Menos dinero para los agricultores, más gasto en Defensa y el enfado de la Eurocámara y los Gobiernos: así será la “madre de todas las batallas” de la UE

Von der Leyen presentó este miércoles su Marco Financiero Plurianual, marcado por un nuevo modelo centralizado y un drástico recorte de las políticas estructurales y agrarias

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El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha advertido este lunes de un déficit en la producción de cereales en España de entre 10 y 12 millones de toneladas, por lo que será necesario recurrir a mercados externos como el ucraniano. (Fuente: Comisión Europea / Europa Press)

Dos billones de euros. Es el número que marca la Comisión Europea en su nuevo Marco Financiero Plurianual presentado este miércoles de cara a los próximos siete años, que busca reforzar la competitividad económica, la inversión en innovación y sobre todo, quintuplicar el gasto en Defensa.

Se trata del presupuesto a largo plazo para financiar todas las políticas comunitarias, desde la política agraria común (PAC) hasta la política verde, los fondos de cohesión o los programas Erasmus. En años anteriores, el bloque comunitario ha tenido que responder ante una pandemia, una crisis de suministros y la guerra en Ucrania, entre otras cosas. Las cuentas actuales son poco flexibles y responden a un escenario muy distinto al actual. Ante nuevos retos, la Comisión Europea debe organizar sus cuentas priorizando unas partidas en detrimento de otras.

La presidenta de la Comisión
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (Yves Herman/Reuters)

Y esta es la madre de todas las batallas. La Comisión presenta una primera propuesta, que después debe ser discutida por el Parlamento Europeo y los 27 gobiernos. Ambos presentarán además sus propuestas propias para finalmente encontrar un término medio que más o menos convenza a todos.

¿A dónde va cada euro?

Aunque la cifra pueda parecer titánica, representa tan solo el 1,3% del PIB europeo (el anterior era del 1,23%). El groso del gasto europeo (cerca de 1.000 millones de euros), agrupa las políticas agrarias, los fondos de cohesión y los propios fondos de recuperación. Por otro lado, se encuentra el bloque de la competitividad, donde se incluye la Defensa (590.000 millones de euros); y el resto es la política exterior de la Unión (117.000 millones), el programa Erasmus (40.827 millones) y el conjunto de otras partidas.

La Comisión ha propuesto elevar el porcentaje de las anteriores cuentas con el presupuesto “más ambicioso” hasta el momento, según el ejecutivo comunitario. Pero en realidad esto no es del todo cierto. Primero, porque el nuevo presupuesto recoge los intereses generados por los Fondos Next Generation que los países deben devolver a partir de 2028 (168.000 millones de euros). Quitando esta parte, la diferencia es de tan solo 27.000 millones de euros respecto a las anteriores cuentas. Segundo, porque si se tiene en cuenta el dato de la galopante inflación de los últimos años, la diferencia es prácticamente irrisoria.

Tercero, porque el incremento del gasto va destinado principalmente a mejorar la Defensa, como consecuencia de la guerra en Ucrania y el cuestionado compromiso de la Administración Trump con la seguridad europea. En total, el dinero destinado a políticas de Defensa y Seguridad se multiplica por cinco respecto a las anteriores cuentas, concretamente hasta los 130.000 millones de euros.

Los fondos estructurales y agrícolas, los más perjudicados

Y esto será en detrimento de las partidas más ‘europeizadas’: las agrarias y las regionales, que sufrirán un recorte del 20%. Víctor Burguete, investigador Senior del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB), explica en una conversación con Infobae España que, en los presupuestos actuales, el 30% es agricultura y el otro 30% son los fondos de cohesión. Sobre todo en la agricultura, apunta, es donde intentará reducir la Comisión.

“El problema que tiene el presupuesto europeo es que está diseñado con un modelo de los años 70 u 80. Ahora tenemos unas necesidades geopolíticas distintas, entre ellas la competitividad, la transición ecológica o la innovación digital. El presupuesto europeo, que sigue siendo muy reducido, no da para las ambiciones que tenemos en Europa”, señala el investigador.

La patronal europea del sector pesquero, representada por Europêche, de la que forma parte la española Cepesca, ya ha manifestado su “profunda preocupación” por las directrices del nuevo Marco Financiero Plurianual, considerando que la propuesta de la CE “margina a la pesca, una de las pocas políticas verdaderamente comunes”.

Burguete explica que el problema es que muchos países tienen muy poco margen fiscal y que tendrán que asumir esos costes que antes ‘pagaba Europa’. Hay países que no van a poder compensarlo, y entonces va a haber protestas. “El sector agrario está fuertemente movilizado y sindicalizado y tiene capacidad de influencia en Bruselas, como ya se mostró en las protestas antes de las elecciones al Parlamento Europeo. Este va a ser uno de los caballos de batalla”.

Un modelo centralizado para un mayor control de los fondos

Von der Leyen ha presentado un paquete simplificado y centralizado, que en lugar de la interminable lista de partidas de presupuestarias se reduce cinco bloques. En lugar de tener una infinidad de programas específicos que anteriormente iban a parar directamente a los destinatarios (la PAC a los agricultores, el Erasmus a los estudiantes…), lo que pretende la nueva Comisión es canalizar esos fondos a través de los Estados. Esto quiere decir que el Estado recibe el dinero y serán posteriormente los gobiernos los que lo repartan, de acuerdo a los criterios que están asignados.

¿Qué se pretende con este nuevo modelo? Burguete explica que es una manera de simplificar las cuentas, pero también una estrategia de Von der Leyen para tener un mayor control sobre la asignación de los fondos. “Si hay un incumplimiento, por ejemplo, del Estado de Derecho, como los ocurridos en Hungría con los derechos LGTBI, es más fácil retener los fondos a estos países”.

Banderas de la Unión Europea.
Banderas de la Unión Europea. (Europa Press)

¿Son las cuentas finales?

No. Ahora tocará un largo proceso de negociaciones, donde podrá variar, más allá del porcentaje del PIB de cada Gobierno, la cantidad de dinero en cada partida presupuestaria. “Cuando está recortando la política Agraria Común o los fondos de cohesión, de momento, quien está perdiendo son Francia e Italia por el beneficio que han recibido”, subraya Burguete. En todo caso, cada Gobierno hará los cálculos en función de si están mejor o peor en términos relativos respecto al presupuesto anterior. Por otro lado, habrá sectores de la Eurocámara que mostrarán su disconformidad con el presupuesto, ya que querrán que no se “pongan en peligro” las necesidades de financiación.

“Por eso es una negociación muy compleja y este es el primer paso en el cual es muy difícil compensar a todos. Obviamente, cuando hay cambios importantes en las rúbricas, hay ganadores y perdedores”, sentencia.