los controles mínimos obligatorios.

Una vía para el blanqueo de la madera rusa

Según Earthsight, esta enmienda puede tener consecuencias especialmente graves en lo relativo al comercio de madera sancionada procedente de Rusia y Bielorrusia, dos países sometidos a restricciones por parte de la Unión Europea desde la invasión de Ucrania. A pesar de estas sanciones, la organización ha documentado cómo continúa entrando en la UE madera de origen ruso, camuflada a través de terceros países.

“Tras la imposición de sanciones en 2022, la madera rusa no ha desaparecido de los mercados europeos. Simplemente, ha cambiado de rostro”, señala el informe de Earthsight. La organización revela cómo empresas de Rusia y Bielorrusia han desviado sus exportaciones a países como Turquía, China, Kazajistán o Georgia, desde donde la madera se vuelve a exportar hacia la UE con certificados falsos o incompletos que ocultan su verdadero origen.

Unos troncos apilados. (Europa Press)
Unos troncos apilados. (Europa Press)

Si estos países terceros fuesen catalogados como “sin riesgo” dentro del EUDR, sus exportaciones quedarían exentas de controles, lo que facilitaría aún más el fraude. “Eliminar el requisito de geolocalización precisamente en estos casos es abrir la puerta de par en par al blanqueo de madera sancionada”, denuncia Earthsight.

Antes y después de las sanciones

Hasta 2022, Rusia era el mayor exportador mundial de productos derivados de la madera, y uno de los principales proveedores de la Unión Europea, especialmente en especies como el abedul y la conífera. En ese año, las exportaciones rusas de madera a la UE superaban los 3.000 millones de euros anuales, según datos del Eurostat. La dependencia era significativa en sectores como la fabricación de muebles, suelos laminados y contrachapados.

Con la invasión de Ucrania, la UE impuso sanciones a la importación de madera y productos derivados procedentes tanto de Rusia como de Bielorrusia. Sin embargo, lejos de detener por completo el flujo comercial, el sector encontró vías alternativas. La exportación directa cayó, pero aumentó de forma notable el volumen de productos que llegaban desde terceros países tradicionalmente no asociados al comercio maderero ruso, como Kazajistán o Georgia. En muchos casos, las autoridades aduaneras y los mecanismos de control de origen no han sido capaces de seguir el rastro real de la materia prima.

Apoyo político en países importadores

El informe también señala que varios países de la UE que apoyan esta enmienda son grandes importadores de madera de abedul, una especie cuya cadena de suministro está en gran medida vinculada a Rusia. Entre ellos se encuentran Bulgaria, Croacia, República Checa, Estonia, Italia, Polonia, Portugal y Eslovenia. Estos países representaron más del 67% del valor total de las importaciones de madera de alto riesgo en la UE durante 2023, según cálculos de la propia organización.

La propuesta de introducir la categoría “no-risk” fue respaldada en una resolución no vinculante aprobada por el Parlamento Europeo el pasado 9 de julio. Aunque el texto menciona la necesidad de estudiar esta posibilidad para reducir cargas administrativas, Earthsight advierte de que no se ha evaluado adecuadamente su impacto sobre el cumplimiento de sanciones ni sobre el riesgo de deforestación ilegal.

“Retroceso grave” en el espíritu de la ley

Para Earthsight, introducir una excepción de este tipo sería un grave retroceso en la aplicación del reglamento. “La categoría ‘no-risk’ va en contra del propio espíritu del EUDR. Minaría su credibilidad y facilitaría la entrada de productos ilegales, especialmente madera rusa y bielorrusa, en un momento en que la UE debería estar reforzando sus compromisos ambientales y geopolíticos”, afirma la organización.

Además, Earthsight destaca que la deforestación no siempre es visible en las estadísticas globales. “Muchos países considerados de bajo riesgo, como Georgia o Kazajistán, pueden ser utilizados como plataformas de tránsito para madera de origen ilícito. Su baja tasa de deforestación no garantiza que no sean parte del problema”, apunta el informe.