Illa y Pradales piden por carta a los países de la UE que aprueben la oficialidad del catalán, euskera y gallego

Los presidentes catalán y vasco apelan al principio de “unidos en la diversidad” y advierten de que un rechazo sería difícil de explicar a la ciudadanía española

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El presidente de la Generalitat
El presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, y el lehendakari del País Vasco, Imanol Pradales (Xuan Cueto - Europa Press)

A pocas horas de la reunión del Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea, el president de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, y el lehendakari, Imanol Pradales, han reclamado en una carta conjunta dirigida a los Estados miembros el aval necesario para que el catalán, el euskera y el gallego obtengan el estatus de lenguas oficiales en las instituciones comunitarias.

La misiva, publicada por ambos dirigentes en sus perfiles en redes sociales, subraya el carácter simbólico y práctico de esta iniciativa, que consideran clave para acercar el proyecto europeo a su ciudadanía. “Europa vive un momento en el que es vital estrechar el compromiso de sus ciudadanos y su identificación con el proyecto común”, afirman en el texto, en un claro llamamiento a reforzar los lazos entre identidad lingüística y pertenencia europea.

“Unidos en la diversidad” o “un Estado, un idioma”

En el escrito, Illa y Pradales ponen en duda la coherencia del principio fundacional de la UE de “unidad en la diversidad” si no se reconoce institucionalmente a las lenguas cooficiales del Estado español. “¿Cómo podríamos justificar ante nuestros ciudadanos que una Unión Europea fundada en los principios de ‘unidos en la diversidad’ impone un modelo de ‘un Estado, un idioma’ a una ciudadanía que democráticamente se identifica como miembro de un estado multilingüe?”, plantean.

El presidente de la Generalitat,
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa (i), y el lehendakari, Imanol Pradales (d) (Lorena Sopêna / Europa Press)

Ambos líderes apelan a la tradición cultural e histórica de las lenguas catalana, vasca y gallega para sustentar su petición. Mencionan expresamente figuras como Ramon Llull, el trovador gallego-portugués y el escritor navarro Bernat Etxepare como exponentes de un patrimonio común europeo que trasciende las fronteras lingüísticas estatales. En palabras recogidas por EFE, afirman que ni España ni Europa “podrían entenderse sin la influencia” de estos referentes.

Derechos lingüísticos y promesas pendientes

La carta también remite a los avances logrados en las últimas décadas en materia de reconocimiento lingüístico dentro del Estado español, a pesar de una historia marcada por la represión y la negación. “La diversidad lingüística en España ha sido sin duda compleja”, reconocen, recordando que la restauración democrática y la Constitución de 1978 supusieron un punto de inflexión: “El catalán, el euskera y el gallego se han convertido en lenguas plenamente oficiales, usadas en todas las esferas de la sociedad y siendo pilares fundamentales de cohesión social”.

Illa y Pradales no ocultan que esta reivindicación tiene raíces antiguas. Ya en las negociaciones para la adhesión de España a la entonces Comunidad Económica Europea en 1985, la cuestión lingüística quedó aparcada, según recuerdan. Lejos de quedar en el olvido, el asunto ha ido ganando peso en las últimas décadas. “Esta reclamación, lejos de desaparecer, ha crecido con los años”, sostienen en la misiva, que vuelve a poner sobre la mesa un debate largamente postergado.

El Pleno del Congreso ha dado vía libre este martes a la tramitación de la reforma del Reglamento de la Cámara para permitir el uso de las lenguas cooficiales no sólo en las intervenciones parlamentarias sino también en la presentación de iniciativas, y lo ha hecho con el voto en contra del PP, Vox y Unión del Pueblo Navarro (UPN), tras la primera sesión plenaria plurilingüe de la historia del parlamentarismo español. (Fuente: Congreso)

Los presidentes autonómicos remarcan que millones de ciudadanos utilizan a diario estas lenguas “a unos niveles comparables con los de otras lenguas que sí son oficiales en las instituciones comunitarias”. A juicio de ambos dirigentes, esta realidad lingüística merece el mismo reconocimiento en Bruselas que el ya existente para lenguas como el danés, el maltés o el irlandés, pese a que algunas de ellas cuentan con una presencia demográfica menor.