La aventura de la joven de 16 años que ha atravesado Groenlandia a pie junto a su padre: tiraba de tres trineos con provisiones

La aventura comenzó el 18 de mayo de 2025, cuando ambos partieron con temperaturas de hasta -35 °C y condiciones extremas, recorriendo 558 kilómetros en 26 jornadas consecutivas

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La joven Amira Blum que
La joven Amira Blum que ha cruzado Groenlandia a pie. (Montaje Infobae)

Amira Blum, acompañada por su padre Markus Blum, ha logrado convertirse en la europea más joven en atravesar la superficie glacial de Groenlandia y la primera en la historia que completa la travesía dentro de una expedición de dos personas, sin asistencia exterior, según ha recogido el medio francés 20 Minutes. La aventura comenzó el 18 de mayo de 2025, cuando ambos partieron con temperaturas de hasta -35 °C y condiciones extremas, recorriendo 558 kilómetros en 26 jornadas consecutivas.

De acuerdo con la agencia Bus Sport AG, el hito se consigna como un récord en el ámbito de las travesías polares para una adolescente. Este desafío, además, pone de relieve los rigores de Groenlandia, una de las regiones más inhóspitas del planeta, cubierta por la segunda mayor masa de hielo del mundo después de la Antártida.

Un entorno de hielo y retos extremos

El reto exigió capacidades físicas y mentales poco habituales. Durante todo el trayecto, Amira y su padre debieron tirar personalmente de tres trineos que soportaban un peso conjunto de 180 kilos cargados con provisiones, equipamiento técnico y material de supervivencia. Uno de los momentos destacados del recorrido fue el paso por la antigua estación de radar estadounidense DYE2, ubicada a unos 190 kilómetros del punto de partida.

Zona en la que se
Zona en la que se encuentra el radar estadounidense DYE2, en Groenlandia. (Google Maps)

Esta base, que formó parte del sistema de alerta temprana durante la Guerra Fría, se ha vuelto uno de los puntos emblemáticos para los aventureros que cruzan la isla. La expedición requería autonomía total, toma de decisiones bajo presión y resistencia a condiciones meteorológicas cambiantes, donde la seguridad dependía invariablemente de los propios recursos y planificación diaria.

Situada entre el océano Atlántico y el Ártico, Groenlandia cuenta con una superficie de más de 2,1 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales más del 80% permanece cubierto por una colosal capa de hielo que puede alcanzar varios miles de metros de espesor en su interior. La isla, dependiente administrativamente de Dinamarca, apenas cuenta con población permanente en su franja costera, mientras que el interior, donde tuvo lugar la travesía de Amira y Markus Blum, sigue siendo un territorio prácticamente deshabitado y hostil.

Una infancia marcada por la aventura

Según el medio francés, la notable madurez de Amira responde a una formación vital poco convencional. Desde niña, se integró a la dinámica aventurera de sus padres, participando en expediciones de larga duración y en escenarios naturales exigentes. “Tuve una infancia un poco particular”, ha relatado Blum, quien destaca que acompañó a sus progenitores en travesías de varios meses donde la exploración era parte de la cotidianidad. Este entorno familiar la acostumbró a enfrentar desafíos extremos y a asumir responsabilidades poco frecuentes.

Los viajes de infancia de Amira incluyeron largas temporadas a caballo por regiones remotas de Canadá, inviernos enteros en cabañas apartadas, el aprendizaje del manejo de camellos en Australia para cruzar el país con ellos, y recorridos por las estepas de Kirguistán montada sobre cabalgaduras locales. Para ella, la exploración, la vida al aire libre y la autosuficiencia han sido siempre elementos naturales.

El hielo del Artico en su nivel mínimo anual

Amenazas para la supervivencia

Los aventureros que se enfrentan a la travesía del casquete glaciar de Groenlandia deben afrontar, además de temperaturas extremadamente bajas, la amenaza constante de ventiscas, grietas ocultas y vastas extensiones sin ningún tipo de refugio o cobertura mecánica. La travesía suele quedar reservada a expertos en supervivencia ártica y personas con largo historial de vida al aire libre, pues cualquier error en la ruta puede resultar fatal en cuestión de horas.

En el pasado, Groenlandia fue protagonista en la historia de la exploración polar, tanto en expediciones científicas como en travesías emblemáticas. La primera gran ruta conocida fue realizada por Fridtjof Nansen en 1888, marcando un antes y un después en la exploración del Ártico. El hielo interior continúa siendo objeto de estudios climáticos de relevancia internacional, dada su importancia en la regulación del clima global y el seguimiento del deshielo causado por el calentamiento global.

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