El alcalde de Ourense aparece en bañador con un micrófono en el pelo del pecho y junto a una concejala para demostrar que es seguro bañarse en las termas

En el vídeo, que se ha hecho viral, Gonzalo Pérez Jácome aparece en bañador junto a una concejala para criticar la recomendación “surrealista” de la Xunta de no bañarse en las termas

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El alcalde considera que son un paraíso natural y que continúa con la tradición iniciada por el Ministro de Turismo, Fraga Iribarne, a la hora de demostrar la pureza de sus aguas y la injusticia de la normativa autonómica (Fuente @gonzalojacome).

El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, ha vuelto a recurrir a los gestos mediáticos para criticar las decisiones de la Xunta de Galicia, liderada por el Partido Popular. En esta ocasión, el regidor ha protagonizado un baño en las Termas do Muiño, acompañado de la concelleira de Festejos, Noa Rouco, para poner en entredicho la recomendación autonómica de no meterse en estas aguas. “Libre acceso ya a las más bonitas de Orense: Termas do Muiño”, ha escrito Jácome en su perfil de ‘X’, donde ha compartido un vídeo con la inmersión.

La protesta simbólica recuerda al célebre chapuzón de Manuel Fraga en 1966 en las playas de Palomares para demostrar que no había riesgo de radiación tras el accidente nuclear. Jácome ha adaptado esa fórmula a la actualidad gallega para denunciar lo que considera una regulación sin sentido. En su publicación, ha calificado de “normativa autonómica surrealista” la decisión de la Xunta de desaconsejar el baño en las termas porque sus aguas “no están catalogadas ni como agua de río, ni termal, ni de piscina con depuradora”.

El alcalde de Ourense, Gónzalo
El alcalde de Ourense, Gónzalo Pérez Jácome, junto a la concejala de Festejos, en las Termas do Muiño, dispuestos a bañarse. (X/ @gonzalojacome)

Un micrófono al pecho y un vídeo como mensaje

En el vídeo, el alcalde de Ourense aparece en bañador junto a la concejala, en silencio, contando hacia atrás: “Cinco, cuatro, tres...”. Al no disponer de solapa donde colocar el micrófono, opta por sujetarlo en el vello del pecho. Este recurso improvisado, según se ve en la grabación, no le impide continuar con su mensaje, en el que defiende que el Concello realiza “análisis periódicos” de las aguas para garantizar que son salubres.

Captura del tweet que ha
Captura del tweet que ha publicado el alcalde de Ourense bañándose en las Termas do Muiño. (X/ @gonzalojacome )

“Paraíso natural, incomparable en el mundo, ¡háganme caso!”, exclama Jácome mientras se acomoda sobre el agua, en un tono desafiante hacia las autoridades autonómicas. Aunque los carteles oficiales advierten de que el baño no es recomendable, el regidor insiste en que se trata de una decisión política que no se sustenta en datos técnicos negativos. “Sería como bañarse en una charca o arroyo, en el monte o en cualquier agua de origen no catalogado”, añade, ironizando sobre los criterios aplicados por la administración gallega.

La Xunta desaconseja el baño

La Xunta de Galicia no prohíbe expresamente introducirse en el agua, pero recomienda evitarlo, aludiendo a una clasificación técnica de las aguas. Según explican desde el gobierno autonómico, las Termas do Muiño no cumplen con ninguna de las categorías que permitirían su uso recreativo de forma oficial. No son aguas fluviales, ni termales con declaración oficial, ni pertenecen a instalaciones con depuradoras.

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Por su parte, el Concello de Ourense defiende que, pese a esta falta de catalogación, se realizan controles periódicos para verificar su salubridad. La responsabilidad final, sin embargo, recae en los usuarios: “Depende de cada cual el seguir o no la recomendación de la Xunta de Galicia”, ha recordado el propio alcalde. Esta ambigüedad legal deja en manos de los bañistas la decisión de sumergirse en un espacio muy frecuentado por vecinos y turistas.

La acción de Jácome ha vuelto a centrar la atención mediática en su figura, acostumbrada a los gestos provocadores y a un uso intensivo de las redes sociales. En esta ocasión, su objetivo ha sido visibilizar una regulación que considera excesiva y contraria al sentido común, valiéndose de un escenario natural emblemático de la ciudad.