¿Los perros pueden quedarse afónicos?

La disfonía es la pérdida parcial de la voz o la alteración de esta y puede estar causada, por ejemplo, por una infección respiratoria

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Las cuerdas vocales de los
Las cuerdas vocales de los perros son más cortas y fuertes que las de los humanos (Freepik)

La afonía es la pérdida total de la voz, aunque es un término que generalmente se utiliza para designar la alteración de la voz, por ejemplo, quedándose parcialmente sin ella, lo que en realidad se denomina disfonía.

Esta condición, que puede afectar a las personas por un catarro, un uso excesivo o elevado de la voz o factores ambientales e irritantes, no es única del ser humano, ya que los perros también pueden quedarse “afónicos” o, más correctamente, sufrir disfonía.

Este trastorno afecta a las cuerdas vocales del animal y provoca un cambio notable en la forma en la que ladra, gime o gruñe. De esta manera, podrá emitir sonidos más roncos, débiles o entrecortados.

Causas de la disfonía en perros

La causa más habitual de la disfonía en perros es el uso excesivo de la voz: perros que ladran durante horas, ya sea por ansiedad, aburrimiento o estímulos externos, pueden acabar con las cuerdas vocales inflamadas. Esta inflamación se conoce como laringitis, y es el equivalente canino de quedarnos roncos tras gritar demasiado en un concierto, por ejemplo. Sin embargo, no es la única razón:

  • Infecciones respiratorias, como la tos de las perreras, también conocida como traqueobronquitis infecciosa canina. Así, las enfermedades víricas o bacterianas que afectan a las vías respiratorias superiores pueden inflamar la laringe.
  • Alergias: algunos perros reaccionan ante alérgenos ambientales o alimentarios con síntomas que afectan a su aparato respiratorio.
  • Objetos extraños: la presencia de cuerpos extraños en la garganta o la laringe puede alterar el sonido de la voz.
  • Golpes en el cuello o el uso excesivo del collar: tirones constantes o un collar demasiado apretado pueden dañar la laringe y afectar la voz.
  • Problemas neurológicos o parálisis laríngea: en casos más graves, ciertas enfermedades pueden afectar los nervios que controlan las cuerdas vocales.
  • Tumores o pólipos: aunque menos frecuentes, las masas en la zona de la laringe también pueden provocar disfonía.
Un perro bostezando (Freepik)
Un perro bostezando (Freepik)

Síntomas: cuando el ladrido suena diferente

Detectar que un perro está disfónico no siempre es sencillo, pero hay señales claras a las que debemos prestar atención:

  • Cambios en el tono o volumen del ladrido: más débil, ronco o entrecortado.
  • Pérdida total del ladrido en casos más extremos, lo que sería afonía.
  • Tos persistente.
  • Dificultad para respirar o tragar.
  • Ruidos al inhalar, como silbidos o jadeos forzados.

Un perro disfónico puede mostrar también molestias al intentar comunicarse y, en algunos casos, se le puede notar más apagado o ansioso.

Tratamiento y cuidados

El tratamiento dependerá siempre de la causa. Si el problema es leve y se debe a un exceso de ladridos, el veterinario puede recomendar simplemente reposo vocal y evitar situaciones que lo hagan ladrar constantemente. El uso de humidificadores en casa puede ayudar, así como asegurarse de que el ambiente esté libre de humo u otros irritantes.

En caso de infección, se recetarán antibióticos o antivirales si es necesario. Para las alergias, el veterinario evaluará cambios en la dieta o antihistamínicos. Si hay un cuerpo extraño, este deberá ser extraído y, ante una parálisis laríngea o tumor, puede requerirse cirugía.

Es fundamental no automedicar al perro ni darle fármacos para humanos: muchos productos seguros para nosotros pueden ser tóxicos para ellos.

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Si el cambio en la voz de tu perro dura más de unos días, se acompaña de otros síntomas o se nota que el animal tiene problemas para respirar o tragar, lo mejor es acudir al veterinario lo antes posible. La disfonía puede ser un signo de algo leve en la mayoría de los casos, pero también de una afección más seria.