El joven de 29 años que posee siete propiedades y gana 2.200 euros al mes alquilándolas por habitaciones

En plena crisis del acceso a la vivienda, cada vez más inversores particulares recurren al alquiler por habitaciones para aumentar beneficios. El caso de Pierre ilustra esta tendencia creciente

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El precio del alquiler sube un 9,9% interanual en mayo y marca récord histórico.

En los últimos años, encontrar una vivienda para comprar o alquilar se ha vuelto un desafío creciente en gran parte de Europa. El aumento sostenido de los precios, que en muchos casos supera el ritmo de crecimiento de los salarios, ha dificultado el acceso a una vivienda adecuada para amplios sectores de la población, especialmente jóvenes y trabajadores. En este contexto, han cobrado visibilidad los casos de particulares que, mediante estrategias de inversión, logran construir carteras inmobiliarias rentables y superar el momento de tensión en el mercado.

Un caso representativo de inversión inmobiliaria orientada al alquiler es el de Pierre, un joven francés cuya historia recoge el diario Le Figaro. En 2020, cuando tenía 24 años, adquirió su primer apartamento en el municipio Clermont-Ferrand por 120.000 euros. En ese momento, contaba con un contrato indefinido como técnico de inventario y un salario neto superior a los 2.000 euros mensuales. Durante sus años de estudiante, Pierre ahorró alrededor de 10.000 euros trabajando en empleos temporales, lo que le permitió disponer de un aporte inicial para acceder a una hipoteca a 20 años, con cuotas mensuales de 550 euros.

Una estrategia que optimiza los beneficios

Desde el inicio, Pierre apostó por un modelo de alquiler que maximiza la rentabilidad: arrendar las habitaciones por separado. Buscó un piso de 70 metros cuadrados con tres habitaciones, ubicado cerca de las universidades para facilitar su alquiler a estudiantes. Realizó una inversión adicional cercana a los 10.000 euros para renovar la cocina, el suelo y pintar las paredes. Así, pudo alquilar cada habitación por 350 euros al mes, además de un garaje por 80 euros, generando ingresos mensuales totales de aproximadamente 1.130 euros por ese inmueble.

Vista de varias viviendas.
Vista de varias viviendas.

Con el tiempo, Pierre amplió su cartera inmobiliaria hasta poseer siete propiedades, muchas de ellas destinadas al alquiler por habitaciones o a corto plazo. Según sus propias declaraciones, sus inversiones le generan actualmente unos ingresos netos de alrededor de 2.200 euros al mes. Esta rentabilidad le permitió dejar su empleo fijo en enero de 2025 para dedicarse a tiempo completo a su negocio de formación online. Su caso refleja una tendencia creciente entre jóvenes que buscan crear ingresos pasivos mediante el mercado inmobiliario.

Un modelo rentable, pero socialmente polémico

El caso de Pierre no es aislado. Cada vez más inversores optan por adquirir viviendas con el objetivo de fraccionarlas en habitaciones y alquilarlas por separado, multiplicando así los ingresos mensuales. Sin embargo, esta práctica podría ayudar a empeorar aún más la situación de acceso a la vivienda. Diversos estudios y organismos, como la OCDE o ONU-Habitat, advierten de que el auge de la vivienda como activo financiero contribuye a la inflación del mercado inmobiliario, encareciendo tanto la compra como el alquiler para los residentes locales.

Cuando los propietarios transforman pisos completos en unidades de alquiler por habitación, el resultado es una disminución de la oferta de viviendas familiares y un incremento en la densidad de ocupación. Esto no solo limita las opciones habitacionales para sectores vulnerables, sino que también puede deteriorar la calidad de vida en los barrios afectados. Además, al tratarse de contratos más flexibles y fragmentados, estos modelos de ‘coliving’ a menudo reducen la estabilidad de los inquilinos y elevan su rotación. Otro efecto problemático es la presión al alza sobre los precios del alquiler en zonas universitarias o céntricas, donde la rentabilidad por habitación supera ampliamente a la de un alquiler tradicional.