La playa de Gipuzkoa que podría desaparecer en 2050

Un informe de Greenpeace denuncia que varios arenales guipuzcoanos se encuentran en peligro por culpa del avance del mar y los efectos del cambio climático

Guardar
Turistas y donostiarras disfrutan de
Turistas y donostiarras disfrutan de un día soleado en la playa de la Concha de San Sebastián. (Juan Herrero/EFE)

La playa de Gaztetape, ubicada en Getaria, podría desaparecer completamente en los próximos 25 años si no se toman medidas urgentes contra el cambio climático. De forma similar, Itzurun, en Zumaia, podría perder cerca de la mitad de su extensión, mientras que en Hondarribia la costa sufrirá un retroceso considerable. Estas conclusiones forman parte del informe Destrucción a toda costa 2025 de Greenpeace, que también denuncia cómo la planificación urbanística en el litoral vasco continúa sin considerar suficientemente los efectos del calentamiento global.

Según este documento, para 2050 el nivel del mar en Euskadi podría aumentar hasta 26 centímetros, lo que ocasionaría una reducción promedio de 26 metros en las playas. En algunos casos, como Gaztetape o Muriola, esta subida supondría la desaparición total de estos espacios costeros.

Además de estas dos, otras playas en riesgo son Itzurun en Zumaia, Karraspio en Lekeitio, Isuntza en Ondarroa y Gorrondatxe en Getxo. En localidades como Hondarribia y Ereaga, el retroceso de la línea de costa podría superar los 20 metros. La coordinadora de campañas de Greenpeace, Elvira Jiménez, aseguró durante la presentación del estudio que las autoridades siguen impulsando modelos de desarrollo que han quedado obsoletos y que ponen en peligro los ecosistemas costeros.

Turismo masivo y presión sobre el litoral

El informe también trata de poner en evidencia que las instituciones fomentan un “turismo masificado” que “no respeta los límites ambientales del territorio”. Se ha observado un incremento en las visitas durante los meses otoñales, así como un notable aumento en las pernoctaciones de turistas extranjeros en el norte de España, superior al registrado en otras zonas del país.

La demanda turística en Gipuzkoa crece cada año. Donostia, con sus reconocidos espacios como la bahía de La Concha, el Peine del Viento o la Parte Vieja, junto con localidades como Zarautz, Getaria o Hondarribia, se posicionan como destinos preferidos por quienes buscan naturaleza y gastronomía de calidad.

En 2024, el número de visitantes superó cualquier registro previo, con más de 1,5 millones de entradas en hoteles en Gipuzkoa, que representa el 41,8% del total en Euskadi. Las pernoctaciones alcanzaron los 3,1 millones, un 42,4% del total regional. Según el Instituto Vasco de Estadística, el País Vasco registró su año con más visitantes, superando los 3,7 millones.

La subida del mar provocada por el cambio climático empieza a comerse la costa española: “Para 2030 ya se esperan pérdidas de playas”.

Demandas y soluciones planteadas por Greenpeace

Para hacer frente a esta situación, Greenpeace reclama varias acciones concretas. Entre ellas destaca la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para frenar la subida del mar. También insta a proteger y restaurar ecosistemas naturales como humedales, dunas y playas, además de detener los proyectos urbanísticos en áreas vulnerables.

Otra de las recomendaciones es desarrollar planes locales de adaptación climática que incluyan la participación de la ciudadanía. Además, Greenpeace solicita reformar el modelo turístico para hacerlo sostenible y compatible con el entorno natural.

La organización recuerda que el 60% de la población vasca reside en zonas costeras, por lo que el impacto es también social y económico, no solo ambiental. Se indica que una reducción moderada de emisiones a nivel global podría evitar el 40% de la pérdida de playas. También señalan que cuidar y conservar estos espacios tendría un beneficio “150 veces mayor” que permitir su degradación.

Finalmente, Greenpeace propone una transición energética hacia fuentes renovables, la protección de la biodiversidad, y la aplicación de soluciones naturales para proteger la costa que resultan más efectivas que las infraestructuras convencionales. El informe enfatiza la importancia de evitar construcciones en zonas de riesgo y de fomentar planes municipales participativos con recursos adecuados.

Para frenar la masificación turística, se plantea impulsar un modelo más regulado, sostenible y centrado en las necesidades de las comunidades locales, respetando siempre los límites ecológicos del litoral.