La relación real que hay entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner fuera de la pista: “Creo que es muy agradable que esto suceda”

A pesar de disputarse todos los grandes títulos del tenis, los dos mejores jugadores del mundo mantienen una buena amistad fuera de la pista

Guardar
Jannik Sinner y Carlos Alcaraz
Jannik Sinner y Carlos Alcaraz tras la final de Wimbledon (Reuters/Stephanie Lecocq)

En estos momentos, no hay dos nombres que definan mejor el presente y futuro del tenis masculino que Carlos Alcaraz y Jannik Sinner. Ambos jugadores, con solo 22 y 23 años respectivamente, se han convertido en protagonistas indiscutibles del circuito, especialmente en los torneos más importantes. Los últimos siete Grand Slams se los han repartido entre ellos, un dominio que recuerda a la época dorada del Big Three.

Su rivalidad más reciente ha alcanzado un nuevo nivel con las finales consecutivas que han disputado en Roland Garros y Wimbledon. En París, Alcaraz logró imponerse en un vibrante partido a cinco sets que reforzó su leyenda con una remontada épica que quedará marcada en la historia del tenis. Apenas un mes después, fue el turno de Sinner, que se alzó con su primer Wimbledon venciendo al español por 4‑6, 6‑4, 6‑4, 6‑4, convirtiéndose en el primer italiano en conquistar el torneo londinense.

El italiano Jannik Sinner celebra
El italiano Jannik Sinner celebra con el trofeo tras vencer en la final de Wimbledon al español Carlos Alcaraz el domingo 13 de julio del 2025. (AP Foto/Kin Cheung)

Sin embargo, pese a esta ferviente rivalidad, ambos tenistas mantienen una gran relación tanto dentro como fuera de la pista, donde solo se dedican palabras de respeto y admiración. Jannik es consciente de que, en los grandes escenarios, el único rival que puede hacerle daño es Carlos, y el español sabe lo mismo de Sinner. Esta rivalidad lejos de convertirse en odio les motiva para mejorar y entrenar mas duro, aseguran ambos.

“Mantenemos una gran rivalidad en la pista pero una buena amistad fuera de ella”

El respeto mutuo entre Alcaraz y Sinner ha sido evidente desde sus primeros enfrentamientos, pero en los últimos meses, a medida que su rivalidad ha tomado protagonismo mundial, ambos han verbalizado también el cariño que sienten el uno por el otro. En declaraciones recientes recogidas por la CNBC, el campeón de Wimbledon explicaba: “A veces nos escribimos para comprobar si todo está bien. Creo que es muy agradable que esto suceda. Mantenemos una gran rivalidad en la pista pero una buena amistad fuera de ella.

El italiano reconocía, además, que el nivel de Alcaraz le obliga a mejorar continuamente: “Cuando pierdes contra alguien, intentas seguir trabajando para cambiar el resultado. Alcaraz me hace mejor tenista”. Una confesión que denota una mentalidad competitiva madura, pero también un vínculo de admiración.

La decepción de Sinner tras perder la final de Roland Garros

Por su parte, Alcaraz no se ha quedado atrás. Después de caer en la final de Wimbledon, el español no dudó en elogiar a su rival en rueda de prensa: “Sinner es un gran campeón. Es genial que tengamos esta rivalidad, porque nos empuja a ser mejores y también es buena para el tenis”. Además, destacó que cada vez que se enfrentan, elevan el nivel del juego a cotas altísimas: “No veo a otros jugadores midiéndose de esta forma. Nuestros partidos siempre tienen una intensidad especial”.

La nueva era del tenis

El pulso entre Alcaraz y Sinner ya va camino de convertirse en una de las rivalidades más influyentes del tenis moderno. Ambos se han enfrentado en 13 ocasiones hasta la fecha, con un balance favorable al español (8-5). Sus duelos se han dado en todas las superficies y en instancias decisivas, como las recientes finales de Roland Garros y Wimbledon, lo que refuerza la sensación de que estamos ante los dos grandes dominadores del circuito actual.

Esta hegemonía ha abierto un debate en el circuito sobre cuánto tiempo podrán mantener esta superioridad y si existe algún jugador capaz de irrumpir y romper ese duopolio. Otras figuras jóvenes como Holger Rune o Jack Drapper han demostrado potencial, pero aún no han logrado el mismo impacto sostenido en los grandes torneos.