Crece la masificación carcelaria en Europa: seis países tienen “superpoblación grave” y otros ocho superan el 100% de la ocupación

Un tercio de la población penitenciaria condenada en Europa en 2024 había cometido delitos violentos. El 16% del total de reclusos corresponde a ciudadanos extranjeros. Las mujeres solo constituyen un 4,9% del total

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Furgoneta de los Mossos d'Esquadra
Furgoneta de los Mossos d'Esquadra a las afueras del Centro Penitenciario Brians 2. (Marc Trilla/Europa Press)

En enero de 2024, el número de reclusos en las prisiones europeas alcanzó 1.021.431, según consignó el Consejo de Europa en su informe anual SPACE I sobre la situación penitenciaria del continente. Esta cifra representa una media de 105 personas encarceladas por cada 100.000 habitantes, aunque se aprecian notables disparidades entre países y regiones, tanto en el nivel de superpoblación carcelaria como en las tasas de encarcelamiento.

De acuerdo con el reporte detallado por el Consejo de Europa, el fenómeno de la superpoblación afecta aún a un tercio de las administraciones penitenciarias en Europa. Durante el periodo comprendido entre el 31 de enero de 2023 y la misma fecha de 2024, el índice promedio de ocupación pasó de 93,5 a 94,9 reclusos por cada 100 plazas disponibles, destacándose la situación crítica en seis países que atravesaron un nivel considerado como de “superpoblación grave”. Eslovenia encabezó la lista con 134 reclusos por cada 100 plazas habilitadas, seguida de Chipre (132), Francia (124), Italia (118), Rumanía (116) y Bélgica (113). Estas cifras indican que en esas jurisdicciones la infraestructura penitenciaria resulta insuficiente para el número de personas privadas de libertad.

En países con más de medio millón de habitantes, otras ocho administraciones penitenciarias también reportaron niveles de ocupación superiores al 100%, aunque en umbrales catalogados como superpoblación moderada. Entre ellas se encuentran Croacia (110 reclusos por cada 100 plazas), Irlanda (105), Suecia (105), Hungría (104), Azerbaiyán (103), Finlandia (103), Turquía (102) y Macedonia del Norte (101). Escocia y Inglaterra y Gales en el Reino Unido, así como Serbia, notificaron situaciones al límite de la capacidad máxima (con ratios de 100 y 98 respectivamente), por lo que leves variaciones en los ingresos a prisión habrían bastado para provocar superpoblación en sus sistemas.

Las estadísticas también destacan que, pese al incremento puntual en la ocupación penitenciaria, la tasa global de encarcelamiento mostró una ligera disminución en el conjunto de países con poblaciones superiores al millón de habitantes. En ese grupo, la media pasó de 116,2 a 115,1 reclusos por cada 100.000 personas, es decir, una caída del 0,9%.

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha solicitado a Instituciones Penitenciarias que le informe sobre quiénes y cuándo visitan al ex secretario de Organización del PSOE Santos Cerdán en la cárcel de Soto del Real (Madrid) donde se encuentra de forma provisional desde el 30 de junio como presunto cabecilla de la trama de amaño de obras del 'caso Koldo'. (Fuente: Europa Press / Moncloa / PSOE)

Analizando la evolución durante el último año, trece administraciones penitenciarias de países con más de 500.000 habitantes registraron incrementos sustanciales en sus tasas de población reclusa. El aumento más pronunciado tuvo lugar en Eslovenia (+25,4%), seguido por Suecia (+15,5%), Malta (+11,1%), Serbia (+9,4%), Croacia y Azerbaiyán (ambos con +8,3%), Italia (+7,8%), Albania (+7,5%), Irlanda del Norte (+6,9 %), Bélgica (+6,8 %), Escocia (+6,7%), Inglaterra y Gales (+6,4%) e Irlanda (+5,4%). Por el contrario, algunas naciones experimentaron descensos relevantes, con Bulgaria y Luxemburgo a la cabeza (ambos con -14,5%), seguidos de Turquía (-12,9%), Estonia (-12%), Lituania (-9,4%) y Hungría (-7,3%). La estabilidad predominó en otras veinticuatro administraciones durante el mismo periodo, según indicó el Consejo de Europa.

Las tasas de encarcelamiento más elevadas se registraron en Turquía (356 reclusos por cada 100.000 habitantes), seguida de Azerbaiyán (264), Georgia (261), República de Moldavia (235), Polonia (202), Hungría (195), Albania (192), Chequia (180), Eslovaquia (179), Serbia (177), Letonia (175) y Montenegro (164). En la franja de altos índices también figuraron Lituania (158), Reino Unido (Inglaterra y Gales) (145) y Macedonia del Norte (143).

