
Khaley Rodríguez Gómez nació el 5 de agosto de 2020 en Torrejón de Ardoz, Madrid, de madre española y padre egipcio. Hoy tiene 4 años, y desde el 25 de julio de 2022 se encuentra retenida en Egipto por su padre biológico, quien nunca la reconoció legalmente.
Ahora, su madre, Alba Marina Rodríguez, lucha desesperada para conseguir el regreso de su hija a España tras el anuncio de una boda inminente, pero la desprotección institucional y las negligencias de las autoridades españolas y egipcias dificultan su pronta repatriación.
La violencia de género en el origen
La relación entre Alba y el padre estuvo marcada por la violencia de género desde sus primeros días. En 2021, los vecinos alertaron a la Guardia Civil tras escuchar gritos y golpes en el domicilio familiar.
“Cuando llega la Guardia Civil, se encuentran con señales de golpes visibles y a Alba en la calle, porque el padre la echó a empujones y se quedó con la niña dentro”, relata Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos, en conversación con Infobae España.
La violencia del padre no se limitó a los maltratos físicos, también llegó a hacer amenazas extremas: “Dijo que prendería fuego a la casa con la niña dentro”, recuerda Amills.

El viaje que no era un regreso
El padre de Khaley nunca la reconoció legalmente. “Podrá ser padre biológico, pero legalmente no es nada, porque en su momento no quiso reconocerla por temas religiosos y por presión de su familia. Así que la única persona que figura en el Registro Civil es su madre”, subraya Amills.
Esta falta de reconocimiento dejó a Alba como única tutora legal de Khaley, lo que, paradójicamente, la desprotegió ante la ley y las instituciones, especialmente cuando su hija fue retenida en Egipto.
El 23 de julio de 2022, tras meses de presión por parte de la familia paterna, Alba firmó una autorización para que el hermano del padre llevara a Khaley a Egipto, con la condición de que la niña regresara antes del 25 de septiembre.
“La familia le dijo que la abuela paterna se estaba muriendo y que quería ver a su nieta”, explica Amills. Durante el viaje, Alba mantenía contacto constante con Khaley a través de videollamadas. El 25 de julio, Khaley salió de España, pero la autorización nunca fue respetada, y la niña no volvió.
Y el 30 de noviembre de 2022, el padre envió un mensaje rotundo a Alba: “No vas a volver a ver a tu hija. Ella no vale nada. Está en un país donde desaparecen las personas. No quiero saber nada de ti”.
Este mensaje ha sido interpretado por Amills como un ejemplo claro de violencia vicaria. “Es un tipo de violencia donde se utiliza al niño como arma para hacerle daño a la madre, algo que está claramente presente en este caso”, señala. Al día siguiente, el 1 de diciembre, Alba acudió a comisaría para interponer una denuncia ante la Policía Nacional.
El intento fallido de repatriación
Desesperada, Alba viajó a Egipto el 12 de diciembre de 2022 con la esperanza de recuperar a su hija. Logró encontrar a Khaley en casa de los abuelos paternos, quienes inicialmente permitieron el reencuentro. Sin embargo, la situación se volvió violenta cuando el padre apareció en escena. Alba le mostró la denuncia y él la agredió físicamente y la amenazó de muerte con un arma.
Alba consiguió huir y acudió al consulado español, pero la policía egipcia desestimó la denuncia, argumentando que el caso debía resolverse en la justicia española. El consulado recomendó a Alba regresar a España por su seguridad, dejando a la niña en manos de la familia paterna.

La amenaza del matrimonio infantil
La situación de Khaley empeoró aún más cuando un familiar del padre informó a Alba de que Khaley había sido prometida en matrimonio con un niño egipcio de 10 años, con la intención de formalizar la unión cuando él cumpla 15.
“Hace unas semanas, se celebró una fiesta de compromiso de Khaley y un niño de 10 años, y contraerán matrimonio cuando él cumpla 15”, comunicó un familiar a Alba, según comenta Amills a Infobae España. Esta práctica, totalmente ilegal en España, ha añadido una nueva alarma sobre el futuro de Khaley, quien sigue atrapada en un país donde sus derechos están siendo violados.
El secuestro internacional y la desprotección institucional
La falta de reconocimiento legal del padre, la ineficacia de las medidas cautelares y la ausencia de cooperación judicial internacional han dejado a Khaley en una situación de vulnerabilidad extrema. “Este caso ha dejado al descubierto la incapacidad de las autoridades españolas para proteger a una niña española”, sentencia Amills en declaraciones a este diario.
El caso ha trascendido fronteras y ha puesto de manifiesto la desprotección de los menores víctimas de secuestro internacional y violencia de género. “Este es un caso claro de secuestro, no de sustracción parental. Khaley está siendo retenida ilegalmente en Egipto, y las autoridades tienen que actuar con urgencia”, insiste Amills.
El futuro de Khaley Rodríguez Gómez sigue siendo incierto. La niña continúa en un país extranjero, lejos del sistema legal que debería protegerla. La lucha de Alba continúa, apoyada por SOS Desaparecidos. “Las autoridades españolas deberían actuar con urgencia para proteger los derechos de Khaley y garantizar su regreso seguro”, finaliza Amills.
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