Una argentina residente en Barcelona arremete duramente contra los catalanes: “Nunca he conocido gente más repugnante”

El vídeo que se ha viralizado fue publicado en Tiktok, pero fue eliminado al poco tiempo debido a la oleada de críticas

Guardar
Una argentina critica a los
Una argentina critica a los catalanes. (X/Twitter)

Ha sucedido un nuevo caso de rechazo hacia la lengua catalana, y esta vez, ha sido protagonizado por una argentina. Este episodio ha producido una fuerte oleada de críticas en las redes sociales, pues se trata de un vídeo publicado en la plataforma de Tiktok por parte del medio Barcelona Secreta. Aunque el contenido fue eliminado posteriormente, su impacto fue inmediato, hasta el punto de que a poco de ser publicado ya había sido descargado por numerosos usuarios y reposteado en otras redes sociales.

El vídeo formaba parte de una serie de entrevistas callejeras en las que se preguntaba a los transeúntes qué zonas de Barcelona tienden a evitar. La respuesta de la entrevistada no pasó desapercibida: “Cuanto más catalán sea el barrio, más intento evitarlo”. El comentario se viralizó en cuestión de horas y no fue el único que encendió las alarmas.

“Todo lo que no sea español y catalán, está genial”

La joven, conocida en redes como @supercursi, también afirmó sentirse atraída por barrios como San Roc “porque hay gitanos” y añadió: “todo lo que sea inmigración, me gusta”. No obstante, la frase que más controversia generó fue: “Todo lo que no sea español y catalán, para mí está genial”.

Además de estos comentarios, la entrevistada arremetió directamente contra los catalanes, calificándolos como “una versión peor de los españoles” y utilizando un término que suscitó especialmente el rechazo del público: “tacaños”.

La argentina residente en Barcelona
La argentina residente en Barcelona que criticó a los catalanes. (X/Twitter)

Las reacciones no tardaron en llegar. Usuarios de distintos sectores ideológicos condenaron tanto las palabras de la joven como el papel del medio que publicó el vídeo. Mientras algunos pedían que se denunciara el contenido por incitación al odio, otros cuestionaban por qué alguien con semejante desprecio hacia la cultura catalana decide vivir en Barcelona.

Un caso de “xenofobia lingüística”

Entre las primeras organizaciones en pronunciarse estuvo Plataforma per la Llengua, que denunció el caso como un acto de “xenofobia lingüística”. En sus redes, la entidad expresó: “Evitar barrios porque se habla catalán no es una opinión, es odio”. Además, instaron directamente a Barcelona Secreta a dejar de amplificar discursos discriminatorios y a incorporar el catalán en sus publicaciones digitales.

En redes sociales como X, los usuarios han compartido dispares opiniones. Entre ella, destacada la de un usuario que dice lo siguiente: “Es increíble cómo hemos normalizado que gente que llega de otros países diga abiertamente que nos evita, nos odia o no quiere aprender nuestra lengua porque la considera inútil. Es racismo y odio puro y duro y no lo dudaríamos si fuera contra otro colectivo”

Manifestantes independentistas. (REUTERS)
Manifestantes independentistas. (REUTERS)

Sin embargo, también ha habido quien ha preferido atacar a las autoridades, a quienes consideran responsables del poco respeto que se le tiene a su tierra. “La culpa no es de ella, sino de los complejos que tenemos los catalanohablantes. A Barcelona a la lengua catalana no le quedan mucho más de 15-20 años de vida”, sentenciaba un usuario.

Lejos de disculparse, la protagonista del vídeo continuó compartiendo mensajes polémicos en sus propias plataformas. Publicó el mismo vídeo en sus redes acompañado de la palabra “Divina”, aunque luego lo eliminó. Sus publicaciones anteriores ya dejaban entrever un fuerte rechazo hacia Cataluña. En enero escribió: “Nunca he conocido gente más repugnante que los españoles, más específicamente los catalanes. Tengo el cuerpo constantemente tenso de asco desde que puse un pie en Barcelona”.

En otra entrada, volvió a expresar su malestar por residir en la ciudad: “He pasado mi vida escapando del lugar que odiaba para acabar en el mismo sitio, a 16.000 kilómetros de distancia”.