La historia de Sheila Ebana, la madre de Lamine Yamal: de trabajar en el McDonald’s a convertirse en una estrella de Tiktok

Madre e hijo mantienen una relación estrecha, siendo ella el mayor apoyo de la estrella del fútbol internacional

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Sheila Ebana. (Instagram)
Sheila Ebana. (Instagram)

Detrás del ascenso meteórico de Lamine Yamal, una de las promesas más deslumbrantes del FC Barcelona, hay una figura imprescindible que ha acompañado cada paso con silenciosa tenacidad y cariño maternal: Sheila Ebana, su madre. Aunque en un principio mantenía un perfil bajo, con el tiempo ha ido ganando visibilidad pública, sobre todo en redes sociales, donde su autenticidad y cercanía han conquistado a cientos de miles de personas.

Sheila nació en Bata, Guinea Ecuatorial, y emigró a España siendo aún adolescente. En Cataluña comenzó una nueva vida, marcada desde el inicio por la resiliencia. A los 21 años tuvo a Lamine, fruto de su relación con Mounir Nasraoui. Aunque la pareja se separó cuando el niño tenía apenas tres años, Sheila decidió quedarse en España y criar a su hijo en solitario, convencida de que ese era el mejor lugar para asegurarle un futuro.

Sheila Ebana, la madre de
Sheila Ebana, la madre de Lamine Yamal, en una foto por su cumpleaños. (Instagram)

Trabajó en lo que pudo: como camarera en un McDonald’s de Mataró, y más tarde se trasladó a Granollers, donde su hijo empezaba a despuntar en el CF La Torreta. Aquel cambio no fue casual, sino una decisión pensada para estar más cerca del campo de fútbol que tanto ilusionaba a Lamine. Su entrega fue total: jornadas laborales interminables, esfuerzos económicos constantes y un apoyo emocional que nunca flaqueó.

Hoy, Sheila no es solo la madre del futbolista del momento, sino también una referente de fortaleza y ternura en redes sociales. En Instagram supera los 200.000 seguidores, y en TikTok ronda el millón y medio. Sus vídeos, muchos de ellos con Lamine o su hijo pequeño Kenay, destilan humor, ternura y cotidianidad. Uno de los más virales se publicó el 26 de febrero de 2025: en él, Sheila y Lamine bailan juntos mientras el hermano menor los observa. La escena, tan simple como auténtica, superó los 13 millones de visualizaciones.

Sheila Ebana, madre de Lamine
Sheila Ebana, madre de Lamine Yamal. (Instagram)

Su creciente notoriedad quedó aún más patente en enero de 2025, durante la gala de los Premios TikTok España, cuando subió al escenario a recoger el premio a Figura Pública del Año en nombre de Lamine. El futbolista no pudo asistir por compromisos con el Barça, pero su madre lo representó con naturalidad y orgullo.

La estrecha relación con su hijo

La relación entre madre e hijo es profundamente estrecha, y Lamine no pierde ocasión para agradecerle todo lo que ha hecho por él. En marzo de 2025, en una entrevista con DAZN, recordaba: “Tengo buen recuerdo de mi infancia. Siempre le digo a mi madre que le agradezco mucho porque con lo difícil que lo tenía ella, me hizo no ver nada malo”. Y añadía: “Yo a lo mejor no tenía la mejor infancia del mundo, pero mi madre hacía que yo no viera nada, solo lo bonito”.

Sheila Ebana, madre de Lamine
Sheila Ebana, madre de Lamine Yamal. (Instagram)

Ese vínculo también se refleja en lo cotidiano. Lamine, ya convertido en estrella, lo resume con humor: “Manda más que mi representante. Voy a casa de mi madre y me dice: ‘Haz la cama, ponte las chanclas, cierra la puerta…’. Es mi forma de tener los pies en la tierra”. El pasado 13 de julio, cuando su hijo cumplió 18 años, Sheila compartió un mensaje cargado de emoción en Instagram: “Aunque los años pasen y vayas creciendo, en mi corazón seguirás siendo mi pequeño. Felices 18, hijo mío. Que seas siempre muy feliz. Te quiero un montón”.

Actualmente, Sheila vive en el Maresme, junto a su pareja y su segundo hijo, Kenay, nacido en 2022. Aunque el padre de Lamine, Mounir, mantiene una presencia pública más activa, es Sheila quien ha sido el pilar emocional y logístico que sostuvo al joven talento en sus momentos clave. Su historia, más allá del fútbol, es la de una madre que lo dio todo sin pedir nada, y que hoy sigue siendo el ancla emocional del nuevo ídolo del Barça.