El consumo de pollo asado se dispara hasta un 35% en verano: se compra por cuatro euros y se vende por 12

La demanda crece especialmente en zonas costeras del litoral mediterráneo, impulsada por el turismo y la preferencia por comidas rápidas, aunque también aumenta en el centro de la península

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Pollo asado con patatas (Adobe
Pollo asado con patatas (Adobe Stock)

El repunte de precios no parece disuadir a los consumidores de pollo asado, un alimento que experimenta un notable aumento de la demanda durante la temporada veraniega, particularmente en las zonas turísticas del litoral mediterráneo. Según informó la Agencia EFE, la campaña de verano consolida su papel como el periodo más relevante para este producto en España, especialmente en regiones donde las llegadas de viajeros por vacaciones impulsa aún más las ventas.

El consumo de pollo asado durante los meses de verano incrementa entre un 10% y un 15% de media, mientras que en destinos turísticos y áreas costeras el alza llega hasta el 35%. Se proyecta una tendencia de consumo sostenido para la campaña de 2025, en línea con lo registrado en años anteriores, a pesar de las recientes subidas de precios.

Actualmente, el empresario que se dedica a la compra y preparación de pollo asado paga en torno a los cuatro euros por pollo, con un peso promedio de 1,35 kilos. Sin embargo el precio al público varía entre 11 y 12 euros por unidad, con oscilaciones según el canal de distribución. La producción semanal de pollos para asar en España se sitúa en 2,4 millones.

El turismo en costa impulsa la demanda

Los datos del sector recogidos por la agencia de noticias reflejan que funcionan de 9.000 a 10.000 asadores a lo largo del año, cifra que alcanza hasta 12.000 en plena temporada estival. Este incremento responde tanto al flujo turístico como a la preferencia de los consumidores por preparaciones rápidas y sencillas.

El secretario general de la Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola (Avianza), Jordi Montfort, declaró a EFE que el verano constituye “uno de los momentos clave” para el consumo de este producto entre el público español. Subrayó la especial popularidad del pollo asado en el arco mediterráneo y comunidades autónomas como Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Baleares y Canarias, donde la afluencia de turistas incrementa la demanda.

El consumo también continúa expandiéndose en áreas del interior y en zonas urbanas, consolidándose como una alternativa práctica y que atrae a diversos segmentos familiares. De acuerdo con Montfort, durante la temporada estival existe una clara preferencia por alimentos “fáciles de preparar, que gusten a todos los públicos y no requieran mucho tiempo en la cocina”. El pollo asado encarna estas características y, según el directivo, la variedad nacional sobresale por su “calidad, frescura y sabor”, aspectos garantizados por el origen en granjas certificadas que aplican estrictos controles de bienestar animal, trazabilidad y seguridad alimentaria.

Pollo asado. (Surtidor de aves)
Pollo asado. (Surtidor de aves)

Fuentes del sector resaltan además la creciente presencia del pollo asado en supermercados, asadores y cadenas de restauración rápida, donde se consolida como uno de los productos más demandados del periodo estival, gracias a “su conveniencia, su sabor y su adaptabilidad a los hábitos de los consumidores”.

Baja la demanda internacional pero crece la interna

En el ámbito internacional, el consejero delegado de la empresa Grill & Chicken, Eugenio Arenas, destaca que durante los meses de verano, las ventas de la empresa a destinos europeos bajan un 25%, mientras que la demanda nacional crece en esa proporción.

La demanda de pollo para asar alcanza su máximo en la semana del 15 de agosto, cuando las celebraciones patronales coinciden con el mayor volumen de turistas en el país, aclaró Arenas a EFE. Señaló además que el precio al consumidor final “debería ser algo más elevado” para reflejar de forma más fiel los costes asumidos por toda la cadena de valor.