Cómo cuidar los lirios en verano: el truco que evita hongos y mantiene las hojas brillantes

Una solución natural y económica para proteger los lirios de la paz del polvo, las plagas y la pérdida de floración en los meses más cálidos

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Lirio de paz
Lirio de paz

Cuando las temperaturas suben y los días se alargan, muchas plantas de interior sufren más de lo que parece. El lirio de la paz, a pesar de su resistencia y belleza, no es la excepción. Este clásico de los hogares, conocido por sus hojas verdes brillantes y sus elegantes flores blancas, necesita más atención durante el verano para seguir creciendo sano y vibrante. Uno de los errores más comunes en esta época es pasar por alto un enemigo silencioso: el polvo.

En verano, con las ventanas abiertas y la mayor circulación de aire, las partículas de polvo se acumulan fácilmente en las hojas, bloqueando la luz y la capacidad de la planta para hacer la fotosíntesis. A esto se suma la humedad, que puede convertir esa capa de suciedad en el caldo de cultivo perfecto para hongos, moho y plagas. La consecuencia: hojas caídas, sin brillo y una floración que se interrumpe o no llega a producirse.

Por suerte, hay un truco muy sencillo que puede marcar la diferencia y que ha sido compartido por expertos en jardinería: usar leche diluida en agua para limpiar las hojas.

El poder de la leche para prevenir enfermedades

Durante los meses de calor, es habitual que el polvo se acumule más fácilmente en las hojas de las plantas, especialmente si se mantienen cerca de ventanas abiertas. Aunque pueda parecer un detalle menor, ese polvo actúa como una barrera que impide la fotosíntesis, dificulta la transpiración y crea un entorno ideal para el desarrollo de hongos, moho y plagas como los ácaros.

Para evitarlo, expertos en jardinería recomiendan limpiar las hojas del lirio de la paz una vez por semana con una mezcla de una parte de leche entera por diez partes de agua. Este remedio no solo elimina el polvo de forma eficaz, sino que también aporta propiedades antifúngicas, gracias al ácido láctico presente en la leche.

Flor de lirio (Imagen Ilustrativa
Flor de lirio (Imagen Ilustrativa Infobae)

Aplicarlo es muy sencillo: basta con humedecer un paño suave en la solución, pasar con delicadeza por la parte superior e inferior de cada hoja, y luego secar con un segundo paño limpio para retirar posibles restos. El resultado es doble: una planta más saludable y unas hojas visiblemente más brillantes, con un efecto similar al de un abrillantador natural.

Este método, utilizado también en otros cultivos como las rosas para prevenir enfermedades como la mancha negra, se ha convertido en una alternativa ecológica frente a los productos químicos. Además, es económico y fácil de aplicar, lo que lo hace ideal para quienes buscan soluciones sostenibles en el cuidado de sus plantas.

Otros cuidados básicos en verano

Aunque la limpieza con leche es clave, no debe ser el único cuidado del lirio de la paz durante el verano. Es fundamental mantener una buena rutina de riego, preferiblemente desde abajo, colocando la maceta en un recipiente con agua durante unos 20 minutos para que las raíces absorban lo necesario sin riesgo de encharcamiento.

La planta debe situarse en un lugar con luz indirecta abundante, alejada del sol directo que puede quemar las hojas, y mantenerse en un entorno con temperaturas entre 18 °C y 27 °C. Si el ambiente es seco, se puede aumentar la humedad con un humidificador o un plato con piedras y agua debajo de la maceta, evitando que el fondo toque el agua directamente.

Lirio de paz (Kinga Krzeminska/Getty
Lirio de paz (Kinga Krzeminska/Getty Images)

También conviene retirar hojas secas o dañadas para favorecer nuevos brotes, aplicar fertilizante líquido una vez al mes, y trasplantar cada dos o tres años si las raíces han ocupado toda la maceta.

Con estos cuidados y el truco de la leche diluida, el lirio de la paz puede superar sin problemas los retos del verano y seguir decorando el hogar con sus características flores blancas durante todo el año.