Un tercio de la población, condenada por delitos violentos

El profesor Marcelo Aebi, quien encabeza el equipo de investigación SPACE de la Universidad de Lausana, resaltó el impacto negativo de la superpoblación, ya que deteriora las condiciones de vida de los privados de libertad y obstaculiza los programas de reinserción social. Según sus palabras: “La superpoblación vulnera gravemente las condiciones de vida de la población reclusa y los esfuerzos de reinserción de las administraciones penitenciarias. Los datos sobre la duración de las penas de prisión muestran que periodos medios de detención más cortos tienden a correlacionarse con tasas de población reclusa más bajas. Aunque hay excepciones a este patrón, esta relación pone de relieve la importancia de la duración de las penas como herramienta de gestión de la superpoblación en las cárceles. Además de promover penas alternativas al encarcelamiento, la reducción de la duración de las penas, especialmente para los delincuentes no violentos y de bajo riesgo, puede ser una poderosa herramienta para reducir las tasas de encarcelamiento”, recogió el Consejo de Europa.

En cuanto a las tipologías delictivas, aproximadamente un tercio de la población penitenciaria condenada en Europa había cometido delitos violentos, entre los que destacaban homicidios (11,9%), delitos sexuales (8,7%), agresiones (6,7%) y robos con violencia o intimidación (6,3%). No obstante, la categoría más común correspondía a delitos relacionados con drogas (16,7%), seguida de hurtos y robos con fuerza (12,3%). En conjunto, el 2,9% de los reclusos purgaba condena por infracciones a la seguridad vial y el 2,4% por delitos económicos o financieros, según el informe.

El uso de la prisión preventiva constituye una parte significativa del fenómeno penitenciario. El 26% del total de encarcelados en Europa se encontraba bajo régimen preventivo al 31 de enero de 2024, según el Consejo de Europa. Las mayores proporciones de presos preventivos se documentaron en Albania (58%), Armenia (53%), Montenegro y Luxemburgo (47% cada uno), Suiza y Países Bajos (46% cada uno), Malta (42%), Croacia (41%), Eslovenia (40%), Irlanda del Norte en el Reino Unido (39%), Ucrania (37%), Dinamarca (36%) y Bélgica (33%). En el extremo opuesto, Bulgaria (5%), Chequia (8%), Polonia y Lituania (11% y 12% respectivamente), Macedonia del Norte (12%) y Rumanía (13%) presentaron las proporciones más bajas de esta categoría.

Las mujeres constituyeron un 4,9% del total de la población penitenciaria europea

La presencia de personas extranjeras en las prisiones europeas varió ampliamente. En promedio, el 16% del total de reclusos en Europa correspondía a ciudadanos extranjeros, aunque este porcentaje osciló de manera marcada entre países, influido por factores migratorios y jurídicos. Luxemburgo encabezó la estadística con un 75% de reclusos extranjeros, seguido de Suiza (72%), Chipre (58%), Grecia (54%), Austria (53%), Malta (52%), Cataluña –es una administración penitenciaria independiente– (50%), Alemania (49%), Eslovenia (48%) y Bélgica (41%), en naciones con más de 500.000 habitantes. Los valores más bajos para este rubro se advierten en Rumanía (1,1%) y República de Moldavia (1,3%).

El perfil demográfico de los reclusos en las instituciones penitenciarias de Europa se ubicó en una media de 37 años. Las poblaciones penitenciarias más jóvenes correspondieron a Lituania (32 años), Suecia y Cataluña (34), junto con Dinamarca y Francia (35). Por el contrario, las medias de edad más avanzadas se detectaron en Georgia (44 años), Italia, Portugal y República Srpska –en Bosnia Herzegovina– (42 años), además de Estonia (41 años).

En lo concerniente a la distribución por sexo, las mujeres constituyeron un 4,9% del total de la población penitenciaria europea, cifra que se mostró constante en la mayoría de los Estados analizados. Las mayores proporciones de reclusas se registraron en Chequia (8,8%), Hungría (8,4%) y Finlandia (8%). Albania y Georgia se situaron en el extremo inferior, con solo un 1,4%, mientras que Croacia presentó un 2,1% de población femenina encarcelada. Todas estas cifras demuestran la persistencia y complejidad del reto que supone la gestión penitenciaria en el continente, reflejó el informe anual del Consejo de Europa.